Mientras te tuve

57

Camila
Los Ángeles

Suspiré cansada y sostuve a Atom en brazos, tratando de arrullarlo o hacer algo para que se calmará. Había estado bien el resto del día. Había comido normal y comportado bien, pero ahora no entendía lo que pasaba.
Con temor a que fuera como la última vez, toqué sus mejillas y revise algo que estuviera mal en su cuerpecito. Pero no había nada.
Para verificar use el termómetro. Yo estaba nerviosa así que mejor descartar que estuviera enfermo, era la 1 de la madrugada, aunque quisiera se me dificultaba salir del departamento con algún médico.

-Cálmate mi amor, por favor. Sobé su espalda un poco e intenté separarlo de mi cuello. Estaba enfadado y no entendía por que. Pensaba seriamente en la idea de no llevarlo a la guardería mañana. Tendría que llamar a Karen o pedir un permiso a Kev para faltar al trabajo.
-¿Te duele algo?
Mierda. Sin poder contener mi preocupación. Terminé aferrándome a el, como el lo hacía y cansada, me senté en la cama para llorar.
¿Que estaba haciendo?
Intenté cantar algo para el. Después de un rato, caminé a la cocina para preparar algo de su comida. Podría calmarlo de esa forma.
Batallé un poco pero nerviosa logré limpiar mis mejillas y tomar un poco de su cereal en un tazón.
Todo terminó mal. Debía darle un baño entonces. Como desesperada comencé a ofrecer algo que llamará su atención pero no lo logré. Cuando me di por vencida y pensé en salir del departamento. Entré a su dormitorio y miré el pequeño oso sobre la estantería. Lo había colocado ahí después de quitárselo en el sofá. Suponía que al menos como un adorno estaría bien.
Con manos temblorosas lo tomé y lo ayudé a hacerse adelante.

-Mira Ati, amor, mira osito.
Mi pequeño se resistía a abrir lo ojos pero cuando lo recargue en sus brazos. El lo hizo. Se separó de mi hombro de golpe y se aferró al oso. De repente había dejado de llorar e incluso soltó una risita.
Yo me quedé sin palabras.
Pensé un poco en lo que debía sentir al dejar de verlo.
Debía ser como un apegó normal, como cargar una mantita para dormir.
Suspiré profundo y lo miré acurrucarse en mi cuerpo. En menos de cinco minutos Atom estaba dormido.

Lauren

Comencé a removerme en la cama. Era extraño ni siquiera había sentido la luz en mis ojos como cada mañana.

-¿Lauren?
Me levanté de golpe al escuchar su voz. Al sentarme y abrir los ojos. Miré a Jasmine con cara preocupada. Cómo tratando de explicarse algo. Me moví incómoda y limpié mis ojos. Por la ventana todavía se miraba de noche y las luces de los edificios cercanos.

-¿Que pasa? Respondí con voz ronca. Ella también estaba adormilada. Su cabello un poco desordenado y con la bata que usaba para dormir. Después de un rato hablo.

-No lo sé, tu me has despertado, comenzaste a moverte ¿Y quién es Atom?
Abrí los ojos de golpe. ¿Atom? Mierda.
¿Que había dicho? Mi sangre se congeló.
-Comenzaste a nombrarlo y por eso te desperté.
Mierda. Mierda. ¿Porque ahora había pasado eso?
Me levanté de la cama sintiéndome inquieta. Sentía algo en mi pecho, preocupación.
Quizás había tenido una pesadilla, pero no lograba recordar que había sido.
¿Y si algo le pasaba?
Removí mi cabello. Escuché a Jasmine levantarse de la cama también y mencionando que entraría al baño. Miré el reloj en la pared. Era la 1 de la madrugada.
Pensaba en el de vez en cuando, en Camila pero sólo lo miraba como una preocupación natural. El pequeño aunque no lo entendiera era importante para mi.
Había logrado despertar en mi una preocupación como maternal. Me llenaba recordar la forma tierna en que actuaba. Debía haber crecido en esos meses.

Caminé despacio a mi mesa de noche y observé a la puerta del baño, ella estaría dentro otro rato.
Busqué el contacto de Camila en el móvil ¿Debía llamarla?
Mierda. Por supuesto que no. Era una estupidez. No sabía nada de ellos por mucho tiempo y ahora que podía decirle.
~Hola Camila habla Lauren, sabes que hace un rato me desperté con la pequeña sensación de preocupación por tu hijo~
Dios. Y por supuesto en medio de la madrugada. Cuando se suponía que había quedado todo en eso, ella no llamó, yo tampoco debía hacerlo.
También estaba Jasmine ¿Que iba a decirle?
No le había contado del tiempo actual, de que había visto a Camila e intentamos entendernos, que ella se había casado y tenía a un pequeño niño. Y que además inundaba mi mente de preocupación de vez en cuando.
Sería demasiado tonto, ella no lograría entenderlo, se enfadaría.
Jasmine caminó a la cama después de un rato y sonrió levemente.

-¿Que tienes?
Negué y besé su cuello para distraerla.
-Entonces...¿Quién es Atom?
Besé su frente.

-Debió ser la película que miré con Ryan y Will hace unos días, ellos me llenan de ideas.
Jasmine soltó una risita divertida. Sabía que adoraba a mi sobrinos e incluso ella después de conocer a mi madre, también los conocía y mencionaba lo divertidos que eran.
-Bien, vamos a dormir ahora.
Asentí sintiéndome mal por mentirle. Sentir eso por el pequeño era cómo admitir que su madre era más importante de lo que quería hacerme creer. Que ambos rondaban en mi mente por una razón.
¿Porque me pasaba? Debía estar concentrada en mi nueva relación, una que Jasmine estaba pintando demasiado real.

AQUÍ TERMINA EL MARATÓN