70

7.8K 506 34
                                    

Camila
Los Ángeles

Cuando entramos al restaurante, me pareció haber entrado a otra dimensión. Demasiado elegante para mi gusto, según ella era familiar pero al entrar muchas de las personas volvieron la cabeza para mirarnos. Ella llevaba en brazos a Atom. El jugaba un poco con su cabello y parloteaba algo que todavía no entendíamos.

-Será mejor un lugar alejado del ruido. Indicó a la chica que nos recibió al entrar. Comprensiva nos pidió seguirla para sentarnos. Era una mesa para dos y no tardaron en traer una adaptada para el niño.
Aún con mi repentino estado de celos vigile que esa chica no mirara demás a Lauren, no podía negar que ella y Atom juntos eran una bomba de atracción y adorables.
Cuando Ati se sentó de inmediato comenzó a buscar con que jugar.
Sabía que se aburriría en un lugar iba a luchar por salir de la silla lo antes posible.
Miramos el menú por un rato.
Había pedido un par de cortes para nosotras, ensalada y sopa para Atom.

-¿Quieres un poco de vino?
Negué. -¿Segura?

-Tomaré lo que tu tomes.
Con una sonrisa la chica que recibió nuestra orden se retiró de la mesa.

-¿Como ha ido tu día? ¿El trabajo?
Lauren insistió en mantener una charla casual y a la vez interesante. Tomé mi tiempo para explicarle todo lo que hacía en la oficina.

-¿Tu? Pregunté después de terminar con mi discurso.

-Estamos terminando unas negociaciones, es un poco tedioso, ya sabes, muchas reuniones. Resopló y bebió un poco de agua. Su ceño se frunció por unos segundos.
-Aunque estoy pensando seriamente en no regresar esta tarde, hasta mañana temprano, quizás le avise a mi hermano y secretaría.

-¿Lauren Jauregui?
Una voz femenina y chillona interrumpió lo que fuera a contarme. Miré a la mujer rubia y esbelta que esperaba a que Lauren la saludara con la misma efusividad. Era muy guapa. Demasiado para mí tranquilidad. En pocos segundos Lauren la tuvo ganchada a su cuello y colocando un beso coqueto en su mejilla.

-Hola April. Dijo amable. Para mi pena y tal vez ninguna molestia para Lauren. Ella se alejó un poco pero aún sin dejar de tocarla. Manteniendo esa mirada pícara en sus ojos, incitadora.
Aclaré mi garganta levemente pero ninguna de las dos Me puso atención lo que comenzó a hacerme enfadar a un nivel superior. Para disimular espere jugando con Ati.
Tardó varios minutos coqueteando con Lauren.
La sensación que sentía sobre mi pecho me agobio. Pero con esfuerzo logré controlarme y permanecer ahí sentada.
Al despedirse soltó un beso demasiado sonoro y una risita coqueta al final. Lauren se sentó como si nada tratando de retomar una conversación.
Yo la miré normal, o eso pensé.

-¿Pasa algo?
Incómoda Me puse a pensar en la cantidad de mujeres así de guapas que debían seguir buscándola. Como hace años, aún cuando estaba casada y todo mundo lo sabía, las mujeres interesadas en ella nunca faltaban.
Lo peor de todo es que hace años yo no tenía ningún derecho a reclamar, era su amante, a ella le daba igual lo que yo opinara sobre lo cercanas que se comportaban.

-Nada, solo tengo hambre.
Dije fingiendo normalidad.
Sonrió levemente.

-¿Estas enfadada por que salude a April?
Su pregunta por supuesto me hizo levantar la mirada a ella.

-Claro que no. Dije tratando de parecer segura.

-Bien ¿Entonces porque tienes esa cara? Sonrió divertida y yo rodé los ojos.

-No es nada. Contesté de mal humor.

-Bien, pues solo recuerda que con quién quiero estar es contigo, nadie más. Tomó mi mano y besó el dorso. Dejándome sentir un pequeño mareo por la emoción.

-Esta bien Lauren.

-Tu sabes que siempre habrá mucha gente interesada a mi alrededor, simplemente ignóralos. Asentí y trate de entretener a mi bebé.
Con una energía de pesadez tomamos la comida, el ambiente no podría ser un poco amable ahora. Ella me miraba intensa y esperaba mis respuestas cortas.
Después de terminar de comer un poco más tranquila logré dar una sonrisa al mirar la pequeña mancha que Ati había hecho a su saco carísimo.

-¿Te divierte eso?
Limpió con la servilleta sin un buen resultado.

-No para nada. Ella sonrió sinceramente y bastó que se inclinara hacia el frente. Me atrapo con su mirada y luego sostuvo mi barbilla para dejarme un beso suave en los labios.
Miró la llamada perdida que tenía en el móvil.

-Mierda, debo volver a la empresa.
Yo me quejé por la palabra que había usado.
-O lo siento. Se disculpó y extendió su mano para que Ati jugará con el anillo que siempre llevaba. Minutos después.
Nos dejó en la puerta del edificio y se marchó de nuevo al trabajo.

Habían pasado dos días igual. Lauren comía con nosotros pero volvía para luego encerrarse en su trabajo.
Intentaba ayudarme por la noche con Ati pero desde luego no estaba funcionando su plan. El tiempo que pasaba con nosotros era mínimo.
Todo se disparó cuando para antes del fin de semana ella llego a las 23 horas. Tuve que levantarme a abrir la puerta para ella.

-O lo siento mucho Camila, no quería molestarte en serio. Dejó sus cosas en la entrada y me siguió por la sala.
¿Que es lo que quería que hiciera?

-Lauren si de verdad quieres que esto funcione, necesitas tomar en serio la oportunidad, te la pasas trabajando y es como ahorita, incómodo tener que abrir la puerta para que entres, casi es media noche por dios.
Me miró sería y agachó la mirada al notar que yo seguiría defendiendo mi punto.

-Es sólo el trabajo lo lamento.
Algo molesta y cansada caminé al dormitorio. Yo sola por que no la invité a seguirme para dormir, nada y esperaba que no me siguiera por que me pondría de peor humor.

Mientras te tuveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora