CAPITULO 17: LOS RECA

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Aquella mañana me encontré sola en la cama dePeter, por segunda vez. Los primeros minutos demi despertar los dediqué para maldecirlo. ¡Es queme lo hacía a propósito! Mientras repasabamentalmente el reto que iba a darle cuando loviese encontré un papel sobre la mesita de luz.Era su letra. Inconfundible. 

Nenita: ¡¡no me retes!! Tuve que salir tempranode casa para buscar unas cuantas cosas en casade mi abuela. Te pones tan linda cuando dormísque no me gusta tener que despertarte. Aunque...debo admitir que no pude resistirme a darte unbeso en la trompita que pones mientras soñas. Site levantas y no estoy en la cama, baja y quedatecon mamá y papá que deben estar desayunando.Yo vuelvo en un ratito re chiquitito. Pero, si televantas y estoy en la cama durmiendo con vosdespertame. Pero despertame con besos ¿si?Te amo mucho. Peter. 

Fue inevitable que el corazón no se me acelerase.Creía estar viviendo en un cuento de hadas,donde la perfección existía. Temía que de un díapara el otro Peter se esfumase de mi vida.Ingresé al cuarto de baño. Mi pelo era unverdadero caos. Ya se parecía al departamento deBelgrano de Peter, literalmente. Me vestí con unvestido de algodón color azul marino conpespuntes celestes. Era fresco y cómodo. Mepuse unas ojotas azules y me até el pelo en unrodete de costado. Dejé el flequillo sin atar.

-¿Hola?- dijo mamá. 

-Hola ma... ¿cómo estas? 

-¡Lali!... bien... ¿Cómo estas vos, hija? 

-Bien ma, me la estoy pasando mil puntos...

-¿Cómo te tratan?- me preguntó con curiosidad ypreocupación. 

-Re bien ma, son divinos conmigo... la única queme da más trabajo es la hermana chiquita dePeter... está bastante celosa...-¡Ay pobre pequeñita! Tenele paciencia Lali. 

-Si ma. ¿Ustedes cómo están? 

-Estamos todos bien hija... papá te manda unbeso grande, dice que te extraña. 

-Mandale otro y decile que yo también loextraño...Seguí charlando con mamá un largo rato más.Luego bajé las escaleras y sólo encontré aClaudia en la cocina. 

-Buenos días- dije dándole un beso en la mejilla. 

-Hola Lali... ¿Cómo dormiste?- me preguntómientras batía café. 

-Bien, muy bien... gracias... ¿te ayudo con algo? 

-Dale, si queres batime ese café... el de Bauti-dijoseñalándolo con la mirada.Nos quedamos un largo rato preparando eldesayuno para armarlo en el jardín como lamañana anterior. 

-Lali... yo... quería agradecerte ¿sabes?... laverdad es que cuando Peter se fue para Capitaltenía un miedo inmenso... encima él venía cadavez que podía para Bahía... extrañaba mucho... 

-Sí, lo se- la interrumpí. 

-Con Fernando nos daba miedo que Peter nopudiese salir adelante... no es que sea un chicointrovertido, al contrario... pero bueno... la vidade pueblo en nada se parece a la de la ciudad... nisiquiera que Paula fuese allá con él le hacía bien-dijo.Creo que al instante lamentó haberlanombrado. –Perdoname... 

-Está todo bien Clau- la calmé con mi sonrisamás sincera.

 -Bueno... como te decía... de verdad quieroagradecerte... sos la compañía que Peternecesitaba... en todos los sentidos... y nada... élsiempre me contaba que vos lo integrabas a tugrupo de amigos... y yo desde acá me sientocontenta de que él tenga más de un motivo parano venir todos los fines de semana...

 -Quedate tranquila... los chicos ya lo considerancomo un amigo más... lo quieren mucho... loquieren más a él que a mí- dije divertidacausando la risa en Claudia.-Bueno, me alegra escucharlo entonces... aunquecreo que el principal motivo por el que no quierevolver a Bahía sos vos- dijo con una sonrisa delado, como la de Pitt. 

AMORES PERROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora