Aquella tarde me vi en casa. Había llenado la bañadera de sales, cada tanto me gustaba hacer ese tipo de cosas. Elegí unas que tuvieran una fragancia afrutada. Estaba sumergida en mis propios pensamientos mientras disfrutaba de unaplena relajación cuando mi celular sonó a las siete de la tarde.-¿Hola?- dije con los ojos cerrados aun.
-Hola amor. -Peter- esbocé sonriendo tontamente.
-Sí, Peter... ¿Quién otro puede saludarte así?-dijo molesto.
Hacía ya un tiempo que Peter me celaba más de lo normal.
-Solo vos- le aclaré. –Estoy tomando un baño... ni siquiera miré el celular cuando sonó.
-¿Estas dentro de la bañadera?
-Ajam- dije sin abrir los ojos.
-Mmm... muy tentador- dijo divertido. Yo sólo me eché a reír. -¿Queres que te pase a buscar para ir juntos?
-No. Voy con las chicas- dije. Él solo suspiró.
– Nos juntamos en casa de Cande para prepararnos.
-Espero que te vistas con ropa bien discreta- me retó, pero no noté en su voz ninguna diversión.
-¡Ya Peter! ¡Deja de hacerme escenas estúpidas!- le grité abriendo los ojos por vez primera.
-¿Yo te hago escenas estúpidas?- gritó enojado.
-Sí, vos- sentencié.
–Me conociste de una forma y no tengo por que cambiar.
-Ah, bárbaro, me queda todo mucho más claro.
-¡Podes parar ya! ¿Qué te pasa?- grité y luego traté de apaciguar un poco la voz. No quería pelear.
-¿A vos qué te pasa?- me gritó fuera de sí. – Desde el compromiso de Pablo y Mery que estas así.
-¿Así cómo? No estoy de ninguna forma- me defendí.
-Sabes que sí Lali... ¿por qué estas así desde ese día en el Tigre? ¿Te molestó que Pablo se haya comprometido? ¿Te diste cuenta que no te olvidaste de él? ¿Seguís sintiendo algo por él?dijo sin respirar entre pregunta y pregunta.
-¡¿De qué hablas?!- le grité furiosa.
-Sabes de lo que hablo... ¿no te pudiste olvidar de él, verdad?- dijo irónico.
-Y si fuese así... ¿qué?- dije arrepintiéndome al instante. Se hizo un silencio por varios segundos.
-Y si fuese así... ya se lo que tengo que hacer-dijo. Cuando quise responder ya me había cortado el teléfono.
Revoleé el aparato hacia la otra esquina del baño. En mi garganta nació un grito desgarrador. Me sumergí bajo el agua. Al cabo de un rato salí.
-Hola- grité.
-¡Epa! ¿Qué pasa amiga?- dijo Cande del otro lado del teléfono.
-Nada... ¿qué pasó?- dije de mala gana.
-Te estamos esperando Lali... ¿vas a tardarte mucho?
-¡No se! ¡¿Qué tanto apuro tienen?!- grité al tiempo que sostenía el toallón sobre mi cuerpo.
-¡¿Qué te pasa Lali?!- me gritó Cande.
-Nada Can... perdoname... en un rato estoy por ahí- dije con la voz vencida.
-¿Qué tenes?
-Me peleé con Peter... después te cuento ¿si?
Colgué el teléfono. Tomé un bolso y lo llené de ropa. Esa noche Gastón daría su primera presentación junto a sus compañeros de Conservatorio. Sería en el teatro Lola Membrives. Tocaría la guitarra en tres escenas y por último cantaría a dúo con Mariela, una de sus compañeras. Llegué a casa de Cande y todas ya estaban terminando de arreglarse. Traté de cambiar mis expresiones para no tener que dar explicaciones de ningún tipo. Cerca de las nueve de la noche me vi llegando al teatro junto a las chicas y la familia de Candela. Allí nos esperaban los varones, la familia de Gastón, la de Rocío y la mía. Sólo faltaban Agustín y Peter. Fuera del teatro había dos hombres vestidos de negro y una mujer con carpeta en mano. Nos hicieron pasar a una especie de hall antes de acomodarnos ennuestras butacas frente al escenario. Al cabo de media hora los ausentes se hicieron presentes. Me sentí nerviosa cuando vi a Peter saludar uno a uno. No sabía cual sería su reacción.-¡Al fin!- les gritó Daniela.