Hacía exactamente tres meses que estaba denovia con Peter. Cada vez que lo miraba a losojos sentía que el corazón me estallaba en milesde trocitos. Me trataba delicadamente. Mecuidaba y me protegía. Me hacía sentir única. Medaba todo lo que necesitaba y más también.Indudablemente era el amor de mi vida.El sonido del teléfono me sacó de mispensamientos.
-¿Hola?
-Hola chiquitita.
-Hola mi amor, ¿Cómo estas?- pregunté.
-Bien ¿y vos amor mío?- me dijo con dulzura.Inevitablemente el corazón comenzó a latirme conmás fuerza.
-Bien, aca estoy, acomodando mi cuarto porquees un verdadero caos.
-No creo que le ganes a mi departamento- dijosoltando una risita. Yo lo imité.
–Mi amor, tellamaba para proponerte de hacer algo a latarde... al final no me voy a Bahía y nada... estoyalgo aburrido y te extraño mucho.
-¡Ay nenito! Yo también te extraño mucho- dijeentre suspiros.
-Bueno, entonces... ¿hacemos algo? Si queres tepaso a buscar y vamos a tomar algo, a merendara la costanera, no se... ¿Qué tenes ganas dehacer?-Ay Pitt... es que... me junto con las chicas hoy...me llamó Rochi hace un rato para decirme quenos juntamos en una hora y media en su casa...
-Ah, bueno... no te preocupes mi amor, pasalalindo- dijo con desgano y lo noté.
-Te propongo algo- dije cavando mi propia fosa.
-A ver...
-¿Queres venir a cenar a casa hoy? Así tepresento a mi familia...
-Ya conozco a tu familia Lali...
-Sí, pero ellos te conocen como Peter, micompañero de facultad... y... yo te quieropresentar como Peter, mi novio- dije con voztemblorosa. Sabía que Peter moría porque yohiciese aquello. Con tal de verlo feliz haríacualquier cosa. El único inconveniente sería mihermano. Temía que le partiese una mesa en lacabeza al enterarse.
-¿De verdad me decís? Yo no te quiero apurarLali...
-Yo quiero hacerlo- sentencié.
-Bueno, entonces... no hay nada más por decir...¿a que hora queres que vaya?
-Y... tipo nueve ¿te parece?
-¡Dale!... a las nueve estoy ahí, nos vemos a lanoche mi amor, te amo.
-Yo también Pitt.
Colgué e instantáneamente llamé a Agustín.
-¡Enana! ¿Cómo andas?
-Bien ¿y vos amigo?
-También, acá en casa a punto de salir, ¿vos?
-También, en casa... en un rato me voy para lode Euge.
-¿Ronda de amigas?- me preguntó con una risitatraviesa.
-Ronda de amigas- le confirmé.
–Agus... estem...yo te llamaba porque quería pedirte un favor...
-Sí, decime- me interrumpió.
-Bueno, estem... como ahora me voy a lo deEuge y me quedo toda la tarde ahí Peter va aestar solo...
-¿Pero no se iba a Bahía?- me volvió ainterrumpir.
-No, al final se quedó... entonces quería pedirtesi lo podes llamar e invitarlo a hacer algo...¿ustedes se juntan hoy, no?