Capítulo 14

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―Hola―Tara sonrió como pudo y se puso de puntillas para darle un beso en la boca a Oliver, quien le mostró sus dientes, complacido, y luego le cogió la mano para llevarla hasta el coche.

Durante el trayecto hasta el cine Tara no dijo ni una palabra, miraba por la ventana con pesimismo mientras que Oliver le lanzaba miradas cada momento tratando de averiguar si le ocurría algo.

―¿Cariño?

―¿Sí? ―Tara volteó la cabeza para mirarlo.

―¿Te ocurre algo?

―Am... Pues―volvió la vista a la ventana y seguidamente sintió la mano de Oliver en su pierna. Se mantuvo en silencio durante unos segundos y luego la envolvió entre las suyas, clavando sus ojos en los de Oliver y sonriéndole―Problemas con Zayn―Contestó haciendo el corazón fuerte―pero no te preocupes, ahora estoy contigo y estoy feliz―Se movió de su asiento para acercar su boca a la de Oliver, le dio un beso y luego volvió a sonreírle.

¿A quién trataba de engañar? De aquella manera no se iba a olvidar de Zayn, no había medio que pudiera hacerle desaparecer aquel chico que siempre había estado en su vida de su cabecita.

―Si necesitas hablar, podemos dejar lo del cine para otro día y podemos ir a mi casa.

―No, tranquilo―Respondió―Me apetece ir al cine, hace tiempo que no voy.

―Está bien, como quieras. Si no, podemos hablar después, en la fiesta de Lorena.

Oliver le había dicho que después de la sesión de cine irían directos a casa de Lorena. Tara se había arreglado sin llamar mucho la atención. Se había pintado la raya del ojo de color negro, se había puesto crema para hidratar la piel y un poco de gloss de fresa en los labios. Se había puesto una falda de volantes de color negro que le cubría hasta dos dedos por encima de la rodilla y un jersey de tirantes de color blanco que se ajustaba a sus pechos y a su cintura. El cabello y sus ondulaciones le caían por los hombros.

―Prefiero disfrutar de la fiesta que seguir rayándome con eso...

―Tara, si estás mal, debes hablar con alguien. Puedo ayudarte.

―Ya lo sé, Oliver, solo...―Tragó aire y luego lo soltó todo, suspirando con pesadez―Ayer quedé con Zayn para que viniera a casa y pasáramos una noche juntos, como hemos hecho siempre desde que somos mejores amigos pero... No sé que le pasó―Trató de no recordar el momento en que se había enterado de que la había dejado tirada para irse con Erika y de todos los sentimientos que le habían inundado el estómago. Solo quería explicárselo a Oliver pero tampoco quería volver a sentirse mal por culpa de Zayn―Se le debieron cruzar los cables o... Yo que sé. El caso es que no vino y... Se marchó con una de sus barbies.

Tara ni siquiera miró a Oliver cuando se lo explicó. Empezó a juguetear con uno de los anillos que llevaba en su dedo anular, como hacía siempre, y se tragó las lágrimas para evitar que se le corriera el maquillaje. Suspiró una vez más y volvió a mirar por la ventana. Notó la mirada de Oliver sobre ella pero no dijo nada. Admiraba la manera en que Oliver le dejaba tener su propio espacio. No la obligaba ni la presionaba para que le dijera nada que no quisiera contarle.

Oliver volvió a acariciarle la pierna desnuda, ya que la falda había quedado más de cinco dedos por encima de la rodilla al sentarse y Tara entrelazó sus dedos con los de él.

―Oliver, Lorena. Lorena, Oliver.

―Hola, encantada―Lorena dio un paso con una sonrisa y besó la mejilla de Oliver.

Hacía varios minutos que habían llegado pero la casa de la prima de Tara ya estaba llena de gente. La música sonaba en cada rincón y la gente se movía al ritmo de las canciones sujetando cervezas y otras bebidas en sus manos.

Heart's SmashDonde viven las historias. Descúbrelo ahora