Capítulo 9.

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―Déjame probarlo contigo―Había dicho. Y a Zayn se le había parado el corazón.

―Tara...―Susurró casi inconsciente, estaba casi al borde de la locura pero no podía descontrolarse de aquella manera. No. ―¿Qué... Qué haces? ―Tartamudeó.

Ella volvió a lanzarle una provocativa mirada fugazmente y continuó desabrochándose los botones de la camisa. Uno más y dejaría a la vista su sostén. Entonces paró. Se quedó callada durante unos segundos mientras Zayn sufría de la peor manera y sentía que como Tara continuara, acabaría provocándole el mejor orgasmo de su vida.

Entonces Tara se empezó a reír. Zayn entró en un estado de confusión y dudó de poder distinguir en aquellos momentos lo que era real y lo que no.

―No puedo creer que casi te piensas que iba en serio―Le echó Tara en cara mientras reía.

Zayn cerró los ojos y se llevó ambas manos a la cara. Bufó de mala gana y trató de volver en sí antes de que se viera indispuesto a aceptar que Tara no estaba actuando en serio segundos antes.

―Joder, Tara...―Se quejó―Salte de encima―Le ordenó, despejándose la cara.

Tara continuó riéndose mientras se levantaba del sofá y se ponía en pie. Miró a Zayn viendo la cara de traspuesto que tenía y luego se percató de lo que había causado. Algo en su entrepierna había cobrado vida a la velocidad de la luz. Soltó una enorme carcajada y luego continuó riéndose como una loca.

―¡Tara!―Le gritó Zayn―Deja de reírte de esa manera, por el amor de dios―Se incorporó, sentándose, y apoyó los codos en las rodillas para inclinarse y pasarse las manos por la cara―Soy muy sensible, ¿de acuerdo? ―Le lanzó una mirada cuando ella trató de calmarse y señaló su entrepierna, pero luego volvió a explotar en un seguido de carcajadas y Zayn se levantó negando con la cabeza. Trató de acomodarse la ropa, en específico los pantalones, pero la erección continuaba allí y no sería tan fácil de hacerla desaparecer―Joder, necesito hielo.

―No me puedo creer que te haya puesto así―Dijo Tara, incrédula―¡Solo me he desabrochado tres botones!

―Pues felicidades―Zayn pasó por su lado molesto y salió de la habitación dispuesto a bajar las escaleras y llegar hasta la cocina―Me pones a cien cuanto te pones en plan graciosita―Y Tara lo perdió de vista.

Se quedó quieta en el centro de su habitación y la risa cesó de repente. Alzó una ceja y se dio la vuelta.

―¡Eso último no lo has dicho en serio, ¿no?! ―Le gritó desde arriba. Y así deseaba que fuera una parte de ella. La situación se estaba complicando y Tara sentía como los cables en su cabeza empezaban a liarse unos con otros.

―¡No, tonta! ―Le contestó él, sacando el hielo del congelador.

Tara dudó por unos instantes. Luego recordó la conclusión a la que había llegado por la mañana: No darle vueltas al tema. Ella estaba con Oliver y Zayn era su mejor amigo. Punto.

Se metió en el baño, se arregló la ropa, se revolvió el pelo, se maquilló rápidamente y se echó algo de colonia para estar presentable.

―¿Para qué te has arreglado? ―Le preguntó Zayn cuando Tara bajó tras quince minutos encerrada en su cuarto. Por suerte para él, la erección ya había bajado y apenas se notaba. Tara no sacó el tema y el tampoco quiso mencionarlo. La situación había sido excitante pero demasiado incómoda.

―Oliver estará al llegar―Le informó.

―¿Has quedado con Oliver? ¿Por qué no me has avisado?

Tara se encogió de hombros. Y no se había dado cuenta de que estando con Zayn se olvidaba de Oliver, del vecino y de todo el resto del mundo.

―Por cierto―Volvió a hablar ella―¿Recuerdas a mi prima Lorena?

Heart's SmashDonde viven las historias. Descúbrelo ahora