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Lauren
Los Ángeles

Después de tener una discusión con Camila sobre la necesidad que tenía por pagar yo por que yo la había invitado salimos del café.
Salí moviendo el carrito y esquivando gente mientras Camila caminaba charlando con el pequeño sobre temas que yo no entendía. Estaba atento por supuesto pero tenía toda la razón al decir que era muy pequeño para entender lo que pasaba alrededor.

-¿Y a donde vamos?
Pregunté confundida y cansada de seguirlos solamente.

-Al arbolito, lo mencionaste ayer.
Se encogió de hombros.

-Oye ¿Podríamos dejar esto en uno de esos lugares donde cuidan cosas? Por que siento que...
Camila se paró frente a mi con una sonrisa, para luego asentir. Busque uno de esos locales rápidamente. Me había tardado menos de 5 minutos en pagar. Aún así Camila había necesitado cargar con el bolso y con amabilidad le había pedido cargarlo.

-Creo que prefiero al bebé. Dije entre dientes.

-Correcto, entonces tu llévalo y dame el bolso.
Dijo Camila divertida. Mierda lo había escuchado. Cargue a Atom sobre mis brazos, en una posición como si estuviera sentado y sostuve su barriguita. Era tan extraño eso.
Ella caminaba a mi lado de forma distraída.

-¿Entonces tu madre esta bien?
Preguntó después de un rato. Topando de repente entre pasos nuestros brazos.

-Si, tuvo una cirugía, cuando tu fuiste ingresada al hospital,luego llevo quimioterapia pero no puede quedarme con ella.

-Es bueno saber que ella esta sana.
Asentí.

-Nunca hablamos sobre tus padres. Admití casi arrepintiéndome.

-Están en Miami, no vienen mucho, pero hablo con ellos muy seguido.
Esto se iba a convertir en pregunta-respuesta.

-¿Karen sabes que estas aquí? Detuvo sus pasos de forma abrupta y me miró mordiendo su labio inferior. Eso no era una buena señal.

-No lo sabe y creo que no lo sabrá, al menos no ahora por que está molesta contigo...le he contado de nosotras antes y no se lo tomó nada bien.

-Eso es malo, la comprendo perfectamente si esto llegará a provocar algún problema entre ambas pues seria mejor...

-Hace un momento me pediste lo contrario. Reclamó y se cruzó de brazos. Yo suspiré.

-Es verdad, lo siento, pero no se que decirte respecto a esto, Karen va a cuidarte siempre, por que su hijo era tu esposo y bueno lo hará, si ella considera que no debemos hablar mucho...

-Es mi decisión y aunque no lo creas ella respeta lo que lo decida siempre.
Siguió caminando un poco tensa. Había dicho una tontería por supuesto. Necesitaba remediarlo.
Y es que no sabía como comportarme ahora que Karen ya no estaba de mi lado.

-Camila, si en algún momento llegas a decirle que nos hemos visto entonces ¿Le puedes pedir disculpas de mi parte?

-Muy bien.

Atom soltó una risita y se puso inquieto al mirar un montón de luces encendidas alrededor del árbol. Quería tocarlas o no sé. Pero fue divertido sostenerlo mientras se movía tanto.
Después de un rato el había terminado agotado y dormido sobre mi hombro.

-Debería regresar ya, se hace tarde.
Dijo Camila mientras ofrecía cargar ella al niño, pero me negué.
-Llamaré a Louis. Mientras ella buscaba su móvil en el bolso yo pensé un poco sobre una posibilidad, la verdad es que no quería dejar de verla ahora. Necesitaba un poco más de tiempo con los dos. El próximo encuentro no sabia cuando iba a ser.

-No. Respondí rápidamente.
-Quiero decir, yo puedo llevarlos.

-Pero Karen se daría cuenta. Respondió con duda.

-No bajaré del auto, anda de verdad me gustaría llevarlos hasta allá. Insistí esta vez con una sonrisa. Cuando la convencí ella volvió a negarse.

-No tienes un asiento para niños.

-Lo tengo, en realidad tengo dos, ayudo a mi hermano con los niños de vez en cuando y podríamos adaptar uno para Atom.
Treinta minutos después los tres viajábamos por carretera.
En silencio a excepción de la música que había colocado.
Atom dormía plácidamente en medio del asiento. Había tenido que guardar el otro y moverlo al centro. Camila vigilaba constantemente que él viajara cómodo.

-Ahora que lo pienso, el rancho esta un poco lejos de la ciudad. Dije tratando de sacar un tema entretenido de charla.
Camila habían dejado de ver por la ventana para mirarme.

-No suelo viajar mucho fuera del rancho así que no es un problema.

-¿Estás trabajando ahí?
Camila era una mujer muy inteligente, al principio cuando había comenzado a trabajar para mi note el talento que tenía. Quería buscar una mejor oportunidad para ella pero finalmente había sido muy egoísta, por que quería tenerla cerca en todo momento. Negándome a comentarle sobre las opciones que yo tenía para enviarla a otro país a trabajar y adquirir experiencia. Pero yo había tomado decisiones por ella, terribles decisiones. Me lamenté por eso.

-Si, de los asuntos administrativos.

-¿Les esta llendo mejor ahora?

-Bastante, si, hemos cubierto casi la totalidad de las deudas, excepto la que tenemos contigo.
Mierda. Había olvidado por completo esa. Aunque, podríamos realmente olvidarla, ellos podrían enfocarse en invertir ese dinero.

-Podemos olvidarla. Ofrecí convencida. Pero ella desde luego iba a negarse.

-Por supuesto que no, vamos a cubrirla y no menciones más. Contestó en tono serio. Provocándome estremecer. No volvería a tocar ese tema entonces. Se removió en el asiento.
Tomé el camino hacía lateral donde se seguía hasta el rancho.
En completo silencio había llegado a la entrada y me estacioné de frente. Me pidió esperar a que ella bajará el carrito y los bolsos. Karen no podría verme ahí a su lado.
Cuando terminó y metió todo. Volvió por el pequeño que para fortuna seguía dormido.

-Bien. Dijo al subir al asiento del copiloto otra vez y se inclinó. -Te veo luego Lauren, muchas gracias por lo de hoy, por todo de verdad.
Suspiré profundo sin querer. Luego besé su mejilla y ella bajó para entrar a la puerta trasera y sacar al niño.
La miré entrar a la casa.
Me había quedado ahí como tonta. Sin poder moverme ni un poco.
¿Cuando iba a poder verla de nuevo? A ella y a Atom.

Mientras te tuveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora