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Camila
Los Ángeles

-Aaa hola. No se me ocurrió contestar otra cosa. Ella movió incómoda sus manos.

-Estaba comiendo del otro lado, te he visto y quise saludar.
Los ojos verdes de Lauren habían pasado de mi hacía mi hijo. Dinah me miró curiosa otra vez.
-Bien, seguiré, nos vemos luego.

-Soy Dinah. Dinah extendió su mano hacia ella formal y yo me sorprendí. No sabía que decirle. Contenía una pequeña emoción al verla otra vez. Diferente por supuesto. Con gesto amable pero ese tono duro que le caracterizaba. ¿Con quién estaba aquí?
Lauren miró hacia otro lado y me pareció gracioso ver como un hombre y dos niños saludaban.

-Es mi hermano y sobrinos.
Intenté sonreír.

-Claro, amm Lauren, es...
También intenté decir algo cuerdo pero no lo lograba. ¿Porque me sentía tan nervios? Su presencia.

-Siéntate un momento, yo debo ir al baño. Dinah dijo y cuando vi sus intenciones de poner a Atom en los brazos de Lauren para salir de la mesa, yo me disparé para tomarlo. Gruñí bajo hacía Dinah y ella sonrío maliciosa.

-Volveré a mi sitio. Dijo y antes de hacerlo. Sonrió a Atom. Él correspondió sin intenciones de forma tan inocente. Él tenía su encanto así que Lauren no pudo evitar tomar una de sus pequeñas manitas.
-Es increíble como ha crecido, me da mucho gusto Camila.
Atom soltó una risita y Lauren lo siguió. Había apretado uno de sus dedos con su manita y jugó divertido.
-Karen...la saludé hace no sé, tres meses o más, me contó que todo salió bien, bueno...
Con su otra mano movió su cabello incómoda, un poco más corto aunque perfectamente arreglado. No iba a poder mencionar sobre Dylan. Pero la ayude un poco.

-Si, sobre su padre, no te preocupes, lo hemos llevado bien hasta ahora. Dije seria.
Apretó sus labios sin poder decir algo. Luego miré alrededor. Debíamos vernos terriblemente incómodas. Ahí de pie esperando la respuesta de la otra. Atom seguía sin soltarla.
Miré distraída hacia su mesa. Sonreí al mirar saludar de nuevo a su familia.
-Ellos siguen...
Lauren miró por un segundo y sonrió.

-Van a seguir haciéndolo hasta que tu saludes, por dios. Dijo apenada.
Levanté levemente mi mano para saludar. Finalmente se detuvieron y miré las mejillas de Lauren completamente enrojecidas, espera ¿Que?
Atom soltó un gritito alto y luego Lauren hizo un gesto demasiado tierno para hacerlo sonreír. El término escondiéndose en mi cuello.
Ella volvía a reír.

-Bien ¿Quieres sentarte con nosotras un momento? La invité para evitar más incomodidad. Me desplace con Atom en el sillón para dos y realmente cómodo, ella se sentó después de mi.
Lauren siempre solía asegurarse de ayudarme a sentar, sostener la puerta para mi, tomar mi mano para ayudarme a subir o bajar. Por supuesto que no había perdido los buenos modales y elegancia que cargaba. No lo hacía, solo cuando se trataba de llevarme a la cama.
Aclaré mi garganta y traté de alejar esas ideas de mi mente.

-¿La chica que te acompaña...

-A ella es mi amiga de la universidad.
Se movió incómoda. La pude haber mencionado frente a ella algunas veces.
Atom quería conseguir jugar con algo ahora. Y movió sus manos inquietas por la mesa hasta que alcanzó el anillo de Lauren.
Lo observé por unos segundos.
Levanté mi vista y me topé con sus ojos. Dios mío. Eran tan encantadores. Más brillantes, además la actitud que tenía era tan natural para nada con segundas intenciones, solo siendo ella sin llevar ningún peso en sus hombros.
Me aliviaba no sentir ninguna emoción mala contra ella.
Simplemente una sensación revoloteante en mi estómago. Sonrió y estuve a punto de tocar su mejilla, cuando Dinah llegó a la mesa.

