Capítulo 70.

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―Estoy bien, de verdad―Murmuró Zayn por décima vez.

―¿Seguro? ―Preguntó Tara― No, mejor que vuelva a revistarte el médico. Quédate aquí.

―Tara.... Te he dicho que estoy bien. Lo único que necesito es algo de comer. Me muero de hambre, de verdad.

Tara suspira ahora más tranquila que hace un rato.

―Está bien, iré a buscar al médico.

―Que pesada―Zayn rió―. El médico ha dicho hace diez minutos que estoy bien. ¿Quieres venir aquí y darme un beso en vez de seguir preocupándote? ―La agarró del brazo y la volteó hacia él, haciendo que la joven se inclinara inmediatamente sobre.

Zayn capturó sus labios y la besó. Primero un besito, después una unión de labios y lenguas que se convirtió en algo apremiante y seductor.

Tara, sorprendida por la efusividad que mostraba el chico tras tan solo medio día después de haber despertado, no quiso abrazarle y forzar su cuerpo contra el suyo. Aunque el chico no se cansara de decir que estaba bien, Tara sabía que estaba débil. Necesitaba alimentarse, darse una buena ducha e ir al baño, pero al parecer, no tenía nada de cansancio, por lo que se moría de ganas por llevarse a su chica a la cama.

Tara rió sobre sus labios.

―¿Eres consciente de que estas en el hospital? ―Corroboró―Deja de comportarte como un adolescente con las hormonas descontroladas.

―¿Es que acaso no me has echado de menos?

Dios, no se hacía ni una idea.

Tara relajó las facciones de su rostro y se apartó ligeramente para poder mirarlo a los ojos. Recordó todo lo que había sentido aquellos días interminables, las lágrimas que había derramado, lo vacía que se había sentido...

Buscó la mano pálida de Zayn y la aferró con fuerza contra la suya.

―No te haces una idea de lo mucho que he llegado a extrañarte...―Susurró con los nervios a flor de piel.

Zayn le acarició la mejilla cuando vio que sus ojos se llenaban de lágrimas. Se acomodó mejor en la cama y la obligó a acercarse más a él.

―Ven aquí, cielo...

La instó a subir a la cama, la abrazó y la acunó contra su pecho mientras las pequeñas perlas de agua se derramaban por su rostro.

―Abrázame―Le pidió el chico.

Tara le rodeó el cuerpo con los brazos y hundió la cabeza en su cuello.

―Siento haberte hecho pasar por todo esto...

―No ha sido culpa tuya...―Susurró ella.

Zayn le besó la coronilla y no dijo nada más.

Pocos minutos después, ambos se quedaron completamente dormidos, como dos niños pequeños.

Unas horas antes, cuando el camino había estado libre, Anna y Lucas se habían acercado al hospital para darle la "bienvenida" al chico. Los padres de Zayn y los de Tara habían estado horas antes y horas después. Habían regresado a sus casas para buscar algo de ropa para Zayn y Tara. El médico había dicho que en un par de días podría regresar a casa. Lo único que necesitaba era comer mucho para volver a recuperar la energía que había perdido.

3 días después.

―¿Ya no sientes nada? ¿Mareos, mal estar general, dolor en el estómago... Nada?

―No. Absolutamente nada. Estoy bien. Te lo aseguro―Afirmó Zayn, tomando asiento en la cama, colocándose contra la pared y pasándose una mano por el cabello.

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