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Camila
Los Ángeles

Lauren había bebido siempre si. La recordaba tomando un vaso de whisky bajo mucho estrés. Pero jamás bebiendo hasta perder la conciencia, a ella le gustaba tener el control y mucho más importante tenerlo con su cuerpo.
Quedé callada, sopesando todo lo que me había dicho en apenas minutos, su padre murió, su madre enferma luego, y su divorcio. Una cosa tras de otra.
Era de esperarse que colapsará. Había perdido el control en cada uno de los aspectos de su vida.
Pero luego mi mente se llenó de duda.
¿Me quería? ¿Ella realmente lo hacía?
No era algo que quisiera escuchar.

-¿No me crees cierto?
Preguntó sin soportar el silencio que nos había inundado.
Busque algo de lo que sujetarme, algo. Una palabra o una frase corta que me hiciera sonar fuerte aún.

-¿Tu me querías? Pregunté con un nudo en la garganta. Por que entonces pude haberme quedado y soportar con ella todo lo que se iba a ir encima. La amaba con todo mi corazón, cada pequeña cosa que hacía terminaba afectando mi vida a un grado inesperado. Mis ojos se llenaron de lágrimas. No quería llorar frente a ella.
Haberme quedado significaría haber terminado más dañada, no hubiera conocido a Dylan y ahora no tendría a mi pequeño.
Dios.

-Si, lo hago pero por favor no quiero que pienses en eso, solo quiero que comprendas en verdad, lo mucho que lo siento, que aprendí la lección más grande de mi vida gracias a ti, quiero escucharte decir que me perdonas, no ahora, quiero que me conozcas de nuevo, a la nueva versión de mi, es mejor te lo prometo y que cuando estes lista me lo digas.

-Pero yo...
Sin poder detenerlo. Mis ojos se habían cerrado y derramado un par de lágrimas. Ella ocupo el dorso de sus manos tibias para limpiarme. Y sostener mis mejillas con delicadeza. Estaba hincada frente a mi. Mi corazón se hinchó.

-¿Puedes hacerlo? Preguntó mirándome fijamente.
¿Como reaccionaria si yo le dijera que en aquel tiempo también la había amado más que nada?
Que una parte de mi le pertenecía pero yo aún no lo descifraba, que cuando apareció otra vez me hizo sentir segura y dudar de la forma en que amaba a mi esposo.
Eso era ella ahora.

-¿Que será esto Lauren?

-Una nueva oportunidad, déjame hacerte olvidar todos malos tratos que te di, para poder seguir adelante ambas. Besó mi frente antes de volver a su lugar.
-Eres importante y quiero ser importante para ti Camila, solo déjame guiarnos a algo mejor, estoy dispuesta a aceptar una amistad, voy a apoyarte.

-Esta bien. Dije en voz débil.
Asintió con más calma y las dos soltamos un suspiró largo.

-Cuéntame sobre ti.
Podría hacerlo ahora. Confesarle que me había ido solo por miedo a que no entendiera el grado de amor que sentía por ella y dolía seguir soportando estar cerca pero muy lejos de un buen final para las dos.
Tomé un poco del café para calmarme.
Ya no quería irme. En realidad quería permanecer ahí y leer completamente su mente. ¿Seguía queriéndome? ¿Lo hacía por eso?
No sabía que pensar al respecto.

-Me enamore de Dylan, Lauren, pero fue después de alejarme de ti.

-¿Me odiabas?
Con un dolor intenso en mi pecho, asentí.

-Necesitaba solo algo más de estabilidad para mi. Mentí. -Por eso me alejé sin advertírtelo....conocí a Dylan por meses, era muy diferente a lo que tenía contigo y cuando nos enamoramos el me propuso matrimonio, algo a lo que no me negué, vivimos en el rancho Sanders estos años, me quedé embarazada y después pasó todo, la parte que ya conoces.

-Lo siento tanto.
Confesó sin dejar de verme.
-Debí dejarte libre desde antes, tal vez hubiera sido diferente para ti.

-No, no importa eso, en realidad todo me lleva a tener a Atom conmigo y es lo que más amo en en el mundo. Dije con sinceridad, por que lo era.

-Y valió la pena, espero que el tiempo que estuviste con tu familia haya sido pleno por que tu lo merecías, de verdad.
Bajó su mirada triste al café que permanecía sobre la mesa. Intacto, tal cual el mesero lo había dejado. Ella no iba a tomarlo. Se miraba muy tensa, afligida y no me agradaba.

-Lo hice ¿Puedes quedarte mas tranquila con eso?
Asintió. Yo intenté regalarle una sonrisa. Ella intentó responderla.

-Esta bien.
Recargo su cabeza en sus manos y luego gimió.
Por fin probó algo del café que le habían traído.
-Siento que quite un peso enorme de mis hombros.
Sonrió de forma única.
Nos quedamos en silencio otra vez. Pero un silencio cómodo cada una con sus pensamientos. Tomando decisiones internas y recuperándonos de lo confesado.
15 minutos pasaron. Lo supe por que descubrí un reloj en la parte superior en uno de los despachadores del café.
Intentaba bloquear en mi mente los sentimientos que probablemente renacían en mi. Los que ella tenía.
Miré sus labios y luego los movimientos finos que hacía. Era hermosa como siempre. Con una tranquilidad que realmente transmitía.
Atom por fin había despertado y en un llanto alto. Sabía que necesitaba comer. Lo saqué del carrito frente a la mirada atenta de Lauren. Lo senté en mi regazo para consolarlo, una vez tranquilo, atento al lugar donde estábamos, le di una galleta que el aferró en su manita. Comenzó a llevarla a su boca y a morderla con balbuceos. Me distrajo la risa divertida de Lauren. Lo miraba a el como encantada.

-Tu hijo es adorable y debo admitir que robó mi corazón cuando lo ví ahí tan pequeño luchando por respirar por si solo, lo logró. Dijo en un tono orgulloso. Haciéndome sonreír de manera involuntaria.
-¿Te importa si lo sostengo?
Tal vez el que ella lo hiciera iba a cambiar el rumbo de todo.
Así lo hizo.
Atom rió al ser atendido por Lauren de forma torpe, al principio aterrada y luego con comodidad le ayudó a sentarse sobre su regazo y lo miró comer.
Mi corazón retumbaba en mis oídos, era mi estomago de nuevo, con ese revoloteó intenso.

JAMAS LOS DEJARÍA ASÍ DEBEN SABERLO 😉😘

Mientras te tuveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora