La campana enmudeció la voz del profesor. Todos los estudiantes empujaron sus sillas y tomaron sus cosas sin siquiera esperar a que el tipo diera los anuncios. Scott fue el único que esperó un momento antes de salir.
Había una nueva tensión en el aire, y él se dio cuenta de inmediato. Desde el regreso a clases luego del breve receso de primavera parecía que todos caminaban más ajetreados que antes. Scott no tenía mayor interés en las preocupaciones de los demás, y se limitaba a aprovechar ese ajetreo para que la atención de las personas se alejara de él.
Siguió su camino usual hasta llegar a las instalaciones deportivas y se detuvo por un momento, pensando. Sonrió inconscientemente y caminó hasta el edificio de vestidores. Vinny no estaba allí todavía. Scott subió hasta el techo y se recostó sobre él, dispuesto a esperar.
Tal y como lo había pensado, Vinny apareció un par de minutos después. Scott lo escuchó de lejos y se irguió sobre el techo mientras el otro chico escalaba a toda prisa.
—¡Bingo! —gritó Vinny, y saltó sobre el techo—. Tuve el presentimiento que estarías acá. El clima de hoy es genial para estar en un lugar como este.
Scott sonrió. Él había pensado exactamente lo mismo. El cielo se extendía sin nubes sobre ellos, había una suave brisa soplando y esta hacía que las ramas del árbol que los cubría proyectaran sombras curiosas sobre la superficie.
Vinny respiró hondo y se sentó a su lado. —Hoy por la mañana estuve a punto de olvidar mi almuerzo, sabes. No estoy acostumbrado a esto. Ian prácticamente lo lanzó al auto cuando iba saliendo.
Scott pintó la imagen mental y bufó. —Es mejor así, Vinny. La cafetería es un infierno.
—Lo sé, lo sé. Mucha gente, mucho bullicio. Pero la comida no es del todo mala. Y los Tres John parecen sentirse cómodos allí, por alguna razón.
El chico más pequeño sacó algunos recipientes de su mochila. Scott sacó su sándwich de siempre y empezaron a comer.
—Por cierto —dijo Scott, luego de un momento—, ¿piensas dejar a esos tres de lado? No te he visto con ellos últimamente. Pensé que se llevaban bien.
Vinny tenía comida en la boca. Se apresuró a masticar para poder responder. —Pues, tenía un plan para eso. Puedo reunirme con ellos cuando tengas que irte temprano luego de clases para llegar a tu trabajo. Funciona perfectamente, ¿no?
Scott se encogió de hombros. —Lo que digas.
Sabía que Vinny ya lo había decidido antes de preguntarle. El chico, reanimado por su plan, volteó hacia el cielo. Scott lo observó por un momento y luego hizo lo mismo.
Comieron en un silencio pacífico. De alguna manera, habían terminado haciendo lo mismo durante todos los almuerzos. Scott escogía un lugar, esperaba a que Vinny lo encontrara, y luego se pasaban el rato entero comiendo y charlando. Habían hablado sobre sus bandas favoritas, sobre programas o series que habían visto, sobre las clases, sobre las locuras de Crops. Sobre lo que fuera. Si se les terminaba un tema, se quedaban en silencio por un rato, y no era para nada incómodo.
Luego del encuentro durante las vacaciones Scott pensó que las cosas serían extrañas entre ellos. Las palabras de Vinny lo habían sorprendido, y temió que ese tipo de temas profundos con los que él no tenía nada de experiencia siguiesen apareciendo. Sin embargo, fue todo lo contrario. El chico se acercaba a él con toda la familiaridad del mundo, se sentaba a su lado y conversaban con tranquilidad, como si se conociesen desde hacía años, a pesar que apenas y habían pasado un par de meses.
Era casi atemorizante la manera en que Vinny encajaba tan bien en su día a día, y Scott no podía evitar preguntarse si Vinny pensaba lo mismo acerca de él. Algunos días luego de entrar a clases le había preguntado cuál había sido su rutina anterior. Vinny le narró extendidamente todo lo que solía hacer antes, caminando por la escuela una y otra vez, resguardándose en los Tres John para entrar a la cafetería sin llamar demasiado la atención. Al terminar su relato, había observado a Scott con detenimiento. Le había dicho que era mil veces mejor comer a su lado, y Scott había cambiado el tema casi de inmediato.
ESTÁS LEYENDO
Escrito en el Asfalto
Teen FictionLa ciudad de Vertfort fue, por muchos años, tierra de nadie. Ahora, luego de generaciones de herederos, bancarrotas, absorciones y traiciones, quedan tres familias: Arkwright, Landvik, y Melville. Vinny Melville, a sus dieciocho años, es el joven h...