El corazón de Tara dio un vuelco en cuanto escuchó el grito de su hermana.
Para el resto del personal allí podría haber sido un simple grito de una niña de cuatro años pidiendo que le comprasen cualquier tontería, pero Tara conocía a Hayley, era su hermana, había estado siempre a su lado, y sabía de sobras que aquel grito no significaba nada bueno y que no pedía nada excepto ayuda.
Anna vio las facciones contraídas en el rostro de Tara y supo inmediatamente que algo no iba bien. Le tocó el brazo a Tara suavemente sintiendo como el corazón cada vez le latía con más rapidez.
―Hayley―Pronunció Tara, y al momento dejó caer una bolsa cargada de manzanas al suelo y salió corriendo hacia la sección donde estaban las golosinas.
Sus ojos se llenaron de lágrimas. El mundo parecía haberse parado a su alrededor. Sentía los latidos de su propio corazón latiendo desosegados en el interior de su pecho. No podía perder a Hayley. Ya había perdido a Lucas. Con aquello ya tenía suficiente.
A lo lejos de un pasillo pudo ver a Zayn acercándose también con cara de preocupación, con el ceño fruncido, sin saber exactamente qué estaba pasando. Cargaba una cesta con bebidas y caminaba con lentitud.
Tara lo veía todo a cámara lenta. Solo de pensar que podía haberle pasado algo a Hayley se ponía enferma y le entraban unas tremendas ganas de lanzarse por un puente. La pequeña estaba a su cargo y su responsabilidad era cuidar de ella.
Entró en el pasadizo de golosinas, y lo único que pudo ver fue una bolsita de dulces en el suelo. El corazón le dio un giro de trescientos noventa grados, dejándola sin respiración, y dejó de latir.
Zayn llegó hasta ella con el pulso a toda velocidad cuando vio tanto las facciones de Anna como las de Tara. Trató de cogerla de la mano, pero ella ni siquiera lo miró cuando volvió a salir corriendo hacia la puerta del supermercado que daba al exterior después de susurrar:
―Tienen a Hayley.
Cuando estuvo en el aparcamiento donde había cientos de coches, miró tan rápido como pudo hacia todas partes, hacia la derecha, hacia la izquierda, a un lado, al otro, justo a tiempo de ver como un coche con las ventanas pintadas de negro se marchaba a toda velocidad por el camino de salida.
―¡Hayley! ―Una lágrima escapó de sus ojos.
No muy lejos de ella percibió movimiento, algo que captó su atención. Un par de hombres se acercaban a ella. Eran altos y corpulentos, poco atractivos, de ojos azules y de sonrisas traviesas.
Tara dio un paso armándose de valor para golpearles, pero sintió una mano en su cintura agarrándola con fuerza e impidiéndole ir a por ellos.
―¡Se llevaron a Hayley! ¡Tienen a Hayley! ―Gritó mientras las lágrimas se derramaban por sus mejillas.
Zayn trató de retenerla. Lo último que quería en aquellos momentos era que le ocurriera algo también a Tara. No podía permitirlo. Ahora debía protegerla a ella, calmarla, y luego se centrarían en recuperar a Hayley y en acabar con aquellos cabrones.
Los hombres, quienes se habían detenido a cinco metros de ellos, rieron por lo bajo mientras miraban a la pobre Tara debatirse en los brazos de Zayn por el dolor que estaba sintiendo en el corazón.
Anna los miraba con odio desde detrás de Zayn, con ganas de también lanzarse contra ellos. Sabía que fuesen quienes fuesen, le habían hecho algo a Lucas, sabía que tenían la culpa de que él no estuviese con ella en aquellos momentos. Ellos le habían arrebatado al único hombre al que había amado alguna vez y aquello no iba a perdonárselo a dos desgraciados tan fácilmente. La rabia se filtraba por sus venas y llegaba hasta su corazón en forma de impulsos que la incitaban a abalanzarse como una gata salvaje sobre ellos. No tuvo que esperar mucho tiempo. El corazón le palpitaba alocadamente dentro del pecho. Dejó escapar dos lágrimas por ambas mejillas y corrió hasta ellos.
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Heart's Smash
Fiksi PenggemarElla siempre había sido su mejor amiga... Hasta que se dio cuenta de que la deseaba. Escritora: Verónica.