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Camila
Los Ángeles

Claro, ella me dejó a solas con su familia. Yo me arrepentí de haber tomado su palabra y esperarlos ahí.
También esperaba que no hiciera un desastre de aquello intentando cambiarlo. Había mejorado en la práctica pero solía descuidar algunos detalles.
Aclaré mi garganta y me reacomode en la silla.

-Entonces ¿Desde cuando viven juntas?
Abrí los ojos de golpe. Supuse que Lauren no le contaría a nadie que tenía una semana quedándose en el departamento.
Keana su cuñada, era muy amable pero lo poco que había notado es que le gustaba gastarle bromas a Lauren, como a su hermano.
Clara, la madre de Lauren, sonrió levemente y espero a que yo respondiera.
-Oye calma, no digo que sea algo malo, al contrario Lauren parece muy concentrada en no meter la pata.
Fue mi turno de reír.

-Lo hace bien, quiero decir se esfuerza para aprender y ayudarme con Atom.

-Wow¿Entonces vive contigo?
Chris preguntó.

-Si, hace una semana, intentamos...

-Venga ya, dejen en paz a Camila, que ya saben como se pondrá Lauren si se entera que están cuestionándola sobre eso.
Sonrió amablemente y apretó mi brazo en comprensión, yo le agradecía la ayuda.
Ellos comenzaron a comer e incluso los sobrinos de Lauren se sentaron en la mesa.
Ella llegó. No llevaba ni una mancha de algo en su ropa y Atom parecía realmente contento.
Una mujer mayor pasó a un lado y dejó una silla adecuada para el niño.

-He conseguido esto para el.

-Gracias. Dije.
Se sentaron a mi lado y comimos. Hubo pocos temas de conversación mientras disfrutamos de todo ese banquete.
Keana me mandaba una mirada juguetona hacía nosotras dos. Lauren sólo gruñía.

-Yo me encargó. Me dijo cuando termino. Parecía haberse dado tanta prisa en acabar para ayudarme con Atom y su comida, para darme el tiempo de comer con tranquilidad. Con todas esas cosas tan pequeñas que hacía por los dos. Me daban unas ganas inmensas de besarla. Incluso de que fuera tarde para ir a dormir al departamento, volver a hacer lo qué pasó en el sofá.
Negué con los recuerdos. No era tan divertido desearla frente a su familia.

Los miré a todos sentados, ni por un segundo hace años me imagine estar aquí, en la casa de su madre y su hermano.
Tal vez ella lo había notado por que sentí que tomaba mi barbilla y me hizo mirarla. Sus ojos verdes me atraparon y fue tarde, por que me rendí.
Su toque tan suave me hizo enloquecer. Ella besaba mis labios sin importarle que todos los demás miraban. Sonrió al final y volvió a su lugar como si nada.

-Lauren. Keana la llamó.

-¿Ahora que?
Ellas se hacían bromas constantemente, había esa pequeña conexión como si se tratara de una hermana más.

-Oye cálmate, solo quiero asegurarme de que ustedes dos se ven demasiado adorables.
Las mejillas de Lauren sorprendieron a todos, por que enrojecieron como nunca.

-Tia Lauren es como un tomate. Comenzaron a jugar sus sobrinos con esa broma. Todos en la mesa ahora reíamos por su inesperada respuesta.

Lauren

-Tienen que estar fastidiando en serio.
Bebió un poco de agua para sentirse mejor. Yo tomé nuestras manos debajo de la mesa y las entrelacé.

-Esta bien hija, no pasa nada, solo promete que vas a traer a Atom y Camila más seguido a casa, así podremos conocernos.
Lauren asintió.

Al finalizar la comida los niños volvieron a los juegos y Atom estaba con ellos, mis sobrinos eran realmente buenos cuidando de que no se cayera o su mascota lo alcanzará. Me aterraba que fuera demasiado grande, aunque inofensivo, no estaba acostumbrado a estar con personas tan pequeñas con Atom.

-Lauren, necesito ir al tocador. Susurró Camila cerca del oído.

-Mamá podrías echarle el ojo al pequeño, acompañare a Camila un momento, ya volvemos.

-Claro que si vayan con calma. Mi hermano y Keana comenzaron a hacer bromas sobre lo que realmente queríamos hacer.
Tomé su mano y la guié por la casa hasta el primer baño.
Entré junto a ella y espere recargada en en el lavamanos.
Después de un rato ella salió regalándome una linda sonrisa. Usó el lavamanos y arregló su cabello levemente. No había mucho que arreglar. Se miraba absolutamente hermosa.
Cuando terminó se acercó frente a mi.

-Listo. Dijo y yo la tomé por sorpresa en un beso intenso. Haciendo que retrocediera unos pasos hasta apoyarla en la pared.
-Lauren. Se quejó pero el juego de nuestras bocas iba a seguir dijera lo que dijera. Apreté su cintura y por un rato disfruté de sus labios sin detenerme. Llevaba mucho tiempo conteniéndome.
Sus manos apretaron mis brazos.
-Lauren, espera.
Dijo cuando intenté meter mi mano en su jean.
Besé su cuello esta vez.
-Lauren, no. Me empujó un poco más fuerte. Como primera reacción iba a enfadarme pero aligere mi entrecejo cuando ella sonrió. Tomó mis mejillas con suavidad y dejó un casto beso.
-Debemos volver.
Asentí de forma torpe y antes de soltarla dejé otro beso.

-Espera ¿Prometes que esta noche va a suceder otra vez?
Ella soltó una risa, y yo la seguí.

-Si Lauren, yo también quiero.
No me había dado cuenta de lo que tardamos pero seguro que al volver todos iban a molestar con eso.
Al llegar a la mesa miré a mi madre con Atom en brazos, haciéndole un ruidito para hacerlo reír. Camila se tensó en mi mano pero luego se relajó. Mi madre era realmente buena con los niños, y no podía negar ni dejar de agradecer que fuera tan amable al recibir a mis acompañantes en la comida, sabía que tan especiales eran ellos para mi.

Mientras te tuveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora