Capítulo 62.

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La puerta de Packer's Roost se abrió y Zayn se zambulló en el interior del local, atestado de hombres de más de cuarenta años y de camareras curvilíneas con faldas de cuero y tops ajustados a sus voluminosos pechos. "Pour Some Sugar On Me" de Def Leppard sonaba a todo volumen, impidiéndole escuchar cualquier cosa con claridad.

No tardó mucho en avistar a Erika sentada a la barra, también con una falda y unas botas negras. Llevaba una camiseta de tirantes negras y estaba de espaldas a él, sentada en un taburete de madera, y estaba seguro de que su escote dejaría ver más de lo que debía.

Respiró hondo y fue hasta ella.

Ni siquiera se molestó en saludarla, tal y como había hecho la última vez. Tomó asiento a su lado y le pidió una cerveza a un tipo de unos treinta años vestido con una camisa negra y barba de varios días. Erika ladeó la cabeza hacia él y sonrió maliciosamente.

―¿Dónde está Hayley?

―No estoy seguro...―Contestó Zayn, alargando la mano para coger la botella y llevarse la cerveza a la boca.

―¿No estás seguro?―Erika enarcó una ceja―¿Entonces para que has venido? ¿Quieres echar un polvo o...?

―Olvídate de eso. Quiero hablar.

―Ah, hablar...―Erika volvió a mirar al frente y se sintió decepcionada, aun así, Zayn sabía que una chica como ella nunca se rendía―Eso es lo que se nos da mejor, claro que sí―Bromeó.

―¿Por qué estas con ellos? ―Le preguntó Zayn directamente. No tenía ni un segundo para perder el tiempo. La miró, girando sobre el taburete de madera y sujetando la cerveza en la mano derecha.

―Eso no es asunto tuyo.

―Lo es si son ellos quienes quieren matarme a mí y a la familia de Tara.

―No tienes ni la menor idea de lo que quieren, Zayn, así que mejor cierra la boca y llama a quien tengas que llamar para que traigan a Hayley.

―Olvídate de Hayley―Respondió él bruscamente―. Quiero saber qué demonios está pasando, que hemos hecho mal. ¿A caso te parece graciosa la situación, Erika? ―Mientras Zayn hablaba, ella parecía ignorarlo. Tenía la mirada posada sobre el camarero y le había hecho un gesto con la cabeza para que le sirviera dos chupitos.

―Lo que me parece gracioso es que seas tan débil por Tara y por los desgraciados de sus hermanos.

―No soy débil―Se mofó él haciendo una mueca―Por ella soy fuerte. Estás muy equivocada si piensas lo contrario.

Erika cogió uno de los chupitos en diminutos vasos de cristal y se lo llevó a la boca, tragándoselo todo de un solo trago. Dejó caer el recipiente sobre la mesa con un golpe seco y se volteó de nuevo hacia Zayn mientras se pasaba la lengua por los labios y le lanzaba una mirada mordaz.

―Que romántico, por favor―Se burló sin gracia―Dame a Hayley y todo quedará zanjado.

―¿Eso es lo que han dicho ellos? Porque no me creo ni una jodida palabra.

―Me importa una mierda lo que creas. Saca el puto móvil y llama a Tara.

―No pienso hacerlo―Cogió el otro vasito que Erika había pedido al camarero segundos antes y se lo llevó a la boca antes de que ella dijera algo. Estaba demasiado irritado y furioso como para pensar en lo que estaba haciendo. El odio que empezaba a crecer en su interior hacia aquella mala pécora lo manipuló durante unos instantes que lo llevaron al límite―¿Sabes a quien voy a llamar?―Esbozó una sonrisa―A Lucas. Pienso sacarte de aquí y luego nos lo contarás todo, de principio a fin. ¿Y sabes también qué? Que me importa una mierda si realmente no sabes nada. Vete pensando una historia que contarnos, porque te aseguro que no regresaras a tu casa hasta que sepamos lo que ocurre.

Tic tac, tic tac, tic tac...

Tara volvió a mirar el reloj.

―Ya ha pasado más de media hora―Dijo, estremeciéndose por los pensamientos que ella misma se metía en la cabeza.―Y Zayn no ha vuelto, ni siquiera te ha llamado.

Lucas, quien se encontraba sentado en el asiento con Anna entre sus brazos, acariciándole el cabello suavemente, miró a su hermana con preocupación. Había estado todo el tiempo hablando de Zayn, murmurando cosas para sí misma y deseando salir para ir a buscarlo, pero gracias a Dios, se había mantenido en el mismo lugar durante todo el tiempo.

―Está bien...―Murmuró Lucas, irguiéndose un poco y haciendo que Anna se removiera entre sus brazos. ―Voy a entrar. Ustedes...

―¡No!―Gritó Tara al momento en que lo escuchó―. Nosotras también vamos―Se dio la vuelta y agarró la manilla de la puerta para salir del coche, pero Lucas no tardó en agarrarla del brazo e impedirle que se moviera de allí.

―Tú te quedas aquí con Anna y con Hayley―Repitió con insistencia ―. Yo me encargo de Zayn.

―¡He dicho que no!―Se zafó del agarre de su hermano y tan rápido como pudo, abrió la puerta y salió del coche en dirección a la entrada del bar. Quería ver a Zayn y saber que estaba bien. No iba a quedarse esperando mientras él se encargaba de todo. ¿Qué pasaría si allí dentro se estuviera desatando la tercera guerra mundial y aparte de perder a su novio volviese a perder a su hermano, por segunda vez? No estaba dispuesta a perder a las personas que la mantenían con los pies sobre la Tierra. Si algo le ocurría a cualquiera de ellos, los demás se sentirían perdidos, solos, y sin nada más por lo que luchar.

―¡Tara!―Gritó Lucas, pero aunque ella lo hubiese escuchado, lo ignoró por completo. ―Mierda―La vio acercarse a la entrada del bar, ralentizando sus pisadas y supo que no tenía tiempo que perder. Bajó la mirada hacia Anna―Quédate aquí, por favor. ―Ella asintió con la cabeza―Cuida de Hayley. Si pasa algo, cualquier cosa, arranca y sal de aquí tan rápido como puedas―Le dio un rápido beso en los labios y se alejó del coche.

Heart's SmashDonde viven las historias. Descúbrelo ahora