Scott, Vinny, y los demás chicos empezaban a acostumbrarse a sus tareas asignadas. La limpieza del coliseo de Brutus se completaba más rápido con el pasar de cada día, y aunque esto no fuese algo de lo que los chicos pudiesen enorgullecerse, los guardias parecían muy complacidos al respecto.
Pronto se marcaría el paso de una semana entera en ese encierro, y ese pensamiento inundaba el aire con cierta tensión. Luego de terminar con su trabajo, los chicos fueron reunidos en la fila de siempre. Los guardias les dieron un vistazo más largo de lo usual, y Vinny miró con discreción en dirección de Scott, quien también se había percatado del detalle. Luego de unos segundos, otro guardia apareció en la cima de la rampa.
—Rita está lista —anunció el tipo, y los demás guardias asintieron. Le dieron un empujón al primer chico de la fila y avanzaron por los pasillos en dirección de la sala de examinaciones, donde les habían tomado el peso cuando acababan de llegar.
La mujer de la vez pasada, Rita, estaba sentada de un lado de la habitación. Sostenía una tabla en una mano y un bolígrafo en la otra. Junto a ella estaba Julek, el que Scott asumía debía ser el jefe de todos los guardias, y su expresión parecía casi ansiosa por ver lo que estaba a punto de ocurrir. Rita se puso de pie y se acercó a los chicos, muchos de los cuales tenían la mirada clavada en el piso, y gordas gotas de sudor producto del nerviosismo deslizándose por sus sienes.
Vinny mantuvo los ojos enfocados al frente. La última vez, su actitud lo había salvado. Al pasar frente a él Rita lo examinó por un segundo, los ojos de la mujer fríos, analíticos, intentando leer todo lo que Vinny intentaba esconder. El chico contuvo la respiración. Una vez seguro de que Rita ya no lo veía, las memorias de la última vez regresaron de golpe, y Vinny se preguntó si todo se repetiría tal y como entonces. Buscó a Scott, del otro lado de la habitación, y sintió una presión sobre su pecho.
No quería que Scott lo viera en esas condiciones. De hecho, no estaba seguro de que Scott mismo dejase que los guardias le quitaran la ropa para examinarlo sin oponer resistencia alguna.
Un guardia apareció bajo el umbral de la puerta y lanzó un puñado de camisetas al piso. —Aquí están —dijo, y detrás de él apareció un segundo tipo con una lata de pintura en aerosol en las manos.
—Bien —Rita no los volteó hacia ellos, su mirada se mantuvo en los chicos—. Quítense la ropa, todos ustedes.
Los chicos dudaron. Aquellos que habían tenido la mala suerte de quedar cara a cara con Rita fueron los primeros en obedecer, sus manos tirando de las prendas sucias con una mezcla de rabia y terror. Vinny apretó sus puños. Pronto, él y Scott fueron los únicos que no se habían quitado nada.
—Dije que se quitaran la ropa —insistió Rita—. Si no lo hacen, con gusto haré que se las arranquen y los enviaré desnudos al maldito ring. Sé que a los clientes les encantaría.
Scott no cambió su expresión. Seguía viendo el vacío frente a él mientras se halaba la camiseta por sobre los hombros, y Vinny no tuvo más razón para oponerse. Una vez desnudos, Rita hizo que los guardias subieran a los chicos uno a uno a la báscula, donde sus pesos fueron tomados de nuevo.
Vinny agudizó su oído mientras sus fichas eran actualizadas. Pudo escuchar que Scott había perdido tres libras de peso, mientras él había perdido dos. Rita anotaba las diferencias en su tabla mientras Julek, con sus enormes brazos cruzados sobre su pecho, observaba a los chicos. Su presencia acarreaba tanta autoridad que nadie se atrevía a mover un músculo. Vinny desvió la mirada hacia los otros chicos, y entre las pieles pálidas resaltaban los moretones y las heridas que empezaban a cicatrizar. Vinny se vio a sí mismo, preguntándose qué tan patética era su apariencia. Sin espejos para ver su reflejo, solo sabía que había un rasguño en su rostro luego de la última pelea.
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Escrito en el Asfalto
Novela JuvenilLa ciudad de Vertfort fue, por muchos años, tierra de nadie. Ahora, luego de generaciones de herederos, bancarrotas, absorciones y traiciones, quedan tres familias: Arkwright, Landvik, y Melville. Vinny Melville, a sus dieciocho años, es el joven h...