CAPITULO 18: SIEMPRE HAY TIEMPO

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La última mañana que desperté en Bahía Blancafue por el efecto del sol que se colaba por lapersiana. Parpadeé más de una vez. Odiabadespertarme con luz. Giré sobre la cama y vi aPeter tumbado junto a mí. Todo odio se esfumócon el sólo hecho de verlo. Sí que iba a extrañardormir con él. Despertar viendo su carita deangelito. Se volvía más pacífico de lo normal. Meacerqué a él cuidadosamente y lo rodeé con unsolo brazo por debajo de la sábana. Le di unoscuantos besos en la punta de la nariz y en lasmejillas hasta que despertara. 

-Mmm... ¡que lindo es el despertar!- dijo con unasonrisa pero sin abrir los ojos. 

-Buen día- le susurré dejando un beso en subrazo. 

-Hola chiquitita- dijo ya con ojos abiertos. Metomó con fuerza de la cintura y me llevó hacia él. 

-¿Cómo durmió la más linda de todas? 

-Y... con vos al lado... más que bien- dijesonriente. Él hizo una sonrisa de medio lado. 

-Te amo- dijo dándome besos en el cuello. 

-Te despertaste mimoso ¿verdad?- dije soltandouna risita. Su barba me provocaba cosquillas. 

-Mmm... no... técnicamente no... me despertécon ganas de hacerte el amor- dijo sin dejar debesarme. -¿Puedo? 

-¡Zarpado!- le grité escandalizada. 

-Si querer hacerle el amor a mi novia es ser unzarpado... te informo que soy el más zarpado quehayas podido conocer- dijo sonriente pero sinque sus besos cesaran.

 -¡Ya Pitt! Está tu familia- dije separándome unpoco de él. Instantáneamente me largó una miradaasesina. Se separó de mí bruscamente y se cruzóde brazos. -¿No me digas que te enojaste?- dijeriendo.

 -Es que te pones tan arisca cuando queres- medijo con enojo. Se levantó de la cama y entró albaño.Tardé algunos segundo es reaccionar. Meincorporé de la cama y entré sigilosamente albaño. Trabé la puerta sin hacer demasiado ruido.Peter ya estaba dentro de la ducha. Me deshicede mi piyama con torpeza y me metí en labañadera. 

-¿Qué haces?- me dijo con el ceño fruncido. 

-Y... no se... vengo a comprobar cuan zarpado esmi novio- dije con una sonrisa pícara. Casi porinstinto Peter me tomó de la cintura y me acercóa él. Quise darle un beso pero el se separó de mí.Le largué una mirada furibunda y él sonrió delado. 

-Quiero disfrutarte... de a poco- dijo cerca de miboca. No hubo parte de mi cuerpo que hayadejado sin besar. Aquella mañana hicimos el amorbajo la ducha. 

Era una mañana sumamente calurosa por lo queel desayuno lo habíamos puesto en el comedor.Cuando estábamos terminando cinco hombrecitosbajaron con el traje de baño puesto. Bauti y susamigos. 

-¡Qué lindo es despertar en tu casa!- dijo uno delos chicos codeándolo a Bauti. 

-¿Viste? Te dije que estaba re fuerte- dijo otro. 

-¿No tiene una hermana para presentarme?-susurró otro. 

-Sí, pero es mucho más grande que vos- lerespondió Bauti. 

-Invitanos más seguido... ¿queres mirarla vossolito?- dijo otro. 

-Disculpen que interrumpa tan amena charla,pero... ¿piensan babosearse mucho tiempo máscon mi novia?- dijo Peter tomando por la nuca ados de ellos. Los había tomado desprevenidos.Fernando, Claudia y yo reprimimos una carcajada. 

-Perdona Pitt... ¡pero que buena que esta!- dijouno golpeándole la boca del estómago a Peteramistosamente.

 -¿Vos queres que te baje diente por diente, noFranquito?- dijo tomándolo de la remera.

AMORES PERROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora