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Lauren
Los Ángeles

Estacione como pude el auto y busqué su camioneta. No la miraba alrededor. De cualquier forma seguí caminando a prisa a la entrada de urgencias del mismo hospital. Odiaba ese sitio.
Entré totalmente nerviosa y ansiosa por saber que Camila realmente había llegado ahí.

Con el pulso acelerado camine a la ventanilla para preguntar pero una voz apagada me llamó.

-Lauren.
Mi cuerpo se tensó al darme la vuelta y mirar a Camila de pie frente a mi. Sus mejillas enrojecidas y un montón de lágrimas cayendo de sus ojos. Llevaba un suéter ligero. Algo que había tomado a prisa de casa.
Me miró por unos segundos y sin dudar me di prisa por rodearla con los brazos. Ella se aferró a mi con fuerza, buscando consuelo.
Sobe su espalda sin entender nada de lo que pasaba.
Intentaba decirme algo. Jamás. La había mirado así.
Ella siempre había sido muy buena para enfrentar sus emociones. Fingía ser fuerte pero terminaba demostrando todo al mirarte.
Sostuve su cara para ayudarla a hablar.

-Calma, Car...Camila. debes calmarte y contarme.
Caí en cuenta de que Atom no estaba con ella.
-¿Donde esta? ¿Que te dijeron? Ella negó desesperada. Sin saber que hacer. Finalmente la apreté en un abrazo y nos guié a una silla. La acurruqué en mi regazo para calmarla.
-Camila, por dios, cálmate.
La hice mirarme.

-No quiero que le pase nada. Sus sollozos se hicieron más seguidos. Luchando Por calmarse.

-Esta bien, Camila, el va a estar bien, le conoces, ese pequeño te demostró que estaba preparado para recuperarse.
Se refugió en mi cuello y la abracé por la espalda.
Estaba mucho más preocupada que ella, estaba segura, quería salir de ahí y asegurarme de que Atom estaba bien y siendo atendido, luego volver con ella para decírselo. Era como una maldita cadena en mi cabeza sobre lo que más anhelaba hacer.
Había podido tomar el aire cuando la tuve solo entre mis brazos para poder consolarla. ¿Porque mierda estaba sola?
¿Donde estaba Louis o Karen?
Mis manos se habían movido solas. Reconfortando su cuerpo tibio. Sabiendo que la única forma de calmarme era calmándola a ella.
Necesitaba hacer algunas preguntas.
Obtuve su atención por fin y ella parecía estar volviendo en si.

-Debí haber puesto más atención en el. Dijo con voz débil.
La miré a los ojos y limpié sus mejillas con mis manos. Sus ojos completamente tristes.

-No puedes detener algo Camila, cuéntame lo qué pasó.
Exigí. Esta vez ella lo notó. Por que tomó un respiro tratando de calmarse.

-Atom no ha dormido bien las dos últimas noches, pensé que no era grave, ahora por la mañana que desperté el estaba llorando y al tomarlo me di cuenta que ardía en fiebre, no dejaba de llorar, me asusté al llamarte por que el venía en el carro, no estaba despierto, no se qué pasó. Sollozó levemente.
-Karen no estaba en su habitación y Louis normalmente aparece en la casa hasta las 8, era demasiado temprano cuando salí.

-¿Les avisaste a Karen?
Negó encogiéndose de nuevo.

-No, eres a la única que le he hablado, lo sé, fue algo tonto por que se suponía que no estabas aquí ¿Como es que...

-Llegué hace unas horas a Los Ángeles, me di prisa por terminar todo en Londres, y no sabes como agradezco por haber tomado esa decisión, ahora estoy aquí y es lo importante.
Tomé sus mejillas para hacerla mirarme.
-Escúchame, el va a estar bien ¿Ok? Esperaremos aquí, a que los médicos hagan su trabajo, todo saldrá bien, confía en lo que te digo.
Cerré mis ojos después de que Ella volvió a ocultarse en mi cuello. Humedeciendo mi blusa.
Rogué por que todo lo que le había dicho fuera verdad. Atom debía estar bien. Suspiré.

Camila

Sentía que iba a quedarme sin aire. Habían tomado a Atom de mis brazos a prisa sin darme tiempo de seguirlos. Me había quedado estática ahí en medio del pasillo. Con la mano de una enfermera en mi hombro, invitándome a sentar. Lo hice. De forma mecánica por que ni siquiera sabia lo que hacía. Mi corazón latía sin rumbo y mis lágrimas me impedían fijar la vista en algo. Me sentía terrible. Ni siquiera llevaba conmigo el móvil, se había quedado en la camioneta cuando bajé a prisa.
Unos pasos acelerados llamaron mi atención. Miré a Lauren entrar al hospital y yo no lo creí.
Primera reacción fue llamarla y luego irme a sus brazos.
Necesitaba que alguien me dijera que todo iba a estar bien. Necesitaba que ella lo hiciera. Por eso la había llamado pero mi corazón se había hundido cuando no atendió las primeras 5 llamadas que hice, buscaba desesperada durante el camino el número de Karen para avisarle pero mirar por el retrovisor me obligó a seguir intentando con el mismo numero, el de Lauren para que me dijera que hacer.
Ella no contestó pero no me rendí por la necesidad de no bajar la velocidad.
Cuando contestó me había percatado de donde estaba y a donde debía ir.

Logré tomar el aire que necesitaba al respirar sobre su ropa y ella me sostenía siendo suficiente por ahora.
Luego le creí. Miré a sus ojos y confié en ella. Estaba haciéndolo, confiar en ella. Respiré profundo después de contarle todo.
Sobo mi espalda mientras me calmaba entre sus brazos.
Sus ojos estaban angustiados también.
Su mano tibia sostuvo mi cara. Con mucha delicadeza.
-Tienes que avisarle a Karen, se va a asustar cuando no te vea ahí.
Mordió levemente sus labios. Yo asentí algo distraída y me puse de pie con su ayuda. Habíamos estado tan cerca. Demasiado.
Hasta este momento me di cuenta. Había sentido de nuevo ese contacto tan cercano después de mucho tiempo. Y lo lograba. Ella me hacía sentir igual.

Mientras te tuveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora