Capítulo 33.

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Tara agarró el rostro de Zayn y pegó sus labios con fiereza a los suyos. Zayn empujó con una mano la puerta de la habitación de Tara para que se cerrase mientras que con la otra sujetaba a su chica por la cintura.

―¿Te lo puedes creer? ―Murmuró Tara―Quince minutos y ya te echaba de menos.

Zayn sonrió sobre sus labios y se balanceó sobre ella, arrastrándola hasta la cama.

―¿Has hablado con Anna?

―No. Ha dicho que prefiere esperar a la tarde, cuando Hayley esté durmiendo. No quiero que se entere de lo que está ocurriendo. Es demasiado pequeña.

―Bien hecho―Zayn le dio un golpecito en la punta de la nariz y ambos rieron para luego volver a fundirse en un apasionado beso.

Zayn estaba inclinando a Tara sobre la cama cuando la puerta de la habitación se abrió y Hayley se quedó de piedra.

Tara dejó escapar un gemido molesto y Zayn volteó la cabeza con una sonrisa.

―Hola, pequeña.

Hayley se quedó en silencio durante unos segundos mientras su hermana y Zayn la miraban medio pasmados. Después, poco a poco, empezó a esbozar una sonrisa que se convirtió en algo sorprendentemente grande. Soltó un grito de alegría, corrió hasta ellos y los abrazó.

Cinco horas después, tras haber comido y haber acostado a Hayley cerca de las siete de la noche, Anna, Zayn y Tara se encontraban sentados a la mesa, mirándose entre sí y esperando para ver esas cartas.

Anna las colocó sobre la mesa. Había al menos cuatro.

―¿Han llegado todas esta mañana?

―No sé cuánto tiempo hace que tus padres no abren el buzón―Contestó Anna―Simplemente me dijeron que me encargara yo de sacar el correo y me encontré con esto.

Tara alargó una mano para coger una de las cartas. Casi temblaba y Zayn la miró con preocupación. Era increíble como después de haber estado más de cinco horas sumidos en la pasión, gimiendo y gritando los nombres del otro, ahora la situación fuera tan complicada y tan poco placentera.

Tara sacó el trozo de papel del interior del sobre. Lo desdobló y casi sintió un escalofrío por todo el cuerpo cuando lo leyó:

"¿Creían que iban a poder ocultar para siempre lo que hicieron?"

―¿Qué hicieron?―Preguntó Zayn inclinándose a su lado para poder leer la carta.

―No lo sé...―Tara levantó la mirada hacia Anna en busca de explicaciones, aunque sabía que la novia de su hermano estaba tan confundida y asustada como ella.

―Sigue leyendo―Anna le empujó el resto de cartas y entre ella y Zayn empezaron a leerlas.

"Todo tiene sus consecuencias... ¿O es que acaso no echan de menos a Lucas?"

"¿Cuánto hace ya de su muerte? ¿Dos años, tres? Qué lástima, era un buen chico."

"¿Qué pasaría si ahora descubrieran que su muerte no fue un simple accidente? ¿Qué pasaría si supieran quién lo ma..."

Tara arrojó las cartas lejos de ella y se llevó las manos a la cara, a punto de estallar en un mar de lágrimas. Anna estaba en el mismo estado.

―Eh, eh, eh. No se me te pongas a llorar, por favor―Pidió Zayn, sintiendo como se le encogía el corazón―Tú, ven aquí―Retiró la silla de la mesa y cogió a Tara para sentarla sobre su regazo. Ella lo abrazó con fuerza y escondió la cabeza en su cuello, llenándole la camisa de lágrimas.

Anna se pasó los dedos por la base de los ojos, retirando las lágrimas, y suspiró, tratando de mantener el control y no echarse a llorar desesperadamente también.

―¿Qué está pasando? ―Sollozó Tara en el cuello de Zayn.

Si no fuera por la situación era demasiado tensa, Zayn la habría dado un beso apasionado y caliente allí mismo. Tara sabía perfectamente que el cuello era su punto débil, pero en aquella situación dudaba mucho que fuera consciente de ello. Se limitó a contenerse y a eludir el pensamiento de que Tara tenía los labios pegados a su cuello.

―Alguien mató a Lucas―Dijo Anna de repente. Sorbió por la nariz―, y pienso averiguar quién es.

―¿Cómo piensas hacerlo? ―Tara levantó la cabeza y la miró con los ojos empapados. A Zayn se le rompió el corazón. Le pasó el pulgar por la mejilla para retirarle las lágrimas.

―No lo sé... Solo puedo partir del hecho de que tus padres le hicieron algo en el pasado―Señaló la carta en la que ponía "¿Creían que iban a poder ocultar para siempre lo que hicieron?" ―Y que sea quien sea, se vengó de ellos: Mató a Lucas el veintisiete de Enero de hace dos años―Se le estrujó el corazón al mencionarlo―Y ahora viene a por nosotros.

Tara le mantuvo la mirada, tratando de descifrar algo más en sus ojos, mientras que Zayn sentía como el mundo se le venía abajo.

"Veintisiete de Enero de 2010".

Aquella era la fecha que estaba escrita en la carta que había encontrado en el dormitorio de sus padres. Estaba escrita con la misma tinta negra y no había remitente.

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