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Camila
Los Ángeles

Miré en orden todo en mi oficina y caminé hacía la oficina de mi jefe. Necesitaba salir más temprano hoy y buscar el periódico.
Pensándolo demasiado me había decidido por conseguir algún auto. Barato que me ayudará a llegar al trabajo y reducir el tiempo que me tomaba ir por Ati a la guardería, tal vez podría visitar el rancho más seguido. Me ayudaría bastante.
Después de charlar de forma casual con Kev, mi jefe, un hombre mayor que manejaba perfectamente el negocio, sin embargo con la cantidad de cuentas que llevaban, yo era de gran ayuda. Me dejó marchar sin problema. Caminé por varias calles antes de toparme con el primer sitio de revistas y periódicos. El vendedor había saludado amable y disponible para ayudarme. Justo antes de tomar el que quería. Una fotografía llamó mi atención. No dude en tomar la revista entre mis manos.

-Esa es la previa, tengo la de esta semana. Me dijo el hombre. No interesaba la fecha en realidad.

-Esta bien. Logre mencionar. Pude detallar la cara de Lauren perfectamente. Parecía demasiada concentrada en verse bien. Ni siquiera debería esforzarse. Naturalmente lo hacía.
Leí con detenimiento sobre la portada. Después de su separación por fin vuelve a la vida.
Saliendo de una fiesta y sujetando de la mano a una mujer. Mi pecho se llenó de algo, en realidad no lo entendía.
Estaba confundida.
Avance de páginas donde aparecía la noticia completa, un corto resumen sobre su fortuna y separación de...
Luego las fotografías con esa chica. Era hermosa.
La última foto congeló mi corazón.
La estaba besando, dentro del bar, justo al lado estaba su hermano.
Con manos temblorosas dejé la revista y tomé el periódico para pagarlo. Caminé por el resto de calles inmersa en mi pensamientos, sólo bajo el ruido leve de los autos moviéndose y la gente pasando a mi lado.
Claro. Lauren no iba a quedarse sola por siempre y aunque le molestara salir en ese tipo de noticias, por ser una Jauregui podría encontrar información de ella en cualquier parte.
Su familia era importante, rica y ella gozaba de esos privilegios
¿Porque ella se había fijado en mi en un inicio?
Negué cansada cuando mis inseguridades comenzaban a pasar por mi mente.
Ya estaba superado, no era la misma mujer ingenua. Me había casado, tenía a Atom. Eso no debía importarme.
Mucho menos que ella saliera con alguien.
Estaba en su derecho, era libre de intentarlo así como lo había intentado conmigo.
Recordé la actitud tan diferente con la que se había acercado, era contradictorio al mirarla de nuevo en una fiesta. Ella...
Dios. Suspiré profundo y miré las dos cuadras que faltaban para llegar con Atom.
¿Que había sido todo eso? Comportarse conmigo de forma tierna, preocuparse por Atom.
Pedirme una oportunidad diferente ¿Estaba jugando?
Definitivamente no había errado, para ese momento aunque no me sentía preparada, Atom y yo no podríamos encajar en su vida, nunca.
Aunque ella lo hubiera intentado. Sosteniendo a Atom en un brazo y mi mano en un lado.
Lauren Jauregui. Eso no se vería bien en ninguna revista. Solté un risita.
Me encaminé a prisa hasta la puerta de la guardería y pedí la salida de mi pequeño. Apareció con una sonrisa agradecida al otro lado de la puerta.
Lo sostuve contra mi pecho.

-¿Como te has portado Ati?
El recargó su cabecita en mi hombro y soltó un suspiró tierno.
La mujer que se encargaba de cuidarlo, me dió una sonrisa comprensiva.

-Estuvo mucho mejor hoy, pronto se acostumbrará. Asentí y después de despedirnos. Seguí mi camino al departamento. Al llegar quite mi ropa formal para el trabajo y puse a jugar a Atom en la alfombra.
Necesitaba cambiarlo a él también. El teléfono había comenzado a sonar y mi pequeño a cortos pasos se había acercado al aparato.

-Hola.

-¿Cariño? ¿Como están?
Sonreí al escuchar la voz de Karen al otro lado de la línea.

-Oh que bueno que llamas, demasiado bien ¿Donde estás?

-En casa, tomando un té ¿Como va todo?
Me senté en el sofá para hablar tranquilamente. Ati también se había acurrucado a mi lado jugando con los pequeños cochecitos que Dinah le había regalado.
Comencé a contarle sobre mi día y al llegar a la parte del auto, dude un poco si debía contarle sobre Lauren. Tenía demasiado tiempo sin nombrarla y me pareció demasiado tonto contarle sobre lo que había leído. Que me sentía extraña al saberlo.
Ati había bajado con mi ayuda del sofá y caminó al dormitorio. Se movía con libertad dentro del departamento. Mientras ella me contaba sobre las cosas que debía arreglar en la ciudad muy pronto. Observe a mi pequeño volver a la sala con ese osito en su mano y su otra mano ocupada con su dedo en su boca.
Era una señal para decirme que quería dormir un rato.
Me tensé al pensar en lo que sostenía para dormir. Prácticamente había arrastrado ese oso a todas partes en los últimos meses, desde que Lauren se lo había regalado en el hospital. Dormía con el, jugaba y parecía brindarle seguridad la mayoría del tiempo.
Mordí mi labio ansiosa. No sabía que pensar. Lo mejor era dejar ir el asunto.
Trate de olvidar la revista con la noticia y concentrarme en mirar las opciones en el periódico para comentarle a Karen. Pasamos más de una hora hablando, Atom dormía sobre el sofá.
Dejé de lado el periódico para sostener el oso en mi mano y pensar que hacer con el, no podría dejarlo simplemente estar.

Mientras te tuveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora