Capítulo 28.

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―¿Satisfecha con la compra?

―Ajá―Tara asintió con la cabeza mientras se llevaba el sorbete de limón a la boca y aspiraba por la pajita.

Después de comprar uno de los vestidos azules para Hayley que Zayn le había sugerido, habían decidido ir a tomarse un refresco. Se habían acomodado en unos sillones que había en medio del centro comercial y había llegado la hora de sacar a la luz emociones y sentimientos.

Zayn colocó una mano en el muslo de Tara y ella levantó la vista hacia él.

―Se que tenemos que hablar de lo que pasa entre nosotros―Le dijo Zayn con una mirada comprensiva―Pero hay otra cosa que te preocupa, ¿verdad?

Tara se mantuvo en silencio, mirándolo fijamente. Indecisa y confusa. Quería contárselo todo. No, no, tenía... debía contárselo todo, por su bien, por el de ella y por el de Anna. Siempre había sido sincera con Zayn y ahora continuaría siéndolo.

―El mensaje de anoche preguntándome si estaba bien fue por algo y está mañana estás rara―Acercó la mano a su rostro y le apartó un mechón de la cara con ternura― Tara... ¿qué pasa?

Tara agachó la cabeza y tras un eterno silencio, dejó el vaso en la mesa y lo miró a los ojos.

―Anna ha estado recibiendo... unas fotos extrañas a lo largo de estos dos años y...―Se pasó una mano por la cara―y había... "cosas" escritas detrás.

―¿Fotos? ―Obviamente, Zayn no iba a entender nada como ella no se lo explicara todo desde el principio hasta el final, así que tomó valor y paciencia y empezó contándole la historia tal y como había empezado Anna.

Le contó absolutamente todo los detalles. No iba a olvidarse ni de uno solo. Quería que Zayn lo supiera todo y que la protegiera al igual que ella iba a protegerlo a él. Necesitaba que entendiera que si Anna tenía razón y el accidente de Lucas no había sido pura casualidad, ella iba a necesitar cariño y apoyo constante. Quizás había superado la muerte de Lucas, se había mentalizado que ya no volvería a estar jamás con ella, pero eso no significaba que no llorase cada vez que lo recordase. Era un hecho imposible de contener.

Los ojos se le llenaron de lágrimas y en cuanto vio los ojos de Zayn brillar por ella supo cuánto necesitaba encontrarse entre sus brazos.

―Eh, eh, eh―Zayn le cogió las manos con ternura. Su rostro mostraba toda la preocupación que sentía por ella y Tara se conmovió. Sintió mariposas en su estómago.―Ven aquí.

Aquella era la orden que había estado esperando. Zayn la conocía perfectamente y sabía cuándo Tara lo necesitaba más que a otra persona en el mundo. Tara se levantó para colocarse en el regazo de Zayn y mientras él la abrazaba colocó la cabeza en su cuello y sollozó, dejándose hechizar a la vez por su perfume varonil.

Zayn la acunó como si fuese un bebé. No le importaba que estuviesen en medio de un centro comercial. Cuando se trataba de ofrecerle apoyo a Tara, el resto del mundo le importaba una mierda.

―Suéltalo todo, Tara―La incitó―Estoy contigo, no va a pasarte nada.

―Yo no... No quiero que te ocurra algo a ti―Le rodeó el cuello con los brazos y se apretó más a él.

―Tara, no me va a pasar nada―Tenía que hacerle entender aquello a su mejor amiga. La separó levemente de él y le cogió el rostro entre las manos, muy cerca del suyo.

Tara tenía los ojos llorosos y brillantes. A pesar de todo, a Zayn le encantaban. Pasó el pulgar por debajo de ellos para limpiarle las lágrimas y la observó durante un buen rato.

Heart's SmashDonde viven las historias. Descúbrelo ahora