Heart's Smash

Capítulo 34.

La puerta del baño se cerró en cuanto Tara terminó de cepillarse los dientes. Salió cambiada, con unos shorts de algodón y una camiseta blanca y se percató de que Zayn estaba demasiado absorto en sus pensamientos. Estaba tendido sobre la cama, con las manos en la cabeza y los ojos cerrados. Hacía rato que él también se había cambiado. Se había puesto unos pantalones de chándal grises y una camiseta negra.

―¿Zayn? ―Tara se acercó a la cama y él ladeó la cabeza para mirarla, pero no dijo nada―¿Estás bien? ―Se subió a la cama y se arrastró hasta llegar a él.

―Sí, solo...―Si le decía lo que llevaba martirizándolo toda la tarde, no sabía cómo reaccionaría Tara. Él tampoco estaba seguro, así que decidió callarse y no contarle que sus padres habían recibido también una nota y que en ella estaba escrita la fecha en la que murió Lucas. Tara se colocó sobre Zayn y se inclinó para dejar reposar la cabeza en su pecho―Estoy preocupado. No quiero que te pase nada―Contestó, llevando una mano a su cabello para acariciarlo.

―No me pasará nada...―Susurró ella―Porque tú me protegerás.

―No lo dudes―¿Pero sería capaz de hacerlo? ¿Podría prometerle que no le ocurriría nada cuando ni siquiera sabía a qué o a quién se estaba enfrentando? El corazón se le encogió dentro del pecho. Volvió a desviar la mirada al techo y suspiró. ―¿Cómo está Anna? ―Preguntó entonces.

―Confundida, enfadada, triste... Tiene una mezcla de sentimientos dentro de ella que pronto acabará volviéndola loca, pero es normal. Si a ti te separaran de mí y yo descubriera que alguien te mató... No descansaría hasta encontrar a quien te apartó de mi lado. Y eso es lo que voy a hacer también. No voy a dejar que Anna se ocupe de esto sola. Lucas era y será siempre mi hermano. Pienso vengarme de quien nos lo quitó a mí y a Anna.

―Cariño, la venganza no es buena.

―Me da igual. Con ella consigues al menos sentirte mejor.

―Pero no vas a recuperar a Lucas...

―Eso ya lo sé, Zayn―Alzó la barbilla y lo miró ―. Pero si alguien nos busca ahora a nosotros para matarnos, quiero dejarle claro que no va a poder. No va a salirse con la suya. No otra vez

Oh, aquella Tara tan dura. Esa faceta de niña mala excitaba a Zayn hasta lo indecible. Se mordió el labio y negó con la cabeza mientras sonreía. Tara tenía razón. Fuese quien fuese no iba a salirse la suya. Él iba a proteger a Tara hasta el punto que hiciera falta. Si tuviera que dar su vida por ella... La daría.

―¿Te he dicho ya que me encantas?

Tara sonrió de oreja a oreja y se ruborizó sin dejar de mirarlo a los ojos.

―Varias veces, pero puedes seguir diciéndomelo tanto como quieras.

Zayn rió. Luego enredó los pelos en la cabellera de Tara y la acercó a su boca. La besó con cariño y pasión. Le mordisqueó los labios y ella sonrió sobre los suyos. Llevó las manos al tupé de Zayn y lo despeinó. Oh, Dios, como le encantaba hacer aquello, verlo con los pelos revueltos, enredar los cortos mechones en sus delgados dedos, acariciarlo y verlo derretirse bajo ella.

Zayn la rodeó con sus brazos y la hizo rodar sobre la cama para quedar sobre ella. Tara rió y volvió a besarlo mientras sentía las manos del chico por todo su cuerpo, recorriéndola de arriba abajo por encima de la ropa. Tara puso en acción a su lengua y la pasó sobre los perfectos dientes de Zayn, él la capturó y se la mordisqueó. Ella dejó escapar un quejido gracioso y Zayn le dio un cachete en el trasero.

―Nadie se queja de los mordiscos de Zayn Malik. Y mucho menos tú―La acusó, mirándola a los ojos con una irritación adorable.

Tara gruñó. Seguidamente bajó la mano por su espalda y la metió dentro de los pantalones de Zayn, en el interior de los calzoncillos. Le acarició una de las nalgas y esta vez fue él quien emitió algo parecido a un gruñido.