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Lauren
Los Ángeles

Horas después mantenía a Atom en el sofá, estaba en mis brazos.
Estaba cansada, él prácticamente toda la tarde me había consumido. Era muy inquieto, demasiado y ahora solamente había tenido un pequeño libro extraño con dibujos animado en mis manos. El giraba las hojas mirando como las pequeñas figuras salían a juego, era sobre osos y yo estaba realmente aburrida.
Camila pasaba solamente de la habitación a la cocina y luego a sentarse para atender la llamada de sus padres, luego de Karen y de otra amiga.
Suspiré profundo y miré mi reloj de mano por tercera vez.
Mierda ¿En que momento Atom iba a decidir dormir?
Tal vez la siesta de la tarde no había sido buena idea.
Mis ojos se pusieron pesados y los descanse por unos momentos.
Desperté asustada al sentir un toque sobre mi hombro.

-¿Estas cabeceando? Fruncí el ceño al escuchar a Camila y miré cómo beso a Atom en el cabello.

-No lo estoy.

-Puedes rendirte ahora ¿Quieres que me encargué de el?
Yo negué. Aunque estaba exhausta se suponía que necesitaba demostrarle que yo podría encargarme perfectamente de las necesidades del niño.

-Lo haré yo. Sonrió levemente.

-Lau...

-Puedes irte a dormir, de verdad, el pequeño va a quedarse dormido en un rato estoy segura, solamente entraré para recostarlo.
Mis palabras estaban llenas de duda, en realidad no sabía si sería capaz de mantenerme despierta por mas tiempo.
No dijo nada más y se encaminó por el pasillo.
Atom aún miraba el libro.

-Cariño debes dormir ya, eres pequeño y no puedes estar despierto hasta tarde. Susurré. Tal vez si la acurrucaba lograría que se durmiera.
Miré mi ropa, ni siquiera había podido cambiarla.
A diferencia de el llevaba su pequeña pijama puesta. Camila se había encargado de cambiarlo después de que se ensuciará.
Seguramente pronto tendría que hacerlo yo sola.
Recargue mi cabeza en el reposabrazos, había acomodado mi cuerpo sobre todo el sofá y sosteniendo al pequeño sobre mi pecho. Mis manos sostenían el libro frente a sus ojos.
El ruido de la habitación ya no se escuchó ¿En serio ya se había ido a dormir?
Me reí de mi misma.
Dejé encendida solo una de las lámparas.
Atom aún estaba despierto más noté que sus ojos comenzaban a cerrarse, con cuidado lo giré sobre mi pecho y comencé a sobar su espalda y su cabello. No me di cuenta de cuánto tiempo habíamos pasado así.

Camilla

Dejé el libro que estaba leyendo sobre las sábanas.
Tenía más de treinta minutos que había dejado a Ati con Lauren ¿Que tendrían que estar haciendo que tardaba tanto?
Mordí mi labio ansiosa, no iba a poder soportar mantenerme tanto tiempo alejada de mi pequeño, me gustaba cuidarlo y mimarlo, ponerlo a dormir.
Me coloqué la bata para salir de la cama y caminar de nuevo a la sala, dijera lo que dijera mi pequeño iba a venir a mis brazos de una vez. Era suficiente con su actitud protectora y fingiendo saber todo sobre mi hijo.
No podía negar el apego tan cercano de Ati hacía ella, los dos actuaban tan natural al lado de otro. Toda la tarde me puse a verlos. Él sonreía demasiado y ella tenía un brillo en sus ojos cada vez que Ati le extendía un pequeño juguete, cuando se sentaba y levantaba despacio de la alfombra.
Mi corazón latió con sorpresa al toparme con esa imagen. En silencio caminé al lado del sofá y levanté el libro que había caído de las manos de Lauren. Ambos dormían, ella sostenía sus brazos protectores en la espalda de Ati cuidando de que no cayera.
Los miré por mucho tiempo. Tan tranquilos pero no podía dejarlos así. Con cuidado separé a Ati de su pecho y lo llevé a su cuna.
Tenía que volver para que Lauren logrará acomodarse.
Cuando lo hice ella se había reacomodado en el sofá, abrazando un cojín y su respiración tranquila.

Detalle cada parte de su rostro.
Pensé en el tiempo que hice lo mismo, cuando yo era su amante, la miraba dormir y apreciaba toda la belleza casi perfecta que tenía, su piel pálida en contraste de su cabello oscuro, la ceja poblada y perfectamente arreglada, sus labios carnosos y ese gesto de tranquilidad que nunca mantenía en el día. Moría por tocar su piel levemente, retirar el molesto cabello que cubría la mitad de su mejilla. Reí bajo al mirar su ropa manchada de comida. No había logrado cambiarse.
Me sentí mal por ella, había ido al extremo al dejarla sola con Atom por esas horas.
Después de terminar de mirar cada detalle de ella, mantuve la cobija que había conseguido, la cubrí hasta los hombros.
Apagué la única lámpara encendida. Justo al dar tres pasos hacía el dormitorio, me descruce de brazos y volví hacia ella sin poderlo resistir.
Besé sobre su mejilla sin separarme. Sintiendo el aroma que tenía sobre el cuello y sintiendo su suave piel bajo mis labios. No se movió y con una sonrisa salí por fin de la sala, a pasos apresurados y con el corazón acelerado.
¿Que estaba haciendo?
Me recargué sobre la puerta del dormitorio y cerré los ojos tratando de ordenar todo lo que me hacía sentir.
Simplemente no hacía falta arreglar nada, Lauren no debía esforzarse para convencerme o demostrar algo, yo ya había caído en su trampa, no lograba resistirme a mirarla y a desear estar con ella, besándola o tocando...
-No. Susurré en voz baja y me lancé sobre la cama.
No debería estar pensando en como se vería Lauren durmiendo en mi cama. Ni como se sentiría tener sus manos sobre mi cuerpo otra vez. Sus respiros cansados después de llegar.
Cerré los ojos con fuerza e intenté pensar en algo más, no iba a lograrlo. Quería ir a la sala y pedirle que viniera a dormir conmigo ahora mismo.

Mientras te tuveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora