Ya no había nada a que temer. El enmascarado se había marchado, pero aun así, ni Anna ni Tara sabían cómo sentirse. Aún tenían la mirada petrificada sobre Zayn, llenándose la cabeza de suposiciones, conclusiones y preguntas que por el momento no tenían respuesta alguna.
Tara aún no podía creer las palabras de aquel tipo, no daba crédito a que Zayn tuviese algo que ver con todo aquello, pero si estaba metido tan de lleno como lo estaban el resto de implicados, ¿por qué no había confiado en ella y se lo había dicho? ¿Por qué le había ocultado lo que sabía? Tara creía que después de haber pasado aquella maravillosa noche juntos, habían sellado sus lazos afectivos para siempre, que se habían entregado el uno al otro en cuerpo y mente, que había quedado claro que por encima de todas las cosas, siempre confiarían el uno en el otro, pero al parecer se había equivocado y había caído rendida a los pies de Zayn, a sus juegos, tal y como habían hecho las otras chicas. Se sentía engañada y defraudada.
En aquel momento, la rabia y la desolación la abrasaban.
―¿Quién mató a Lucas? ―La pregunta salió de sus labios como un cohete hacia la luna. No pudo contenerse. Quería respuestas ya. Tenía que ser fuerte y olvidarse de lo que tenía con Zayn. Si él la había engañado, si le había ocultado cosas... Su relación estaba destinada al fracaso. Ahora debía centrarse en Lucas, en Anna y en todo lo que estaba ocurriendo, por su bien y por el bien de los demás, y por mucho que le costase, debía dejar a un lado el tema de Zayn y su relación con él. Ya tendría tiempo después para echarse a llorar como una niña con el corazón roto. Había cosas más importantes que una relación que habían empezado hacía varios días y que realmente no tenía futuro.
Zayn tragó saliva y avanzó un paso hacia Anna y Tara, pero su chica, si es que aún podía llamarla así, retrocedió. Anna se mantuvo dónde estaba con la mirada sobre él, una mirada húmeda. No mostraba odio, rencor ni rabia. Solo dolor. Estaba destrozada, como siempre lo había estado desde que Lucas la había dejado sola en aquel mundo. Zayn la miró, luego volvió a desviar la mirada hacia Tara.
―Tara...―Empezó a decir, inseguro y asustado. Cualquier cosa que dijese, cualquiera, podría romper su relación con Tara y podría hacer que el odio creciera en el interior de Anna y se cerniera sobre él. Jamás en toda su vida las manos le habían sudado tanto―Yo no... No puedo decírtelo―Suspiró al fin. Mantuvo los ojos marrones clavados sobre los de Tara. Había hecho una decisión aquella mañana y se había prometido a sí mismo que no se lo diría a Tara, que no le diría que por su culpa su hermano estaba muerto. Ella lo odiaría, podía darlo por seguro. Conocía a Tara de sobras como para saber que no perdonaba con la verdad ni a la primera de cambio. Quizás, no contándole la verdad se ganaba también parte de la rabia que empezaría a crecer en su interior, haciéndose cada vez más y más grande, pero encontraría alguna manera de hacerle entender que él no iba a hacerle daño. Jamás. Que la cuidaría y protegería siempre, y cuando a ella le quedase claro aquello, se ganaría su confianza hasta que decidiera y asumiera que había cosas, como la que ella le estaba reclamando ahora, que él jamás le contaría―No puedo decírtelo, Tara.―Repitió, esperando a que Tara dijera algo, cualquier cosa.
―¿No puedes decírmelo? ―Repitió ella con incredulidad y haciendo una mueca de dolor, apretando las facciones de su rostro―¡¿Por qué no puedes decírmelo?! ¡Quiero saber quién mató a mi hermano!
―Tara, por favor―Caminó hasta ella y le ahuecó una mejilla con la mano mientras la miraba con el corazón casi destrozado. Ella contuvo las lágrimas. Anna, al lado del chico, bajó la mirada al suelo y se llevó ambas manos a la cara para ocultar la rojez de sus ojos y sus mejillas―No puedo contarte la verdad, pero te prometo que yo no...
