Capítulo 88.

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Algo duro golpeó la cabeza de Tara y la joven cayó inconsciente al suelo.

Zayn se abalanzó sobre Kendrick y le arrebató el rifle con el que había golpeado a Tara.

De alguna manera, había conseguido escapar del salón. Probablemente por una de las puertas laterales.

Y ahora estaba en medio del pasillo, cubierto de quemaduras y con fuego en los ojos, llameantes. Su corazón deseoso de venganza, de muerte.

Lucas se arrodilló junto a su hermana mientras Zayn batallaba contra Kendrick.

—Tara. Tara, respóndeme. Cariño, dime algo.

Ella no contestó.

Lucas se mordisqueó los labios y se contuvo las ganas de gritar, echarse a llorar y de romperlo todo a su alrededor. Deseó que Anna y Hayley estuvieran bien, a salvo. Si algo les ocurriera por haberlas dejado solas, se pasaría el resto de su vida culpándose a sí mismo.

Zayn y Kendrick se encontraban tras él, batiéndose en duelo entre gritos, insultos y gemidos de dolor. Uno forcejeaba contra el otro. El rifle había caído al suelo con un ruido que para ellos había sido sordo. Lucas lo observó con una mezcla entre horror y fascinación. Algo se encendió en el interior de su cabeza.

—¡Vas a morir, maldito! ¡Todos van a morir! —gritó Kendrick.

Zayn le atestó un puñetazo en la mandíbula.

—¡Deja de decir eso! ¡No te vas a salir con la tuya.

—Eso es lo que tú crees... ¡Pero voy a conseguir vengarme de vosotros! ¡Lo juro!

—¡Cállate!

—Los primeros serán tus padres y los de Tara. Luego irá Hayley, seguidamente Tara y Anna. Y finalmente tú y Lucas. Pienso despedazaros, cortaros a trocitos y esparciros sobre los cadáveres de vuestras novias.

—Eres un sínico desquiciado. Estás loco.

—Puede que esté loco, pero yo no voy a morir en cosa de segundos.

—¡Te equivocas de persona! —Lucas agarró el rifle, se puso en pie y aprovechó la posición en la que se encontraban Zayn y Kendrick para arrearle un buen golpe en toda la cara con la culata del arma, rompiéndole la nariz de la que empezó a brotar sangre inmediatamente.

Zayn le atestó una patada en el estómago y lo envió al salón donde las llamas se lo habían comido todo.

Kendrick soltó un grito.

—¡Cierra la puerta! —le ordenó Lucas a Zayn, quien obedeció inmediatamente—Quédate con Tara, yo iré a cerrar la otra puerta. Si no vuelvo en tres minutos, marchaos.

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