CAPITULO 55:VISION DEL FUTURO

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El verano ya estaba casi llegando a su fin. Nos encontrábamos a veinticuatro de Febrero. A ninguno de mis amigos universitarios le habían quedado materias pendientes, incluso Peter y Rocío. Había sido un verano increíble. Luego de mi especie de luna de miel con Peter en Mar de las Pampas, habíamos organizado junto a mis amigas pasar algunos días en casa de los abuelos de Candela. Nos habíamos ido un martes por la mañana y nuestras parejas había llegado ese mismo viernes. El domingo retornamos todos a la Capital. Era una casona ubicada a las afueras de Buenos Aires, rodeada de extensas hectáreas de pasto verde y arboledas frondosas.

FLASH BACK

Era una noche estrellada y bien calurosa. Estábamos todos distribuidos en los distintos lugares de la casona. El reloj marcaba las diez y media de la noche. Rocío y Gastón estaban dentro junto a Nicolás y Eugenia mirando televisión. María y Pablo estaban junto a Daniela y Agustín jugando a las cartas cerca de la pileta en la cual se encontraba Victorio haciendo piruetas y Candela riendo de su alocado novio. Estaba acunándome sobre la hamaca paraguaya, empotrada entre dos árboles de tronco grueso. Me sentía completa. Me sentía feliz. Estar rodeada de todos ellos me llenaba el corazón de alegría. Miraba atentamente a Vico y Cande como eran incapaces de dejar de reír.

-¿Me haces un lugarcito?- me preguntó él con su voz grave. Le sonreí y le dejé suficiente espacio en la hamaca. Me rodeó con uno de sus brazos y dejé caer mi cabeza en su pecho. -¿Por dónde estabas?

-Me fui a tomar un baño... olía a carne asada-dijo con una risita divertida.

-¿Tanto tardas en ducharte?- pregunté. Lo cierto es que lo había extrañado durante ese tiempo. -No... es que salí del baño y oí llorar a Neno... entré a la habitación y lo aupé para que se durmiese de nuevo- me explicó. Cada vez que hablaba de Nazareno su voz se volvía melódica. Simplemente amábamos a esa criatura, que ya se había convertido en el hijo de todos y cada uno de nosotros.

-¡Ah! Por eso Agus salió corriendo hace un rato...- deduje.

-Claro... pero cuando entró al dormitorio yo ya estaba acunándolo.

-Lo queres mucho ¿verdad?

-Mucho- dijo y suspiró. –Me llena de paz ese nene.

-Sí... yo siento lo mismo cuando lo tengo en brazos... tan quietito, tan pacífico...

-Igual que vos cuando dormís- me interrumpió.

-Sí... suelo ser bastante acelerada ¿no?... debería bajar un cambio... todos me lo dicen...

-No importa- dijo y comenzó a acariciarme la espalda por debajo de la remera. –A mi me gustas así...

Permanecí en silencio y él me imitó. Ya no hacían faltas las palabras entre nosotros. Sólo bastaba con una mirada o un mimo para entendernos.

FIN FLASH BACK

Aquel mediodía de sábado desperté como consecuencia del pitido del teléfono de casa. Con dificultad abrí los ojos y palpé la mesita de luz para encontrar el tubo. La noche anterior Mery y Cande habían estado en casa hasta tarde.

-¿Hola?- dije con voz ronca.

-¡Uy Lali! ¡Perdoname!- dijo lamentándose.

-No hay problema Dani... ¿cómo estas?- dije intentando aclarar un poco mi garganta.

-Yo bien amiga, acá en casa terminando de preparar el almuerzo- dijo. Ya no recordaba que ella ahora era toda un ama de casa. Vivía en un mono-ambiente junto a su pequeña familia: Agustín y Nazareno. -¿Vos?

-Nada amiga, dormía porque anoche me acosté tarde... todo igual que siempre- dije desperezándome en la cama.

-Amiga te llamaba para pedirte un favor...

AMORES PERROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora