―¿Han regresado los padres de Zayn?―Preguntó Mary mientras la familia comía.
―Sí―Contestó Tara―Justo cuando llegamos nosotros.
―¡Y la mami de Zayn dijo que podríamos ir con ellos a esquiar o a hacer una excursión por la montaña!―Gritó Hayley, esperando a que su madre le dijera que tenía permiso para ir.
―Oh, tendré que hablar con ella antes de que eso suceda―Respondió, provocando cierto desánimo en la pequeña―¿Vas a salir esta tarde?―Miró a su hija mayor.
―Pues...―Tara recordó a Oliver y pensó que era mejor callarse―Yo saldré con Liam y Louis, seguramente―Mintió. Vio como su hermana pequeña levantaba una ceja. Tragó saliva. No quería que sus padres supieran que iba a salir a solas con el chico que le gustaba. Primero porque no quería que la acosaran con preguntas y segundo, porque su padre querría conocerlo primero y después le soltaría el típico y monótono sermón en el que le decía lo que debía y no debía hacer con su edad―Zayn irá al aeropuerto a buscar a Harry. Hoy regresa, por fin, de Alemania.
―¿Su novia también regresa con él?
―No es su novia, papá―Le informó Tara―Ni siquiera lo fue.
―¿Ah, no? Pero ¿entonces para que se fue a Alemania con ella?
Tara se encogió de hombros y se llevó una cucharada de sopa a la boca.
―¿Me pintas los labios a mi también?―Preguntó Hayley a Tara, quien se pasaba la barrita de gloss rosado por encima de los labios mientras se veía reflejada en el espejo de su baño.
Tara rió ante la coqueta pregunta de su hermana.
―Claro―Contestó―Acércate―Hayley dio dos pequeños pasos hacia delante y Tara se agachó. Tara colocó dos dedos delicadamente bajo la barbilla de la pequeña y le pidió que separara ligeramente los labios.
―¿Puedo acompañarte a ver a tu novio?―Le preguntó después. Tara volvió a reír.
―No es mi novio, Hay. Aún―Informó a su hermana―Y me temo que no podrás acompañarme, pero prometo que te lo presentaré pronto, ¿vale?―Le acarició un poco las mejillas. La pequeña asintió. Tara volvió a ponerse en pie, se miró en el espejo por última vez, se revolvió el pelo para no parecer tan formal y salió del baño seguida de su hermana.
―¿Zayn te deja tener novio?―Soltó de repente.
―¿Qué?―Tara se dio la vuelta y la miró, algo sorprendida―Zayn no es mi papá, cariño―Contestó mientras guardaba varias cosas en el bolso.
―Pero si ese chico te pide que seas su novia pasarás más tiempo con él y te olvidarás de Zayn.
―Ay, Hayley. Qué cosas dices... Eso no va a pasar, ¿de acuerdo? Zayn y yo hemos sido amigos desde siempre y eso nunca cambiará.
En ese momento tocaron el timbre de casa. Tara miró su reloj.
―Es él―Dijo con emoción―Me voy, princesa―Besó la frente de su hermana y salió de la habitación.
Bajó las escaleras lo más deprisa que pudo pero tratando de mantener la compostura. Sin embargo, notaba como el calor comenzaba a galoparse en sus mejillas. Se paró frente a la puerta de entrada y suspiró, colocando la mano en el pomo. Y con el corazón a mil por hora, abrió.
―Perdone―Zayn se levantó de su asiento y se acercó a una mujer de unos cuarenta y muchos años―¿El vuelo procedente de Alemania no llegaba a las siente en punto?
―Oh, sí―Contestó, levantando la vista de un periódico―Pero al parecer ha habido ciertos imprevisto y lleva media hora larga de retraso.
Zayn abrió los ojos. Le dio las gracias y mientras se alejaba de nuevo a su asiento murmuró un inaudible e irónico "Genial".
Se dejó caer en el asiento y sacó su móvil. Miró la hora y pensó en Tara, quien ya debería llevar un buen rato con Oliver. De pronto, cuando pensó que quizás la abría besado, sintió un nudo en la garganta. Seguramente porque no quería que ningún chico le rompiera el corazón. Ella nunca antes había estado con ninguno a pesar de que había sido una de las chicas más populares y reclamadas del colegio y eso podría traerle grandes repercusiones si su primer amor de verdad le despedazaba el corazón. Zayn sentía como la angustia crecía en su interior. Y era por esa razón, porque no podía ser por otra cosa.
―Hola―Dijo Oliver, con media sonrisa, una que podría petrificar a cualquier chica, y las manos dentro de los bolsillos del pantalón, tirando hacía delante.
―Hola―Contestó Tara, con aquella voz de tonta.
Oliver la observó detenidamente por unos segundos.
¿Qué le había pasado a aquella chica adolescente que no pasaba del metro sesenta y apenas tenía curvas? Tara ya era bella antes pero nada comparado con lo que ahora Oliver tenía delante. Quizás los que habían estado junto a ella durante toda su vida no se habían dado cuenta, pero él, después de casi tres años alejado de Inglaterra, se quedó inmovilizado al ver el gran cambió que había sufrido Tara.
Había crecido. Todo había mejorado. Sus facciones habían dejado de ser las de una niña para dejar paso a las de una mujer, el brillo de sus ojos se había intensificado, haciéndolos más hermosos, sus labios se mantenían finos pero ahora se incluía el hecho de que eran apetecibles y todos deseaban morderlos. Sus pechos habían crecido. ¡Vaya que si habían crecido! Tenía un vientre plano y unas piernas de infarto. Su piel morena brillaba a la luz del sol. Oliver silbó como muestra de asombro.
―¡Wow, Tara! Has...―La recorrió una vez más con la mirada―cambiado muchísimo.
―¿Cómo debo tomar eso?―Preguntó ella, haciendo una mueca y controlando el calor que se impulsó por hacerse notar en sus mejillas.
―Como un halago, por supuesto―Le contestó, volviendo a mirarla a los ojos y sonriendo.
―Entonces gracias―Tara escondió la dulce incomodidad que sintió en aquel momento. Era consciente de que seguro que estaba más roja que un tomate.
―¿Vamos?―Oliver le tendió la mano.
―Claro―Y con el pulso acelerado, Tara aceptó su invitación y juntos salieron de casa. Anduvieron hasta el coche de Oliver. Él, muy caballeroso, le abrió la puerta del copiloto y la hizo pasar.
Durante el trayecto, le sugirió a Tara ir a tomar algo y ella no dudo en estar de acuerdo.
Pararon cerca de Picadilly Circus y caminaron hasta una cafetería lo suficiente acogedora para gozar de un poco de tranquilidad. Una mujer con un delantal negro se acercó a ellos y tomó nota de lo que pidieron y no tardó ni cinco minutos en dejar las bebidas sobre la mesa.
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Heart's Smash
FanfictionElla siempre había sido su mejor amiga... Hasta que se dio cuenta de que la deseaba. Escritora: Verónica.