CAPITULO 56:GOLPE BAJO

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Hacía ya un tiempo me rondaba en la cabeza la idea de alquilarme un monoambiente para tener algo de independencia. Lo cierto es que no me gustaba del todo abusarme de la libertad de Peter y su departamento. Tenía ganas de tener mi propio espacio, mi lugar. Todo mi proyecto se desvaneció cuando mi hermana anunció en la cena del jueves que se mudaba. Sí. Se iba a vivir sola. Había conseguido un apartamento pequeño cerca de su trabajo. El año anterior se había recibido de psicóloga y estaba haciendo su especialización en desórdenes alimenticios. Trabajaba en una asociación de lucha contra la bulimia y la anorexia cuatro días a la semana. También daba clases en un instituto. Era un curso de acompañante terapéutico, y tenía como alumna nada más y nada menos que a Candela.

Había decidido mudarme al dormitorio de Ana. También tenía vista al interior de mi casa. Contaba de un extenso y perfecto cuadrado que cumplía la función de dormitorio, hacia la izquierda el pequeño balcón de madera. Hacia la derecha había un closet que conducía al baño, con hidromasaje, cabe aclarar. Mis sales se harían un festín allí dentro. En el preciso instante en que Ana abandonó el hogar, me pregunté y reproché cómo era eso de que ella tenía la mejor habitación de la casa. La mía era bastante escueta.

-¿Qué tenes pensado hacer?- me preguntó Cande sentada sobre el piso recién plastificado de mi nueva habitación.

-Mmm... no se... estoy abierta a ideas...- dije.

-¿Las paredes blancas?- me preguntó Mery.

-Tenía la idea de que el cuarto en sí fuese blanco... o algún color pastel... pero que el closet tenga colores más fuertes... más vivos... para cambiar un poco- dije haciéndome la experta en decoración de interiores.

-La idea es buena- dijo Dani acunando a Neno.

-¡Ay!- gritó Candela.

-¡Para un poco! ¡Despertaste a Neno!- le gritó Mery.

-Ay perdón, perdón chiquitín de mi corazón- dijo Cande para luego dejar un beso sobre la cabeza rapada de Neno. Ya tenía siete meses y gateaba.

-Explica tu grito- dijo Daniela.

-Mamá tiene unos moldes con distintas formas... estrellas, mariposas... y un par más... estaría bueno que te llenes una pared con eso...

-No era más fácil decirle que pinte la pared como tu habitación- le dijo Mery burlándola. Todas reímos.

-No- dijo Cande enojada. –No creo que Lali la quiera decorar con corazones- se cruzó de brazos. Tenía razón.

-Corazones no- dije. –Pero estrellas podrían ser- dije sonriendo como una niña.

-Entonces... manos a la obra- dijo Cande.

Esa tarde de sábado Cande se fue junto a Mery a su casa en busca de los moldes para mi nueva habitación. Dani, su hijo y yo nos quedamos allí charlando al tiempo que merendábamos.

-¿Cómo sigue esa convivencia?- dije aupando a Nazareno.

-La verdad que lo llevamos bastante bien... creí que Agus sería un desastre... pero me ayuda bastante...

-Lo subestimas mucho al cachetón- la reté.

-Puede ser... no creí que fuese tan colaborador... sobre todo con Neno... hace unos días atrás me desperté y no estaba en la cama... fui al dormitorio de Neno y ahí los ví. Él en su cunita y Agus sentado en el piso con su cabeza en la camita... los dos tomados de la mano- dijo enamorada de su pareja.

-Cuando quiere es un dulce- dije orgullosa de mi amigo.

-Sí... es cierto- dijo riendo. –Y... ¿vos con Peter?¿Bien?

AMORES PERROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora