Capítulo 3.

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Eran las tres de la madrugada pasadas. Tara se removió en su cama, aferrándose más a la sábana a causa del frío mientras dormía plácidamente. En cambio, Zayn se había despertado diez minutos antes porque un extraño picor había comenzado a molestarle en la espalda y no parecía que fuera a marcharse pronto.

―Tara―Llamó a su amiga en un susurro, pero ella no contestó―¡Tara!―Alzó un poco más la voz.

Tara abrió los ojos con lentitud, esperó varios segundos y rodó en la cama para poder tener a Zayn a la vista.

―¿Qué? ―Musitó, en un tono de voz casi inaudible.

―Creo que me ha picado algo en la espalda.

Tara lo miró con un ojo abierto y el otro cerrado, haciendo una mueca de confusión y apoyándose sobre un codo mientras lo miraba.

―Será un mosquito...―Murmuró después.

―No. Este picor es diferente―Zayn se incorporó, sentándose en la cama y llevándose una mano a la espalda y metiéndosela por dentro de la camiseta. Luego se quejó.

―A ver...―Dijo Tara con cansancio en la voz, retirando las sabanas de su cuerpo y levantándose. Se llevó los puños a los ojos y se los frotó para despejarse. Cuando los abrió, Zayn ya estaba delante suyo―Quítate la camiseta―Le ordenó, cosa a la que él respondió con una risita, mientras se giraba para quedar de espaldas a ella, cruzando los brazos por delante de su pecho y bajándolos para subirse la prenda―Oye, que todas las tipas de la calle vayan detrás de ti no significa que yo también lo haga―Le replicó Tara, conociendo el porqué de aquella carcajada.

―Ya lo sé, tonta. Sabes que me gusta molestarte con esas cosas―Se justificó Zayn―No es por nada más―Y tirando la camiseta negra a la cama, dejó al descubierto un pecho y un abdomen moreno tan plano como una tabla de surf.

―¿Dónde?―Le preguntó Tara, con la vista en su espalda y levantando las manos para colocarlas allí.

―Debajo del hombro derecho―Respondió. Y tres segundos después dio un salto al sentir las frías manos de Tara sobre su piel―Estás fría, Tara.

―Lo siento―Se disculpó ella, pero continuó acariciando la espalda de su mejor amigo―Avísame cuando esté sobre el picor.

―Más abajo―Le indicó.

―¿Aquí?

―Un poco má... ¡Ahí!―Tara se detuvo―¿Tengo un bulto o algo extraño?

―No. Solo tienes la piel enrojecida―Le informó―Parece irritada. Te debió picar algo. Quizás cuando estábamos en la playa.

―¿Lo ves? No era un mosquito.

Tara quitó las manos del cuerpo de Zayn y él se volteó. Sus ojos se encontraron.

―¿Te pica mucho? ―Le preguntó Tara, mirándolo fijamente.

―Bastante.

―Creo que hay pomadas en el baño de abajo. Si prometes no hacer ruido podemos bajar.

―Soy muy silencioso―Contestó con gracia. Cogió su camiseta y siguió a Tara hasta la puerta. Cuando se disponía a abrir, Zayn la rodeó por la cintura y depositó un beso en su mejilla.

Tara cerró la puerta del baño y se colocó tras la espalda desnuda de Zayn. Extendió el brazo hacía delante y abrió la palma de la mano, donde Zayn dejó caer la pomada que salía de un tubo al que apretaba con fuerza.

―No grites cuando te ponga las manos encima. Esto está más frío que mis manos.

―Tranquila. Soy todo un hombre. Yo no grito.

Heart's SmashDonde viven las historias. Descúbrelo ahora