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Lauren
Los Ángeles

El auto estacionó y yo abrí los ojos. Mi culpa y pena no habían desaparecido. Temía debilitarme frente a Camila. Que mis manos temblaran como lo hacía ahora. Necesitaba una copa de inmediato.
Acompañe a Chris adentro, caminamos a prisa. Sobre la entrada mi madre me atrapó en un abrazo y yo respondí tensa.

-¿Lauren? Mírame cariño.
Yo dudé en hacerlo. Ella se miraba triste también, intranquila.
-Debemos ser fuertes y muy inteligentes, los oficiales y detectives están en la oficina de tu padre.
Sostuvo mis mejillas.
-Camila esta en tu habitación, Karen la acompaña y...

-¿Habló con alguien?
Negó logrando que un dolor volviera a atravesar otra de mi parte que hasta el momento estaba intacta.
-El Dr. ha tenido que darle un medicamento para dormir.
Quería correr escaleras arriba y abrazarla pero mi puta mente jugaba sucio. Tenía una necesidad inmensa por lograr encontrar a Ati, eso era lo que Camila necesitaba para estar bien.
Mi madre lograba leer mi vulnerabilidad pero con esfuerzo logre mantener mis ojos secos y endurecí mi semblante.

-Iré a la oficina de mi padre, solo avisa a Karen que estoy aquí.
Mi madre no lo aprobó de inmediato pero tal vez no era el mejor momento para ir con Camila.
Chris me guió a la oficina y antes de entrar lo detuve.

-Chris, se que esto esta mal pero necesito urgentemente una copa de whisky, ¿Podrías traerlo? Mis nervios no pueden conmigo. A pesar de los dos él salió de mi lado y yo entré. Un par de oficiales revisaban algunos videos de seguridad e instalaron un sistema extraño en el escritorio.
Natan se levantó de inmediato de su asiento.
Extendió su mano para mi.

-¿Que tienes hasta ahora?
Pregunté seria. Chris había logrado venir hasta a mi con la copa que bebí de golpe.

-Videos, varios y he notado un auto sospechoso que rondó por el edificio dos semanas previas, ese día la cámara registro a diez personas entrando al edificio, 12 mas saliendo, pero ninguna con algún niño.
Soporte la rabia y decidí sentarme donde el me indicaba para esperar.
Varios videos se reprodujeron frente a mi pero con mi mente siendo arrollada no podía concentrarme. Miré todos. Junto a Chris y ninguno me parecía una pista, las personas simplemente parecían residentes del lugar. La cámara de la estancia no parecía bien enfocada, un sistema de seguridad demasiado descuidado y viejo no ayudaban.
Mierda. Tardaban también en comunicarse si se tratara de un secuestro.
Respiré profundo al pensar que jamás volvería a ver a Ati. Sobé mi cien y aunque insistí Chris se negó a que yo bebiera otra copa. Natan asintió hacía el resto del equipo cuando salí exhausta de la oficina.

-No creo que pueda buscar algo más, Lauren, debes examinar de nuevo los videos, intentaremos correlacionar algo más, llamaré a otro amigo para que nos ayude.

-No quiero que esto sea noticia, por favor. Baje la mirada. No quería rendirme era demasiado pronto. Necesitaba tomar un poco de aire también, reposar mi cabeza por que me dolía demasiado.
Tampoco quería que esta información rodara por la prensa, tal vez la persona que tenía a mi Ati no le agradaría eso, temía por el.

-Hermana, ve a descansar un momento, yo me hago cargo, por favor, ve con Camila ahora. Negué frustrada.

-No estarás al cien por ciento si no duermes o comes algo, confía en nosotros Lauren, no va a desaparecer de la nada, vamos a dar con su ubicación.
Tuve a mi madre a la espalda unos minutos después. Casi rogando para que subiera a calmar a Camila, ella acababa de despertar y no estaba en la mejor disposición.
Con las piernas temblorosas y mi madre apoyándome del brazo, subí por las escaleras. Estaba aterrada, con la misma presión sofocante en mi pecho, desde hace 24 horas que se había instalado.
Antes de entrar a mi dormitorio escuché como Karen discutía para que Camila hiciera algo.
Tragué saliva y cerré mis ojos. Iba a odiarme. Y lo merecía.
Pero tal vez rodear su cuerpo por unos segundos me darían la fuerza para continuar.
Mi madre golpeó levemente la puerta. Karen abrió rápidamente y al verme ahí, se lanzó a mis brazos.

-Oh dios Lauren, gracias por estar aquí ahora, Camila se niega a salir del baño y no tengo ni idea de que esté haciendo, por favor.
Asentí con un nudo en mi garganta. Casi podría echarme a llorar frente a ellas y encerrarme en algún lugar. No me sentía capaz de verla a los ojos. Karen besó mi mejilla.
-Las dejáremos solas ¿Alguna noticia?
Volví a negar.
Las dos salieron del dormitorio con los ojos humedecidos. Ellas al menos se apoyaban una a la otra. Mierda. Yo era la culpable de que Karen tuviera a su nieto desaparecido.
Toque levemente la puerta del baño.

-No quiero a nadie. Su voz dolida y desconsolada arrancó un pedazo de mi alma. Ella estaba muy mal. Y yo necesitaba sostenerla.
-Déjenme sola, no quiero a nadie. Sollozó fuertemente.
Y casi imperceptible, su voz débil y cansada.
-Solo quiero a Ati.
Me la imaginaba tirada en el piso, con todas sus esperanzas vacías. Yo sollocé en silencio del otro lado de la puerta. Tratando de sostenerme de algo. Quite mi chaqueta y desabroche los primeros botones de mi blusa, sentía que no podía respirar.

-Por favor Camila.
Pedí al tocar por tercera vez. Mi voz al parecer la había alertado por que escuché un par de pasos arrastrarse a la puerta.
Al segundo tuve su imagen frente a mi. Pálida, bañada en lágrimas, con una mejilla lastimada.
Mi respiración se detuvo. Se habían atrevido a dañarla.
Su cara cambió por completo. Estaba enfadada y se lanzó a mi. Golpeando mi mejilla y luego mi pecho mientras yo luchaba por controlarla.

-Es tu culpa...tu lo has hecho, con tu maldita presencia en mi vida. Después de un último empujón que me hizo tropezar y tener que apoyarme cerca de un librero.
-Tu Lauren, por tu culpa se han llevado a mi hijo. Me señaló.
Yo asentí y lloré con ella. En realidad permanecimos a una buena distancia, con el cuerpo crispado y un ambiente desolador.

-Lo se Camila. Pronuncie cansada. -No hay cosa que me lastime más que saber eso, se que es mi culpa, por ponerlos en riesgo y no tomar las medidas para su seguridad, he sido una idiota.
Asumí la responsabilidad, su cuerpo se debilitó pero con un movimiento rápido logré sostenerla contra mi pecho. Humedeciendo la ropa que llevaba puesta. Logré sentarnos en la cama. Sobe su espalda cansada y lloré en silencio frente al dolor que nos invadía a la dos.
-Necesito que confíes en mi, voy a traer a nuestro hijo de vuelta, cariño, te lo prometo.

😭

Mientras te tuveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora