Mientras te tuve

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Lauren
Los Ángeles

-Después de que te fuiste seguí con mi vida.
La miré y ella frunció sus cejas.
-Solo fue por unas semanas por que... mi padre falleció durante ese tiempo, apenas tuve tiempo de llorar por el, en realidad estaba más preocupada por una pena que no me podía explicar.
Aclaró su garganta y cerró sus ojos por segundos.
-De repente toda la empresa había quedado en mis hombros y de mi hermano, el estaba más preocupado por mi madre, así que nos dimos roles, yo dediqué las semanas en ubicar la empresa en buena posición después de que nuestro padre nos dejara un par de problemas, también tuve el tiempo en las noches para extrañarte.
Camila mordió su labios inferior con impaciencia ¿Ella iba a creerme?

-Lau...Intento interrumpir.

-Lo hacía Camila, había comenzado a sentirme tan enfadada por rechazarme, era una maldita egocéntrica, incapaz de creer que una mujer como tu me hubiese rechazado, todo comenzó así, te busqué, te llamé pero no pude encontrarte, mi desesperación agregado a los problemas laborales estaban terminando con mi paciencia, no tenía control sobre nada, eso me hizo tocar fondo, tomé el alcohol como un escape, trabajaba como loca y llegando a casa discutía con Samantha, bebía hasta que según yo hacía desaparecer el vacío que vivía en mi, era tan doloroso, lo sentía y no sabía que era, nada, hasta mi propia esposa me hizo darme cuenta, en una de las noches en que terminé sobre el sofá, en la madrugada, sabía de ti y me hizo comentarios demasiado hirientes, tu me habías dejado y a raíz de eso mi vida se había ido en picada, yo no era nadie si...
Mis emociones estaban a punto de explotar. Nadie sabía todo eso con tanta verdad como ahora lo sabría ella. Iba a derramar el mar de emociones y el amor que había descubierto que tenía para ella.
-Me enamore de ti hasta mi última célula, Camila, y yo no lo sabía hasta que te perdí, me culpe tanto, me sentía el ser mas miserable de la tierra, por dejarte ir, por obligarte a quedarte conmigo de forma tan injusta, por hacerte sufrir cuando debía hacer lo contrario.

-No puedes estar diciendo la verdad. Replicó con rabia. Miré a una pareja que estaba a nuestro lado. Camila había llamado su atención por la forma en que se había defendido.
Miré sus serias intenciones por huir de mi. Pero no podía dejarla.

-Es la verdad, créeme, me duele más a mi admitirlo, mi orgullo y mi poder se fueron cuando tu te fuiste, y quiero que sepas que no te culpo de nada, al contrario, ahora puedo entender que fue la mejor decisión que tomaste al alejarte de mi.
Intenté tocar su mano para tranquilizarla. Pero se alejó de inmediato.
-Bebía mucho, lo hice, al grado de caer en el hospital en varias ocasiones, con la empresa al borde del colapso, con mi familia tras mis pasos por cada estupidez que hacía y Samantha vengándose de mi por haberla engañado contigo, había conseguido un amante, contado mi verdad a nuestros amigos, terminando con mi imagen respetable, aunque saliera del hospital y prometiera no volver a a hacerlo, cada que miraba a algún lado te veía a ti y me culpaba, me odiaba a mi misma por perderte, pude haber hecho mejor las cosas para ambas, sufría demasiado, Chris mi hermano me obligó a acudir a un grupo de ayuda, no funciono y finalmente cuando Samantha me abandonó, ellos me encerraron en un hospital para que me rehabilitaran.

-¿Esto...ni siquiera se que decir. Ella admitió mirándome horrorizada como si yo fuera una completa desconocida.

-¿Quieres que me vaya? Puedo hacerlo...entiendo que no quieras verme.
Cerré mis ojos para controlar mi mente y la respiración.

-Solo dime.

-Estuve meses ahí, acabe totalmente destrozada y dependiente a lo que mi familia decidiera por mi, Samantha firmó el divorcio de inmediato y ahora fastidia a mi familia de vez en cuando, no me importaba en realidad, solo que yo no pude admitirlo, salí meses atrás antes de verte otra vez, me había resignado a amarte y nunca encontrarme contigo de nuevo.
Admití aterrada. Le estaba diciendo que hasta hace poco seguía amándola y podía ver en sus ojos algunas conclusiones.
El mesero dejó nuestro pedido en la mesa y se retiró. Nadie dijo nada.

-Tuve que irme estos meses por que no resistía hacerme a la idea de que tu estabas casada, con un hijo y bajo todas esas circunstancias en tu vida, además mi madre temía que por su enfermedad, cancer, yo volviera a recaer en el alcohol, luche bastante por recuperarme, pasé estos meses en Vancouver, descansando de todo, dando un tiempo para ti por supuesto, esperando a que tu pudieras seguir con tu vida, deseaba de todo corazón que recuperarás a tu familia, créeme...por eso me acerqué con Karen para resarcir el daño que te hice, para intentar perdonarme a mi misma y recuperarme por completo, había dejado todo al destino Camila, me juré a mi misma no buscarte pero si por algún motivo te volvía a ver, iba a intentar contarte todo, asegurarme de tu felicidad, y ahora puedo verlo ¿Si? Solo no me pidas que me aleje por que no creo que ser capaz de hacerlo ahora, tengo miedo de que salgas huyendo de mi otra vez, te am....

-¡No lo digas! ¡No te atrevas a hacerlo!
Estaba enojada y lo entendía. Iba a darle unos minutos para que pensara en todo, iba a escucharla también. Pero no podia mentirle y negarle que aun la amaba, por que sentía que ninguna mujer iba a llegar hasta el fondo de mi alma como ella lo seguía haciendo. Mierda.
Se quedó callada. Miró a Atom durmiendo. Yo hice lo mismo.

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