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Camila
Los Ángeles

-El pequeño puede irse, llevará un tratamiento y la cita con su pediatra en tres días máximo para revisión.
El doctor sonrió amable a ambas. Yo intenté respirar con tranquilidad bajo la mirada tan atenta de Lauren. Claro que había pensado en su propuesta. Y consideraba que lo mejor era permanecer en la ciudad por unos días pero jamás se me había venido a la mente el buscar a Lauren para que me ayudara con eso, ya había hecho mucho por nosotros.
Su mirada era afligida.

-Debo salir para firmar lo que sea necesario y poder volver a casa. Dije. Lauren inmediatamente puso una cara rígida.

-Lo haré yo.

-Yo debo hacerlo ¿Puedes esperar junto a Atom?
Asintió sin decir más. Salí de la habitación con el corazón acelerado y muchas cosas en mi mente. Pensando en lo que proponía Lauren, no sonaba del todo fuera de lugar pero pensar que pasaría una parte del día con ella y en ese lugar que no me traía muy buenos recuerdos, me daba escalofríos de solo pensarlo. Busqué mi móvil en mi
Bolsillo de forma temblorosa, necesitaba hablar con Karen para darle la buena noticia.

-Cariño. Su voz dulce y amable se escuchó apenas después de un timbre. -Esperaba tu llamada.

-Atom puede ir a casa. Dije sin más. Escuché una risa leve de su parte.
Tal vez yo no sonaba tan entusiasmada como debería ser, pero era por algo más y ella sospecho sobre mi.

-¿Que pasa? No te escuchas muy bien, mandaré Louis por ti en unos minutos, ya quiero tener al pequeño aquí.
Llegué a la ventanilla de recepción para pedir el alta de mi hijo. Una sonriente señorita extendió frente a mis ojos la cuenta del hospital y el oficio que debía firmar. Tuve que colgar a Karen por unos minutos, luego la llamaría de nuevo.
La cantidad por supuesto me sorprendió. Justo al mirar al final de la hoja mi aliento quedó atrapado. Abrí mis ojos de golpe.
¿Pagado? Los gastos totales de la estancia estaban completos.

-Señorita creo que hay un error aquí, quiero decir, yo aún no he pagado nada de esto.
Con gusto ajustó sus gafas y verificó algo en su computadora. Me miró de nuevo.

-La cuenta fue cubierta hace unos minutos.
Resoplé. Lauren lo había hecho y no me sentía del todo molesta pero era demasiado tener que deber esto a ella de nuevo.
Hace unos meses había sido yo quien se lo había pedido y aún seguía en deuda. Pero en esta ocasión para nada iba a aceptar su ayuda, claramente la situación iba mucho mejor en el rancho y el dinero siempre lo tenía ahorrado ante cualquier situación, después del nacimiento de Atom había tomado mis precauciones.
Asentí amable a la señorita y plasme mi firma. Ella se despidió con un saludo.
Me encaminé de nuevo a la habitación pensando lo que le iba a decir.
Di la vuelta en el pasillo y salude a una de las enfermeras que nos había atendido demasiado bien.
Entre al dormitorio en silencio.
Mis palabras se quedaron atrapadas al mirar esa dulce imagen.
Atom ahora estaba con ropa y acurrucado en el cuello de Lauren mientras le sobaba la espalda. Parecía llevar una buena charla con el por que la risita de mi hijo confirmaba que estaba atento a lo que dijera.
Por fin ella me vio y se detuvo.

-¿Esta todo bien?
Sonrió.
Mordí mi labio indecisa, se suponía que venía dispuesta a reclamar algo.

-Lauren. Tomé los pasos que me faltaban para llegar a ellos. Atom levantó su cabecita y me miró sonriente, extendió sus brazos hacía a mi y yo lo tomé.
-Creo que...debemos hablar muy en serio sobre el pago que acabas de hacer y no me lo dijiste.
Cerró los ojos por un momento y movió su cabello nerviosa.

-Solo déjame ayudarte.

-Lo he hecho, te he dejado ayudarme y bastante, pero por favor no quiero discutir sobre esto, esa cuenta me corresponde a mi y ahora puedo hacerlo sin problema, debo pagártelo.

-Ni hablar. Se quejó y yo la miré de forma intensa.

-Es que no estoy preguntando, simplemente quiero que me dejes pagártelo.
Subí el tono de mi voz y tratando de calmarme. Acomode el desastre que había hecho Lauren en la pequeña maleta que me habían traído para Atom por la mañana.
Una vez lista fije mi vista de nuevo en ella. Permanecía en una de las esquinas de la habitación solo mirándome.

-¿Vas a irte al rancho?
O Dios mío . En serio iba a cuestionar eso de nuevo. Rodé los ojos cansada. Esta vez Atom quiso estar atento a lo que pasaba a su alrededor. Mirando de mi a Lauren.

-Tengo que irme a casa, si.

-¿No pensaste en lo que dije?
Preguntó en un tono enfadado.

-Si, y lo mejor es que me vaya al rancho, ya veré las mejores opciones, esperaré a que Atom este mucho mejor para luego traerlo al pediatra.
Ella se quejó por supuesto. Miré como colocaba su saco y finalmente se encaminó a la puerta.

-Pensé que cuando me pedías venir era por que considerabas en quedarte en el departamento conmigo, pero si no es así entonces no entiendo que hago aquí.
Ella tenía el ceño fruncido, estaba molesta, demasiado y la conocía, tenía tremenda cabeza como para ser terca y no pensar con claridad lo que significaba que nos quedáramos en su lugar.
Salió de ahí sin decir más y dejándome una sensación de vacío extraña.
Yo entendía por completo por que le había pedido que viniera, iba a acceder pero me hizo dudarlo. Ella intentaba tener el control de nuevo y ahora no solo sobre mi.
Suspiré profundo.
Debía tener las mejillas encendidas, me había hecho enfadar.

Mientras te tuveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora