Escrito en el Asfalto

Intermisión 3: Craig y el Primogénito de Oro (Parte 17)

Marzo fue un suspiro. Las próximas evaluaciones cuatrimestrales de Craig se avecinaban, así que cada minuto de su día estaba asignado a alguna tarea. Sin quererlo, él y Henry solo dormían juntos, a veces sin siquiera mediar palabra, pues Henry también tenía presión académica. Dejaron de recibir clases de judo, y rara vez coincidían para cenar.

En el descanso de Pascua, Vinny llegó a casa como una tormenta. Craig y Henry tuvieron un respiro en medio del ajetreo, pero lidiar con Vinny también era una tarea monumental. Henry apenas pudo mantener su promesa de adaptar algunas de las canciones que Vinny le había pedido, ninguna demasiado romántica como para cantársela a Craig.

A finales de abril, por la noche, Craig tomó la mano de Henry y acarició sus dedos, algo que siempre lo fascinaba y lo llenaba de paz y cariño.

—Extraño tu voz —dijo. Aunque tenía los ojos cerrados, sabía que Henry lo miraba de cerca—. ¿Qué tal si te grabo? Brian ya casi no viene; puedo escucharte mientras estudio.

—No, no puedes —Henry murmuró—. Si lo haces, mi canto ya no será especial.

Craig sonrió, complacido por las vibraciones en la voz de Henry que retumbaban en él.

La fiesta de los Hayes en verdad enfurruñó a Olivia, porque organizaron una fiesta de aniversario propia, a pesar de que ella y Fester llevaban dieciséis años de casados y ese no era un número especial. El equipo de relaciones públicas se valió de un contrato importante del marzo pasado que no les había permitido celebrar bien, así que lo compensarían con un año de retraso.

La fiesta fue una repetición de la de febrero, con el agravante de que Henry y Craig debían esperar hasta el final. Vinny no asistió, porque fue en una noche de semana, cuando él estaba fuera. Desesperados, Henry terminó derramando una bebida deliberadamente sobre su pecho, y él y Craig tardaron una media hora en pretender limpiarlo en un baño cercado, solo para ellos.

Ahora, con un mes de anticipación, el equipo ya estaba fraguando la fiesta para Henry. No podía ser algo repetitivo, así que se decidió que sería en una casa de campo de los padres de Olivia. Craig por fin los conocería, por lo menos a una distancia, pues sería incongruente que él no estuviese en una ocasión tan importante para su mejor amigo.

Esa era la nueva etiqueta para ellos. La prensa no perdía oportunidad para hablar de la magia que los había convertido en amigos y socios. Una revista incluso insinuó que Craig podía ser para Henry lo que Myska era para Fester. Craig y Henry quemaron esa revista simbólicamente.

En mayo, Vinny empezaba a rendir sus últimas pruebas de la escuela primaria. Ian, Craig y Henry eran los más concentrados en él. La única intervención de Fester fue, una noche, discutir las escuelas medias a las que Vinny podía asistir. El instituto al que atendía en ese momento tenía un edificio aparte para los grados medios, y se decidió sin mucha ceremonia que ese sería su destino. Continuaría viviendo en los dormitorios. Vinny fingió que no le importaba, y quizá sus padres le creyeron. Los demás, sin embargo, sabían que el pobre Vinny ya había aprendido cuál era su lugar. Henry no perdía oportunidad de decirles a Ian, Dominic y Craig: "Estoy agradecido de que, a pesar de todo, no me odia".

Era todo lo contrario. Vinny disfrutaba de la poca atención que recibía los fines de semana. A lo mejor, Craig le dijo a Henry, Vinny sabe que tú jamás le darás la espalda. A esto le siguió un largo silencio. Ser hermano mayor era mucha responsabilidad, ajena a lo que su apellido conllevaba.

A mediados del mes, Craig fue invitado a un cóctel en las oficinas de uno de los socios principales de Fester. Henry no asistió. Craig sacudió manos conocidas y puso su mejor cara cuando Fester traía sus notas a colación. Brian, su tutor, tampoco estaba presente, y el magnate no perdió oportunidad para decir que el asistente junior era más bien un poco estúpido, y pronto elegiría a un tutor más al nivel de Craig.