—Chicas, necesito sus pasaportes—comunicó Zayn, dando media vuelta para ver a Anna, a Hayley y a Tara detrás de él, las tres envueltas de maletas y trolleys.
Anna abrió una pequeña cartera que tenía a mano y le entregó los pasaportes.
—Gracias—Zayn volvió a encararse con la mujer que lo atendía y le entregó lo necesario para tramitar el vuelo y poder embarcar en menos de una hora.
—Enganchen estos papeles amarillos en las maletas con peso mayor a dieciséis quilos y pásenlas por aquí, por favor—dijo la mujer de pelo castaño recogido en un moño perfecto.
Las chicas arrastraron las maletas hasta Zayn y él se encargó de cogerlas una a una y colocarlas en la cinta transportadora que las llevaría hasta el avión.
Lucas apareció un par de minutos después con un par de bolsas de la compra cargadas de comida y bebidas. Anna levantó una ceja cuando él alzó las bolsas, mostrándoselas.
—Te habíamos dicho que compraras algo para comer durante el viaje, no que compraras el supermercado entero.
—Además, no se pueden llevar bebidas en el avión—adujo Tara.
Lucas las miró con sorpresa.
—¿Es una broma? Vengo cargando estas bolsas desde la otra punta del aeropuerto, y para colmo me he gastado una pasta porque las cosas aquí son el doble de caras que en la ciudad. Ahora no me digáis que vamos a tener que deshacernos de todos los refrescos antes de subir al avión.
—Así es, joven—le informó la mujer que le tendió los billetes a Zayn—. Nada de bebidas en el avión. Buen vuelo.
La mandíbula de Lucas cayó.
—Joder...
—Vamos—dijo Anna, acercándose a él con media sonrisa graciosa—, no te enfades—le agarró el rostro entre las manos y le plantó un besito en los labios—. Ahora tenemos dinero de sobras. Y vamos a ser felices, ¿verdad?
—Sí...
—No te enfades ya. Aún nos queda mucho de lo que disfrutar por delante.
Lucas esbozó una amplia sonrisa, mostrando todos sus dientes.
—Ni se os ocurra poneros en plan mimosos ahora—les reprimió Zayn—, tenemos un avión que coger.
Tara le atestó un golpe en el hombro.
—Que poco amor que tienes.
—Todo el amor que tengo es para ti, cariño, y está guardado en mis pantalones—dijo en voz baja.
Primero, Tara frunció el ceño y estuvo a punto de volver a pegarle. Luego se mordió el labio y le contestó con voz traviesa y seductora.
—¿Ah, sí? ¿Cuándo podré comprobarlo?
—Mmm—Zayn se rascó la barbilla, mirando hacia el cielo—, mañana. Sí, mañana. Está noche estaré muy cansado, ya sabes, el largo viaje y todo eso.
—Ya—Tara se detuvo delante de él, le colocó una mano en el pecho y se puso de putillas para mordisquearle el labio—. Apenas puedo esperar para que sea mañana.
Zayn le colocó una mano en el trasero mientras sonreía, pero se apartó cuando escuchó un sollozo cerca de él. Al agachar la mirada vio a Hayley abrazada al Señor Orejas, gimiendo y a punto de echarse a llorar. Tara y Zayn compartieron una mirada tensa y preocupada. Tara le apretó el brazo a su novio.
—Dame un par de minutos con ella.
—Está bien.
Tara se alejó y se agachó frente a Hayley. Lucas, Anna y Zayn continuaron andando, parándose de vez en cuando para asegurarse de que la pequeña estaba bien.
—Cariño...—Tara le acarició la mejilla a Hay—, ¿Qué te ocurre?
Hayley sorbió por la nariz y cerró los ojos, ocultando el rostro bajo sus puños.
—No quiero irme... Quiero estar con mamá.
—Cielo...—Tara le acarició tiernamente el hombro. Se le rompió el corazón al ver a la pequeña sufriendo de aquella manera. Una niña de cuatro años no se merecía vivir una situación tan fuerte y devastadora como aquella— Mamá y papá no pueden estar ahora con nosotros. A partir de ahora nosotros cuidaremos de ti. Lucas, Zayn, Anna y yo.
—¿Nunca más volveremos a ver a mamá y a papá?
Tara apretó los labios e inspiró con fuerza.
—Algún día—respondió secamente—. Algún día volveremos a estar juntos. Pero por ahora solo estamos nosotros cinco, Hay. Te prometo que todo va a ir bien. Vamos a ir a un lugar donde conoceremos a gente nueva y harás nuevos amigos, ya verás. Seremos felices allí. Nosotros no dejaremos que te pase nada. Todos protegeremos de todo. Vamos, cariño, ¿no te parece divertida la idea de pasarte el día con tus hermanos? ¡Sabes que a Lucas le encanta jugar contigo!
—Pero le gusta más estar con Anna... y a ti con Zayn. No me vais a hacer caso.
—Oh, cielo, no digas eso. Princesa, tú eres lo más importante para nosotros. Eso de que no vamos a hacerte caso no va a ocurrir, ¿me oyes?
Hayley miró a su hermana con ojos de gatita triste.
—¿Me lo prometes?
—Te lo prometo, pequeña.
Un instante después, Hay se tiró sobre su hermana y la abrazó con fuerza mientras lloraba en silencio. Tara la alzó en sus brazos y la cargó hasta donde estaban los demás. Para cuando ya estaban en el avión y tomaron asiento en sus respectivos lugares, Hayley ya dormía como un angelito.
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Heart's Smash
FanfictionElla siempre había sido su mejor amiga... Hasta que se dio cuenta de que la deseaba. Escritora: Verónica.