-Ufff ¿Como van? No han traído aún nada y muero de hambre, me hicieron esperar mucho.
Se quejó. Interrumpiendo por completo lo que iba a hacer.

-Yo soy Lauren Jauregui.
Se presentó. Dinah sonrió para ambas de forma divertida y yo la reprendí con la mirada. Esperaba que no dijera nada fuera de lugar.

-Mucho gusto ¿Se conocen?

-Si, de hace tiempo. Dijo ella.

-Nos vimos cuando nació Atom.
Contesté interrumpiendo cualquier conversación que Dinah esperaba comenzar con ella.
Lauren volvió su mirada al niño de nuevo y no luchó por quitar su mano. Él seguía jugando entretenido.

-Me gusta el nombre. Yo sonreí.
Sobo la cabecita rubia de Atom con mucho cuidado. Sorprendiendo a Dinah también. Yo no podía dejar de observarla. ¿Porque lo miraba de esa forma?
No entendía desde que momento ella era buena con los niños. Me había contado muchas ocasiones del deseo de su familia por que por fin tuviera un hijo, con Samantha.
Me tensé.

-¿Te gustan los niños?
Dinah preguntó.

-Tengo dos sobrinos y quise tener uno, pero me divorcié.
Mordí mi labio. Lauren tenía demasiadas cosas diferentes en su vida. Lo suponía, por que ni en un sueño ella estaría paseando de forma tan casual en un restaurante completamente familiar. A ella le gustaban los lugares elegantes donde nadie retrasaba su tiempo para comer. Donde podía quejarse de que algo sabía mal.

-Vaya que pena, pareces buena con ellos. Mi amiga respondió sincera. Bien, ella lo estaba haciendo bien.

-El pequeño...
Negó un poco apenada y bajo la mirada hacía Atom. -Sigue siendo tan lindo como cuando estaba en ese cunero.
Se encogió de hombros. El mesero había llegado con nuestra comida e hizo el ademán de levantarse. Creí que también era el momento de que ella regresara a su mesa, solo para que Dinah me interrogara.
-Oye Camila, la invitación que hice a Karen hace tiempo para comer sigue en pie, solo debe avisarme. Menciono en voz baja.

-No, espera, mejor te daré mi número de móvil y...
Dije nerviosa. Dinah seguía sonriendo muy divertida.
Pensé en la forma en que Karen se había enfadado y seguía sintiéndose culpable después de saber sobre Lauren y haberme hecho hablar con ella en mas de una ocasión.
-O dame el tuyo.
Extendió su iPhone a mis manos. Puse más atención en su forma tan relajada de vestir. Me gustaba.
Teclee con solo una mano.
Una vez termine, se lo entregue, me puse de pie seguido de ella. Con esa extraña sensación.

-Bien, entonces te llamaré. Asentí. -Nos vemos luego Dinah, un gusto. Sostuvo la mano de Atom otra vez.
De forma torpe e inesperada besó mi mejilla en forma de despedida. Luego la vi caminar hasta su mesa.
Volví a sentarme y Dinah me miro severamente.

-No me platicaste de ella.
Mi mejilla parecía latir en el sitio donde había dejado ese corto beso. Sus labios siempre se habían sentido tibios, así lo recordaba.

-Es algo complicado pero...
Iba a ahorrarme un montón de explicaciones. No sentía que valía la pena contar algo que podría quedarse en el pasado. Respiré profundo tratando de controlar la sensación de mi estómago y que los latidos rápidos se detuvieran.

-Esta bien, Camila, prométeme que si te llama no vas a negarte a salir ¿Si?
Asentí sonriéndole.

ESPECIAL POR SER EL TREINTA 😏

Mientras te tuveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora