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Lauren
Los Ángeles

Pedí a Karen venir para que llevara a Camila a alguna parte de la casa donde no se sintiera asfixiada.
Yo no podía irme de ahí, al menos con esa sospecha tendríamos de donde partir.
-Checa los tiempos Natan, la cámara estupida no marca la hora pero tal vez coincida con la presencia de ese auto afuera del edificio. Pedí.
Era una mujer, eso parecía, llevaba ropa casual, nada elegante, con un reloj, el corto video perdía su imagen, no podríamos decir que había usado el elevador o las escaleras. Unos minutos después descartaron de la presencia de esa persona en el elevador. Por la entrada del sol en la recepción asumían que podría coincidir con la hora en que habían entrado al departamento.
-¿Hay alguna forma de aclarar la puta imagen? Podría ser cualquier persona, no puedo relacionarla con nada.
Miré el video casi 30 veces más, eran segundos. Su cabello se perdía con la mala imagen de la cámara, podría ser negro, castaño. Con algo en la muñeca. Confiaba en que Camila tuviera razón y sospechara.

-Tienes que buscar más videos de seguridad de las calles, hazlo Natan por dios.
Grité enfadada. Chris me pidió calma. Habían pasado otras cuatro horas más.
Si era una mujer, todos estaban convencidos.

-Esa mujer entró al edificio por la entrada principal, vestía oscuro y usó las escaleras, tu esposa la identificó ya, ahora estamos buscando su rastro en el resto de las imágenes....
Frustrada salí de la oficina, sospechaba que mi presencia los mantenía demasiado estresados. Caminé a la sala donde estaba Chris con Keana, charlando solamente, no quería que Camila me viera así.

-Lauren. Keana me llamó mientras pasaba a la puerta principal.
-Te acompañó.

-No voy a salir, sólo quiero un poco de oxígeno limpió, todos fuman en la otra sala.
Asintió y con la mirada de Chris sobre mi, la dejé acompañarme.
-Me siento terrible Keana, es Ati, es un bebé indefenso ¿Dime a quien mierda le ha hecho daño?

-Hay demasiada gente sin sentimiento cariño, pero debes...
Sacudí la barandilla que reposaba bajo mi manos. Me sentía frustrada.

-¿MANTENER LA CALMA?
Grité sin preocuparme por que alguien me escuchara.
-Vaya mierda.
Baje mi voz y me dejé caer en el piso. Sentada. Keana se sentó a mi lado con las piernas extendidas.

-Por Camila, hable con ella hace unos minutos, confía en ti Lauren, ahora solo tu debes confiar en que todo ese equipo de investigación pueda averiguar todo.

-No han llamado, no han dado señales de que quieran pedirme algo ¿Que va a pasar? Ya pasaron más de 24 horas.
Chris salió a nuestro lugar a prisa.

-¡Lauren! debes venir.
Mierda. Salí disparada del lugar sin esperar a que Keana me alcanzará. Entre a la oficina esperando a que fuera alguien llamando, pidiendo algo a cambio para regresar a Ati.
Natan llamó mi atención frente a una de las pantallas.

-Hemos seguido buscando el rastro de ese auto y encontramos uno similar varías calles, mira esto, a diferentes minutos, quién entro al edificio y se llevó al niño, intentó ser inteligente, ha caminado una distancia prudente.
Una imagen más clara apareció frente a mis ojos. Esa mujer, la misma ropa, cargaba a un pequeño en brazos, cubierto con una cobija, subía al auto negro que rondaba el edificio días antes.
Miré a Chris.
Era malditamente parecida a ella. Toda mi sangre se fue a mis pies.
Maldita fuera. En un arranque de ira, lancé la pantalla fuera del escritorio.

-Lauren cálmate.
Empuje a quien fuera que me sostenía y salí del lugar a velocidad mayor. Busque en la cocina las llaves del todo terreno. Sentí lo pasos de Chris tras de mi.
-No puedes hacer esto sola Lauren ¿Que mierda haces?
No me detuve pero supe que Chris daba indicaciones al resto. Subí al todo terreno y salí de la cochera a toda velocidad. Sobre la entrada miré a Karen y a Camila intentando comprender que pasaba.
Conduje segura de que varios autos me seguían, necesitaba llegar a esa casa, apenas a unos minutos por la salida de la ciudad. Revisé una de los cajones de la camioneta y encontré lo que buscaba. Mi padre solía usar esta camioneta para pasear fuera en el campo, intuía que nada era seguro así que guardaba un arma que pocos sabían que la tenía. Chris por ejemplo. Solicité la entrada con amabilidad al llegar a la casa con patios extendidos.
Ese maldito hombre no se imaginaba la sorpresa de mi visita.
Varios carros llegaron cuando lo aceleré de nuevo.
Estacione frente a la mansión y en un salto estuve frente a la puerta. Un mayordomo abrió justo cuando yo decidía dejar de tocar la puerta y entrar por mi cuenta.

