Mientras te tuve

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Lauren
Los Ángeles

Las luces inundaron mi mirada y por un segundo me sentía fastidiada de estar en ese lugar. A diferencia de mi cuñada y hermano, yo no me divertía mucho. Jasmine tenía una pequeña fiesta de bienvenida en su agencia y me había convencido de asistir, además de invitar a los dos enamorados que bailaban cerca de la mesa.

-Quita esa cara cariño.
La miré hacer un gesto de enfado, que por supuesto era broma.
Sostuve su barbilla hacía a mi y decidí mejor besarla. Era una buena forma para comenzar y convencerla de irnos pronto.
La música tampoco nos iba a dejar hablar tan bien.

-¿En serio te gusta este lugar?
Ella asintió e intentó moverme de mi lugar para ir a bailar con la música tan alta.
Todos bebían un poco de alcohol y yo no quería. Seguro por eso no me parecía tan divertido estar en el lugar.

-Deja de comportarte como una mujer tan aburrida ¿Puedes darme una sonrisa al menos?
Con un movimiento la hice sentarse sobre mis piernas y besarla. Mis manos habían rodeado su perfecta cintura con poca delicadeza. Era la fase dos para convencerla de salir. Besé su cuello.

-No estoy aburrida, es solo que preferiría estar contigo en otra parte. Susurré sobre su oído. Ella comenzó a reír contagiándome un poco.
El pequeño juego se había extendido, así que ahora mis manos paseaban sobre sus piernas firmes. Su piel era cálida y podría tener acceso en esa posición a la parte de sus hombros. Ella jugaba mientras con mis labios. Esperaba que en medio de toda esa música y luces negras nadie se fijara en nosotras tratando de contenernos.
Justo al tener un poco más de acceso a su piel. Alguien se sentó junto a nosotras. Era mi hermano y Keana.
El me regaló una sonrisa juguetona y mi cuñada señaló a algunas camarógrafos que tomaban un par de fotos de nuestra incómoda y caliente situación. Intenté relajarme después de eso pero no pude. Odiaba que metieran sus narices donde no debían.
La última vez que había estado en noticias era después de mi separación con Samantha, esperaba que esas fotografías no salieran publicadas al día siguiente en alguna parte.
Chris intentó animarme pero al final de la noche. Conduje de regresó a casa de mi madre para dejarlos. De un pésimo humor.
Cuando estuve a solas en el departamento con Jasmine intentó comenzar esa sesión de besos que había quedado pendiente pero yo me negué.

-¿Que pasa Lauren?
Se sentó junto a mi en la cama e intentó darme un poco de ánimo. Mierda. No quería hacerla sentir mal ahora. Acepté el par se besos tiernos que dejó en la comisura de mis labios.

-No me gustan esos lugares, ya sabes, me hacen recordar.

-Cariño, lo siento si te he incomodado, aunque....

-Yo acepté ir, es importante para ti, es lo justo. Suspiré profundo y dejé que quitara poco a poco mi ropa. Solo necesitaba dormir.
-Es que, no me gusta tener imágenes de mi en ese estado ¿Has visto a ese idiota? Al que llevaban hacía la puerta, completamente ebrio.

-Lo he visto si, pero tu no eres el, no eres la misma, me lo has contado.

-Lo se, pero me resulta incómodo, además han tomado fotografías de ambas y apuesto a que estaremos en las noticias.

-¿Te molesta que te vean conmigo?
Preguntó seria. No. No quería que pensara de esa forma.

-No, tu eres una hermosa mujer, en realidad pienso que es un privilegio estar contigo, pero no me gusta que el resto del mundo vea nuestra relación, que comience a especular cosas y además te he contado de Samantha, no quiero que tengas problemas con ella, de repente aparece para fastidiarme.
Asintió con una sonrisa. Yo no podía más que besarla en ese momento.

-Esta bien, entonces debemos planear alguna salida a pasear, al cine ¿Dime que prefieres?
Preguntó atenta y la abracé sobre la cama. Ella había logrado quitarse el corto vestido que llevaba y reposábamos solamente en ropa interior.

-Prefiero estar aquí. Se desquitó con un golpe juguetón en mi brazo.
La miré. Sus mejillas encendidas me arreglaron en segundos. Sabía que era necesario para arreglar mi mal humor.
La besé y me dejé llevar. Apostaba a que después de eso dormiría como un tronco.
Sabía que no me había equivocado en cortarle todo acerca de mi. Sabía de Samantha e incluso de Camila.
De mi problema con los excesos y alcohol que había tenido. También sabía todo relacionado con mi familia. Yo pensaba saber lo suficiente de ella.
Había pasado una reciente ruptura con su ex novia. Una chica francesa que había conocido en un viaje, aunque se habían enamorado, al parecer ella jamas había tomado su relación con seriedad.
Yo la miraba y no entendía como podía haberla dejado escapar. Era la chica perfecta para tener una relación y para pensar en establecerte.
Su inteligencia emocional podría atraer la atención de cualquier persona, tal vez por eso me convencía de estar con ella.
Apreté su espalda contra la cama y escuché los suaves gemidos que sus labios soltaban a ratos.
Mis manos jugaban en su entrada y apreciaban el calor e humedad que desprendía su cuerpo con solo tocarla.
Creo que después de ese tiempo juntas había llegado el momento de presentarla con mi madre, de llevarla a las reuniones y proponer un montón de cosas para nuestra relación.
En ese momento pensaba que si salieran esas fotografías con ella en la portada de alguna revista, no me importaría demasiado. Finalmente saldrían buenas noticias de mi.