―¿Qué has dicho? ―El corazón le palpitaba con fuerza en el interior del pecho. ¿Había escuchado bien? Sí. En cuanto Anna se puso a llorar al otro lado del teléfono no le cupo ninguna duda―Anna... ¿Cómo vas a estar...?
―Lucas y yo lo hicimos hace cosa de una semana―Confesó. No era algo que debiera ocultar ni se trataba de un pecado por el que debería pagar condena en el infierno. Amaba a Lucas. Tara lo sabía. Y tener relaciones sexuales entre pareja era lo más normal del mundo, pero...
―¿Y no utilizaron preservativo?
―No... Se... nos... olvidó―Se llevó una mano a la boca y trató de contener las lágrimas que seguían brotando una tras otra de sus ojos―. Solo queríamos estar el uno con el otro. Hacía tanto tiempo que no nos veíamos... Anhelaba tanto estar con él...
―¿Estás segura de que estás embarazada?
―No, no lo estoy. Pero creo que todos estos mareos y los vómitos constantes se deben a eso. Es muy probable―Se llevó una mano al vientre y se estremeció. ¿Qué pasaría si estaba engendrando vida en aquel mismo instante? Dios, era lo que faltaba―. He estado comiendo bien cada día y aunque Lucas se pase a veces con los platos llenos de comida hasta arriba, no creo que sea por eso... Dios mío―Se dejó caer en el sofá y escondió la cabeza entre las rodillas. No lograba creerlo. Aún no era un hecho constatado, pero no le entraba en la cabeza ni le entraría cuando lo supiera. Simplemente, no.
―Anna, tranquila―Susurró Tara. Zayn se encontraba a su lado, durmiendo plácidamente con la cabeza apoyada contra la almohada blanca. No llevaba camiseta y tenía el pelo revuelto. Habían tenido una larga sesión de besos antes de acostarse, siempre ocultos bajo las sabanas y tratando de hacer el menor ruido posible. Sus padres aún no sabían que estaban juntos y preferían que no lo supieran. Habían preparado un colchón en el suelo para que Tara pudiese dormir allí mientras hacía compañía a Zayn, pero en cuanto habían cerrado la puerta, Tara había saltado a la cama junto a su novio―. Que no cunda el pánico aún, ¿de acuerdo?―Le ordenó― ¿Se lo has dicho a Lucas?
―¡No! No quiero echarle otro peso más sobre los hombros. Él no se merece esto...
―Él debería saberlo―Corroboró Tara―Estoy segura de que te ayudará. Sabes cómo es Lucas. Va a estar siempre a tu lado pase lo que pase y...
―No―Volvió a repetir―. No, Tara, por favor. No quiero decirle nada hasta que esté segura.
―Okey, como quieras. Escucha, yo me encargaré de ir en unas horas a la farmacia más cercana para conseguir un test de embarazo, ¿de acuerdo? En cuanto la tenga, me acercaré a la casa para llevártela. No te preocupes.
―¿Te quedarás conmigo mientras me hago la prueba? ―Anna se estremeció al pensar en el momento que le esperaba; encerrada en el baño, a escondidas de Lucas, con Tara esperando un veredicto en el salón... No quería pasar por aquello, pero si no lo hacía, la duda sería peor, y cuando el vientre empezara a crecer y a crecer, Lucas se daría cuenta, a ella no le quedarían dudas de que se había quedado embarazada aquella noche en la que ella y Lucas se lo habían entregado todo y todo iría de mal en peor.
―Por supuesto, cariño―Contestó Tara al otro lado, ofreciéndole todo su apoyo tan solo con la voz―. Mi hermano no te dejará jamás, y yo tampoco. Sabes que eres como mi hermana, mi mejor amiga. Si estás... Si voy a ser tía, quiero estar contigo en todo momento―Trató de sonreír y de transmitirle la sensación a Anna, pero la joven no pareció sentir aquella alegría que por un momento embargó a la hermana de su novio.
Sólo imaginarse a Lucas con un bebé en brazos la hizo sentirse la hermana más afortunada del mundo. Ella siempre había adorado la relación de su hermano con Anna, y sabía que si daban un paso más, si tomaban un nuevo nivel en su romance, juntos serían las personas más felices del mundo. Sabía que Lucas, tuviera dieciséis como si tuviera veinte años, sería un padrazo genial. Se esforzaría por hacer feliz a su hijo y lo cuidaría dejando que su vida se fuera en él. No importaba las circunstancias en las que se encontraban en esos momentos; si Anna quedaba embarazada, él se pegaría a su lado y no la dejaría sola ni un solo momento.
El único problema era que no estaba preparado para recibir una noticia como aquella.
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Heart's Smash
FanficElla siempre había sido su mejor amiga... Hasta que se dio cuenta de que la deseaba. Escritora: Verónica.