―¡No me prometas nada! ―Tara se apartó de él tan rápido como él empezó a hablar. Soltó la mano de Anna y marcó una serie de pasos hasta alejarse lo suficiente de él. Quería llorar, pero en aquel momento, estaba más enfadada que triste. ―¡Solo quiero que me digas la verdad! ¡Quiero que me digas quien mató a Lucas, porque lo sabes! ¡Lo sabes, Zayn!―Le gritó mientras lo señalaba acusadoramente y con potencia con el dedo índice. Zayn se sintió la peor persona del mundo, el culpable de todo, de todas las catástrofes, se sintió solo y desolado. El mundo podía acusarle si quería, insultarle y maltratarlo. No le harían daño. Pero Tara... Todo lo que ella pudiese hacerle le afectaría más que cualquier otra cosa en el mundo, y aquella actitud que había adoptado al escuchar las palabras del intruso lo estaba matando. Que alguien pusiera a Tara en su contra tras dieciocho años juntos era lo peor que podría pasarle jamás. Perderla, herirla... No quería pensar en ello. Se odiaría para el resto de sus días. ―¡Dímelo, maldita sea! ¡¿Quién mató a mi hermano?!
―Tara, deja de gritar, por favor. Solo...
―¡Dejaré de gritar cuando me digas que es lo que sabes! ¡¿Por qué me has estado engañando?!
―¡Tara, yo no...!
―¡Basta! ―El grito de Anna, el cual los tomó de improvisto, los detuvo a los dos. Desviaron la mirada hacia ella y la vieron levantar la mirada del suelo. Aquellos ojazos verdes, empapados en lágrimas, los dejó a ambos sin aliento. ―Dejen de discutir, por favor...
―¡Sabe quién mató a Lucas, Anna!―Reprochó Tara a gritos, tratando de entender en su fuero interno el comportamiento de Anna, la razón por la que ella no parecía enfadada ni inquieta por lo que pudiera saber Zayn―¡¿Es que acaso no te importa?!
―Por supuesto que me importa―Contestó secamente, lanzándole una mirada seria e intensa―Pero lo único que deberíamos hacer ahora es marcharnos de esta casa y no complicar más las cosas. Tenemos que confiar entre nosotros y...
―¡¿Confiar?! ―Volvió a chillar Tara, y Zayn se estremeció al momento. Supo perfectamente lo que iba a decir ella a continuación―¡No puedo confiar en él! ―El impulso que tuvo Zayn en ese instante fueron unas enormes y tremendas ganas de echarse a llorar. La confianza de Tara era, probablemente, casi sin duda, la cosa más importante de su vida, y acababa de perderla.
―Tenemos que irnos―Repitió Anna, ignorándola e irguiéndose, dispuesta a dirigirse de nuevo a la habitación de Lucas para recoger sus cosas y marcharse de allí. Alguien sabía dónde vivían, donde se alojaban, y en cualquier momento, ese hombre podría volver a aparecer como lo había hecho esa noche y hacerles daño. No podían permanecer allí de brazos cruzados, viviendo con el miedo dentro del cuerpo―Pero que conste que eso no significa que no esté dudando de ti―Señaló a Zayn y se marchó por el pasillo para entrar en su habitación y acunar a Hayley entre sus brazos para tranquilizarla, pues la pequeña seguía acurrucada entre las sabanas donde alguna vez habían estado Lucas y Anna entregándose a la pasión.
Zayn y Tara se miraban fijamente, parados en medio del pasillo, con el pulso temblándole y la sangre corriéndoles a mil por hora por las venas. Zayn tenía que arreglar aquello y Tara perdonar a Zayn por fuese lo que fuese que hubiera hecho, pero no podía. Él iba a abrir la boca para decir algo, pero ella alzó una mano y lo detuvo.
―No digas nada―Le ordenó―No quiero oírte. ―El corazón de Zayn se oprimió en su pecho―Si no quieres decirme quien mató a Lucas, tampoco te molestes en dirigirme la palabra para decirme tonterías.
Y tal y como lo dijo, pasó por su lado, casi rozándole la piel, y subió a su habitación para empezar a empacar las cosas necesarias en una maleta. No sabía dónde irían, pero tenía claro que lejos de allí.
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Heart's Smash
FanfictionElla siempre había sido su mejor amiga... Hasta que se dio cuenta de que la deseaba. Escritora: Verónica.