-¿Señora Jauregui? Ahora no pueden recibirla en casa pero...
Apunte con el arma. Mierda. Yo estaba aterrada, enfadada, ni siquiera sabía si el arma estaba cargada. Me miró aterrado y me dijo lo que necesitaba saber.
Llegué a su estupido despacho.

-Te lo advertí ¿Donde mierda esta Samantha?
Su padre casi cae del asiento al verme con el arma en la mano.

-Jauregui, ¿De que hablas?

-Debes saber que independientemente a que esto salga bien o no, nuestros negocios juntos han terminado, ahora, dime ¿DONDE ESTA TU HIJA?

-Ella ha salido de la ciudad Lauren, no me ha dado detalles, tal vez a la cabaña, suele hacerlo de vez en cuando ¿Que está pasando?

-¡LLÁMALE! ¡ASEGÚRAME DE QUE ELLA ESTA AHÍ!
Grité alto. Mucho ruido se escuchó afuera, supuse que el resto había llegado para buscarme. Estaba actuando como una loca, temía de mi misma. Pero solo imaginar que Samantha lo tenía me llenaba de pánico.
Marcó tembloroso por el teléfono. Yo bloqueé la puerta y coloqué un poco de música para que ella no sospechara que yo estaba ahí.

-¿Samantha?
Su voz se escuchaba muy nerviosa y apunté hacía el todo el tiempo. Le indiqué que pusiera alta voz.

-Estoy descansado papá, sabes que la cabaña me da mucha tranquilidad, no necesito tu compañía, regresaré en unos días. Tragué saliva y le indiqué que colgara después de un rato hablando estupideces, Samantha estaba ahí. Con manos aún temblorosas dejó el teléfono en él escritorio.

-Samantha secuestró a mi hijo.

-¿Que? Preguntó aterrado.

-Ella lo tiene ahora mismo y si yo no la mato, terminara el resto de su vida en la carcel.
Se dejó caer en su silla afectado por la noticia. Sabía que su vida no iba a volver a ser igual.

-No pensé que su obsesión con tu familia llegará tan lejos, después de su separación la amenace para que no se acercará por los negocios, pero ella es difícil de manejar, lo siento mucho Lauren.

-Lo siento más por ti.
Abrí la puerta que no dejaban de tocar. Chris me miró con el arma en la mano.

-Por dios Lauren.

-Calla, lo tiene ella, en la cabaña, a casi dos horas de aquí.
Sentí mi móvil que no dejaba de sonar en mi bolso. Distraída, al mirar el número de Camila logré ponerlo en silencio y caminar con Natan tras de mi fuera de la casa. Yo necesitaba partir del lugar cuanto antes.

-Tenemos que planear algo. Dijo con voz cansada.

-Hay dos caminos, conozco ambos pero ustedes no, Chris y yo usaremos el secundario, aunque no tenga sospecha de que sabemos, hay que prevenir que no escape, en cuanto a su padre...

-Lo están interrogando ahora y vigilando. Tenía muy poco para decir. Así que nos pusimos en camino, mi hermano iba a sentado a mi lado, en silencio.

-Debes dejar esa arma de papá ahora Lauren, actúas cómo una loca.
Rodé los ojos y acelere más sobre la carretera. Todos los demás nos seguían.

-Solo quiero tener a Ati en mis brazos, apuesto a que tu harías lo mismo por uno de tus hijos.
Su silencio dio la respuesta, el me comprendía.

Recordaba haber viajado a esa cabaña mas de una vez. A Samantha le obsesionaba el silencio, la tranquilidad de esa enorme casa rodeaba de naturaleza. Debí haber sospechado antes. Luche por evitar que mi llanto saliera, estaba sintiendo un peso muy grande sobre mis hombros. Era todo mi culpa.
Yo había estado casada con ella, la había complacido en todo, le había prometido tener un hijo con ella, pero luego apareció Camila, me enamoré y engañé a mi esposa por dos años. También terminé con nuestro matrimonio, le había amenazado que se alejará de mi, en gran parte me culpaba por la locura que mantenía ahora. Ella había buscado una venganza mucho mas inteligente, había esperado pacientemente hasta conocer mi lado más vulnerable y había acertado. Desde mucho tiempo antes sabía que yo amaba a otra mujer que no era ella.

Mientras te tuveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora