Capítulo 6.

5.8K 256 18
                                    

―Y...―Tara, con la cabeza agachada y removiendo lentamente una cucharita en la taza de café con leche que había pedido minutos antes se armó de valor para preguntarle a Oliver lo que la estaba matando por dentro de tanto esperar―¿Qué es eso tan importante que tenias que decirme?―Alzó lentamente la cabeza y lo miró a los ojos. Él sonrió.

―Dejemos eso para el final―Respondió―Ahora que vuelvo a estar aquí, ¿Por qué no me cuentas que has hecho durante todos estos años? ¿Cómo te ha ido?

―Oh, pues―Maldita sea, Oliver. No me hagas esperar.―todo bien. Como siempre. Ya sabes: Zayn y yo seguimos en la misma cuerda, no hay quien nos separe.

Oliver rió.

―Sí, recuerdo cuando a veces iba a buscar a Zayn a su casa para salir a dar una vuelta y su madre siempre me decía: "No está. Se ha ido con Tara"―Imitó la voz de la madre de su mejor amigo y Tara soltó una carcajada―Creo que jamás lo llegué a encontrar disponible.

―Es raro, ¿no?―Tara cambió su tono de voz por uno repentinamente distinto, más serio. Melancólico por pararse a pensar en su relación con Zayn. Oliver prestó atención―Siempre hemos sido como dos almas gemelas, apenas hemos discutido y sé con certeza que nos tenemos el uno al otro―Hizo una pausa y volvió a hablar―Pero a veces dudo de que nuestra relación continúe así. Quiero decir, apenas he conocido a gente que se avenga tan bien con otra como lo hacemos Zayn y yo. Puede que esto solo sea pasajero y que dentro de uno o dos años cada uno tomemos caminos distintos, ¿entiendes?―Miró a Oliver a los ojos. Él asintió―Y no sé... A veces lo pienso y realmente no quiero que eso ocurra porque Zayn no es un amigo del montón, es como... Mi héroe―Tara sonrió, Oliver la acompañó.

―Entiendo a qué te refieres, Tara. Zayn y tú han estado toda la vida juntos y sería una pena que todo lo que han cosechado hasta ahora se pierda, pero no tienes que pensar eso. Estoy seguro de que no pasará, de que Zayn no se irá.

Y después de que una sincera sonrisa se esbozara en el rostro de Tara, el silencio invadió a la pareja.

Hubo algunas miradas, pequeñas curvas que se formaban en los labios de ambos. Tara se pasó la lengua por los suyos cuando terminó su taza de café. Oliver la observó con atención y sus ojos verdes chocaron con los de ella.

―¿Te apetece ir a dar una vuelta por Hyde Park?

―Claro. Me encanta pasear por Hyde Park al atardecer.

Oliver se levantó y se adentró en la cafetería para pagar lo que ambos habían tomado. Tara se empeñó en darle su parte pero él no quiso aceptarla.

Veinte minutos después, Oliver andaba con las manos en los bolsillos delanteros del pantalón y Tara a su lado, cruzada de brazos por el frío.

―¿Quieres mi chaqueta?―Le ofreció Oliver, empezando a quitársela.

―No, no. No te molestes, Oliver―Le colocó una mano en el hombro―Estoy bien. Gracias.

―¿Segura? Yo creo que te estás muriendo de frío.

―Para nada, es solo que hace un poco de fresco, pero estoy bien. Es agradable.

―Okay, pero si en cualquier momento la quieres, no dudes en pedírmela.

Tara casi se derrite ante la amabilidad de Oliver.

―Bueno y... ¿Vas a decirme ya eso que tenías que decirme? ―Ladeó la cabeza para mirarlo a los ojos. La expresión de Oliver había cambiado y en su rostro había aparecido una sonrisa vergonzosa. Bajó la cabeza y luego volvió a mirarla. Paró y la cogió de la mano. Tara se sobresaltó, sintió como todo su metabolismo se aceleraba.

Heart's SmashDonde viven las historias. Descúbrelo ahora