Capítulo 54: Afilando los colmillos.

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Esta historia transcurre en la Tierra Santa de la Espada.

Concretamente a 1 hora de camino en dirección norte desde la ciudad, en un punto sin nombre ni importancia en el que un cabo se alza sobre el mar.

En este sitio tan apartado se encontraba una joven entrenando con su espada en solitario, repitiendo una y otra vez un corte en el viento. Este ataque no era ningún tipo de técnica o Kata del estilo del Filo Celestial, tan solo eran golpes en el viento.

Y la chica que se encontraba realizando este repetitivo entrenamiento era Eris Greyrat.

- ...

Eris Greyrat se encontraba ejecutando simples golpes al aire con su espada en un lugar apartado sin nadie a su alrededor, sin nada más que ocupara sus pensamientos salvo el movimiento, imitando un perfecto Mushin.

Para la joven, entrenar mientras te asaltaban pensamientos innecesarios era perder el tiempo; al igual que imitar a otros sin comprender el sentido de sus movimientos era igual de estúpido.

Esta joven creía que realizando el movimiento poniendo todo tu ser en cada golpe, sin alejar la mente del mismo, serviría para afilarla hasta obtener el corte que quería; que cada golpe afilaba sus sentidos y movimientos un mínimo imperceptible, pero constante.

Lo que la joven no sabía es cuánto debía afilar esa hoja, cuántos golpes serían necesarios para conseguir la fuerza que buscaba.... Cuánto tiempo necesitaría repetir este proceso para alcanzar a Orsted...

La respuesta a esta pregunta no era conocida por Eris, ni por nadie.

... Podría ser que por mucho que afile mis colmillos, jamás pueda vencer a Orsted.

Y esto exactamente era lo que la joven comprendía como un Pensamiento Innecesario.

- ...Tcht.

Eris chasqueó su lengua al comprender que había perdido la concentración, agitó su cabeza y se sentó en el suelo donde se puso a meditar.

Era un círculo vicioso que carcomía a la joven en su entrenamiento, puesto que su meta era vencer a Orsted, pero cuanto más se esforzaba en conseguirlo, más alejado veía su objetivo.

En sus orígenes, Ghyslaine, la persona a la que Eris consideraba su Shishou le dijo las siguientes palabras:

Sé Lógica.

Pero para Eris, la lógica era algo complicada, porque por mucho que se parara a analizar lo que le rodeaba buscando una solución, no era capaz de encontrarla y se perdía en gran cantidad de situaciones.

Por este hecho, Ruijerd, el que Eris consideraba como su segundo Shishou, fue exactamente lo que la joven necesitaba para calmar sus ansias.

A diferencia de la lógica que solicitaba Ghyslaine, Ruijerd tan solo se lanzaba contra Eris en combates de práctica, la tumbaba a golpes y sus únicas palabras de enseñanza fueron ¿Lo comprendes ahora?.

Al principio Eris no era capaz de comprender lo que Ruijerd intentaba
mostrarle, pero al final, tras intentarlo una y otra vez, cada día, sin descanso, incluso cuando su cabeza se bloqueaba, consiguió comprender a lo que este se refería, pudiendo ver por fin la Lógica.

Por todo esto, Eris respetaba a Ghyslaine, al igual que respetaba a Ruijerd; y aun con las irritantes clases del Dios del Filo, viendo como esas personas le respetaban, comprendió que ella también debía respetarle.

Y por eso continuaba día tras día dando golpes al aire bloqueando su mente hasta que el cansancio la sacaba de ese estado, tras lo que simplemente se sentaba para reposar buscando la lógica y la respuesta. Y cuando se hartaba de pensar, simplemente se ponía en pie para repetir el proceso.

The Chosen One: Gohan × Mushoku Tensei.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora