Estaba sucumbida en un sueño muy profundo. Sinembargo, cada vez que duermo fuera de casapadezco del sueño liviano. Será la tranquilidad encasa de Peter y el sueño acumulado que no mehicieron notar que estaba sola en su cama. Abrílos ojos con dificultad. Miré hacia mí alrededoralgo aturdida y me encontraba completamentesola. Por un momento me dio vergüenza ser laúnica que dormía en la casa.
Me incorporé de unsalto y entré al baño con ropa en mi mano. Elcalor de principios de Enero ya podía sentirse.Me vestí con un short negro, una remera dealgodón blanca con corte princesa y unas ojotasde igual color muy cómodas. Até mi alborotadopelo en una trenza que caía sobre mi hombroizquierdo y recogí mi flequillo con una hebillainvisible. Me eché el perfume que más le gustabaa Peter y salí del baño. Al tiempo que cerrabaaquella puerta, Peter abría la de su habitación.
-Bueno días dormilona- me dijo dulcementemientras se acercaba a mí.
-¿Por qué no me levantaste? ¿Qué van a decir tusviejos de mí? No es de cortesía ser la invitada ydormir más que los dueños de casa- lo reté altiempo que me rodeaba por la cintura.
-Dame un beso- me impuso.
-¿Vos me escuchas cuando te hablo o sufrís desordera transitoria?- lo volví a retar mientrasesquivaba su boca.
-Quiero que me des un beso.
-Y yo quiero que me escuches cuando te hablo...no quiero que me dejes dormir más que al restode la casa... me da vergüenza... no es...
-¡Ya Lali!- me interrumpió. –No pasa nada...estabas cansada y te dejé dormir un poquitomás... ¿vas a seguir retándome o me vas a dar unbeso?- dijo poniendo puchero. Simplemente nome resistí y lo besé con ganas.
-¿Hace mucho estás despierto?- pregunté.
-Más o menos... me despertó tu celular- dijomientras me daba besos en el cuello.
-¿Mi celular?- pregunté separándome un poco.
-Sí, te llegó un mensaje de Cande... quería sabercomo la estabas pasando... y al rato te llamóEuge.
-¿Y vos por qué revisas mi celular y atendes misllamadas?- pregunté divertida y arqueando lascejas.
-Porque soy tu novio- dijo aferrándome a él.
-¿Y eso te da derecho?
-¡Obvio!- dijo con una sonrisa de lado.
–Bueno,llamala a Euge y también deberías llamar a tumamá... te dejo tranquila así hablas con ellas... teespero abajo para desayunar ¿si?- dijo rozandosu nariz con la mía. Yo sólo asentí con unasonrisa. Me dio un beso lindo, de los que megustan a mí y se fue de la habitación.Luego de responder al mensaje de Cande ycharlar largo rato con mi hermana, ya que mamáno estaba en casa, llamé a Euge.
-¿Hola?
-Hola Euge.
-¡Lali! ¿Cómo estas amiga?- gritó ella conalegría.
-Bien, recién me levanto... ¿vos como estas?
-Muy bien... estoy aca terminando de desayunarcon Nico, Gas y Rochi...
-¡Ay, mandales un beso!- la interrumpí.
-Ellos te mandan otro- dijo.
-Me dijo Peter que me llamaste ¿pasó algo?- dijepreocupada.
-Sí, te llamé... pero estabas durmiendo... no Lali,no pasó nada...
-Ah- dije aliviada.
-Quería saber cuando volvías a Capital y sivolvías con Peter.