XX (Parte 4) - Sobre una Mecha Encendida

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Vinny mantenía sus ojos cerrados, concentrado en sí mismo, filtrando los sonidos del coliseo para evitar distracciones. Sus muñecas ardían como fuego donde las esposas le ceñían, e inconscientemente intentaba acercarse las manos al rostro. No quería que nadie lo viese, no quería que Scott leyese su expresión de pánico, y no quería que el maldito viejo de siempre lo observase como si fuese su preza favorita desde los graderíos. Se sentía como el centro de atención, y el trato había durado toda la semana.

Días atrás, Scott fue el primero en revelar que algo andaba mal. Todas las noches, luego de ocuparse de su nueva tarea, Scottr regresaba a la celda y sostenía a Vinny con una urgencia que jamás había demostrado antes. Jugaba con su cabello, movía su mano sobre su espalda, lo apretujaba aunque Vinny se quejase de estarse asfixiando. Él lo dejó pasar, pues el estrés de verse complícito en la matanza de animales inocentes era capaz de perturbar a cualquiera.

Fueron los guardias quienes le dejaron saber en qué situación se habían metido. Mientras conducían a Vinny hacia la perrera, dos de los tipos empujaban al chico de un lado a otro por el pasillo, burlándose de él por su falta de suerte. Preguntarles a qué se referían sería inútil, y Vinny tuvo que tragarse los reclamos.

Una noche, Vinny se había negado a acercarse a Scott hasta que le dijera qué diablos sucedía. A pesar de no querer enfrentar la realidad, Scott no pudo seguir conteniendo el secreto. Había relatado todo sobre su encuentro con Trey en la sala de los monitores, y la amenaza vaga que había hecho en contra de Vinny se escuchó, a sus oídos, clara como el agua. Recordando las muecas desdeñosas de los guardias, las burlas, la lástima con la que lo observaban... Ellos lo sabían. Sabían que Trey iba tras él.

Aunque había querido tomárselo con más calma, tan pronto procesó lo que le esperaba el fin de semana, el cuerpo de Vinny había empezado a temblar. Aún en la oscuridad, Scott supo que tenía que apoyarlo, pero ¿qué podía decir? ¿Qué palabras podía juntar para él?

La claridad no había llegado a él hasta minutos antes de que los guardias los sacaran de la prisión ese fin de semana. Tomando las manos del chico menor en las suyas, Scott se había acercado a él, tan cerca que el susurro de cada palabra llegaba como un suspiro cálido a los labios de Vinny.

—Míralo de esta maner a—había empezado Scott, luchando porque su convicción contagiase al otro—; por lo menos ahora no tendrás una sorpresa, sino un reto. Y si es un reto, sé que lo superarás.

—Tengo que —había suspirado Vinny, con una risa amarga.

Tenemos que —finalizó Scott. Por sus venas corría desde ya un torrente de adrenalina, y era como si esta fluyese entre ellos a través de sus dedos entrelazados. Cuando los guardias habían llegado por ellos, los chicos se apretaron las manos una última vez, y se separaron.

Tiempo después, Vinny seguía sin poder creer cuán nervioso estaba. Quería revivir la sensación de Scott frente a él, de las veces que él le había inspirado la confianza necesaria para seguir. Quería que el calor de aquellas manos más grandes que las suyas lo hiciesen más fuerte, pero todo eso no era más que palabrerío melodramático. A la hora de la verdad, lo único que podría ayudarlo sería fuerza, y una buena dosis de brutalidad.

Al fin y al cabo, entre más pudiese dejar atrás sus principios, más posibilidades tenía de sobrevivir. Aunque afectase a los demás, aunque dejara a otras víctimas en el camino, Vinny tenía un solo fin: salir de ahí vivo, junto con Scott. Ya habría tiempo para la culpa después, una vez se asegurasen la supervivencia.

En medio de su conversación consigo mismo, Vinny escuchó a lo lejos los gruñidos de los perros alejándose poco a poco. Abrió los ojos de golpe, y reparó en la espalda de Scott mientras subía por la rampa. Julek no lo mantendría fuera hasta el final. Estaban ya en el sexto combate, y uno de los chicos en el ring apenas se mantenía de pie. Vinny tragó hondo. Quizá era mejor que Scott no estuviese ahí. Quizá era mejor que esto sucediera en ese preciso momento, y que le sucediera a él, y no a Scott. Vinny pelearía por ambos.

Escrito en el AsfaltoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora