—Ten cuidado —Vinny dijo, su mano sujetando la de Scott con firmeza.
Había repetido lo mismo varias veces mientras ambos chicos esperaban la llegada de Julek y sus guardias. La expectativa que tenían para la nueva semana era diferente, una actitud más ambiciosa que nunca. El primero en intentar averiguar más sobre el lugar y ganarse la confianza de los encargados sería Scott, debido a la fama que se había hecho por sí mismo, y aunque Vinny había estado de acuerdo al principio, empezaba a tener sus dudas.
Ya habían discutido el asunto, pensando como objetivo principal el conocer hacia dónde llevaban cada uno de los pasillos laberínticos del complejo. Viendo a los guardias, los chicos dudaban que alguno de ellos hubiese empezado como prisionero, pero confiaban en que Scott podría hacerlo. Tendría que. Como estaban las cosas, era su única opción.
Vinny fue el primero en salir de la prisión. Intentó evitar todo tipo de contacto indeseado con los guardias, pero la manera obvia en que lo hizo únicamente logró sacarles risas. Uno de los tipos acercó su mano al cabello del chico, alborotándolo, mientras el otro lo tomaba duramente de las muñecas para esposarlo. Distraídos por sus juegos con Vinny, ninguno se lo esperó cuando Scott saltó fuera de la prisión por su propia cuenta.
Los guardias intercambiaron una mirada de alarma. Empujaron a Vinny a un lado y sacaron un segundo par de esposas con la intención de inmovilizar al chico mayor, pero se detuvieron al ver que Scott no parecía hostil. Se mantuvo de pie, espalda erguida y mirada distante. Extendió sus manos al frente y esperó.
—¿A qué estás jugando, genio? —uno de los guardias sonrió, aunque sus ojos se mantuvieron amenazantes. Su compañero esposó a Scott con cautela y el otro regresó su atención a Vinny, quien intentaba no mostrar su preocupación.
—Yo no juego —respondió Scott.
—Muy bien. Nosotros tampoco —una voz grave vino desde sus espaldas. Los guardias inmediatamente asumieron una postura más seria, y Scott supo, sin necesidad de voltear, que se trataba de su jefe, Julek—. Apresúrense y saquen a los demás.
Vinny, aún al margen de la situación, reparó en la manera en que Julek seguía a Scott con la mirada mientras los chicos eran alineados rumbo a las jaulas de los perros. No estaba seguro si sentirse bien porque el plan estaba funcionando, o sentirse preocupado porque Scott estaba prácticamente saltando dentro las fauces del león. Scott parecía manejar las cosas con una frialdad enervante, y la ansiedad que invadía a Vinny lo hacía sentirse incómodo dentro de su propia piel.
Los chicos que estaban en la perrera improvisada eran once. Previo a la tanda de Scott y Vinny, únicamente quedaban dos chicos. Cuatro novatos se les unieron en la tarea, y eran un grupo muy problemático a ojos de todos, con dificultad para acoplarse a la crueldad del lugar. Scott tuvo que mover a varios de los perros por sí mismo, viendo que los nuevos únicamente lograban conseguir arañazos y mordidas cada vez que se acercaban a los animales.
—Mierda... ¡Agh! —uno de los nuevos gritó, soltando la parte frontal de un perro grande. Scott, quien cargaba la parte trasera, se apresuró a rodear el cuello del animal para evitar que se saliera de control, pero aún así sus dientes se cerraron sobre los dedos del otro chico.
—¿Qué está pasando? —el Perrero salió de la habitación contigua al escuchar el escándalo. Vio a Scott lanzándose sobre el perro para someterlo y poder liberar al chico, quien no hacía más que gritar y gemir por el dolor. El perro gruñía y se sacudía. Un guardia abrió la puerta y evaluó la situación por un segundo antes de sacar su arma y quitarle el seguro, apuntando a la cabeza del animal.
—¡Un momento! —Vinny, sin pensar, se lanzó al piso junto a ellos. Acercó sus manos a las de Scott, deslizando sus dedos bajo los de él para sujetar al perro de la misma manera.
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Escrito en el Asfalto
Teen FictionLa ciudad de Vertfort fue, por muchos años, tierra de nadie. Ahora, luego de generaciones de herederos, bancarrotas, absorciones y traiciones, quedan tres familias: Arkwright, Landvik, y Melville. Vinny Melville, a sus dieciocho años, es el joven h...