91

7K 435 17
                                    


Camila
Los Ángeles

Después de esa reconciliación Lauren había vuelto al departamento, todo estaba en su lugar. Manteníamos los trabajos, Martha cuidaba de Ati mientras yo llegaba por la tarde. Las dos disfrutábamos del tiempo juntas, Ati aprovechaba cien por cien la compañía de Lauren.
Dos meses viviendo con una tranquilidad que yo pensaba iba a durar para siempre. Pensábamos mudarnos a mitad de año.
El primer contacto de Lauren con mis padres había resultado algo realmente bueno, un poco de comunicación y ellos esperaban que viajáramos para visitarlos. Sería una aventura para Ati, ya que a su edad tal vez podría aprender algo del viaje.

Pensando en ella, entró al departamento sin hacer mucho ruido y después de quitar sus zapatos dejándolos en la entrada, fue al primer sofá para sentarse.

-Hola cariño, wow vaya no tienes buena cara.
Me senté a su lado y la atraje para besarla. Ati no se daba cuenta de su presencia, si no ya estaría junto a ella también.
-¿Como te fue?
Buscó mis labios y los beso por unos segundos.

-Debo viajar y estar fuera del país por una semana.
Su cara no parecía mejor que sus palabras. Por supuesto que a mi tampoco me gustaba que se alejara por tantos días.

-Eso...

-Suena terrible lo sé, es que hay varias cosas que necesito arreglar en Londres...no quiero ir Camila, no quiero dejarlos.
Besé su frente un par de veces para animarla, pero no iba a funcionar.

-¿Que debo hacer para que sonrías? Pregunté seria.

-Vengan conmigo.
Me alejé unos centímetros para ver su ojos. No estaba bromeando. Era una propuesta seria.

-No podemos, yo trabajo, Ati...
Encogió sus hombros.

-Camila, esta bien, no debes hacer nada, solo esperar por mi, llamarme todos los días.
Besó mis labios con más calma y salió del sofá hacia la habitación. No se miraba más animada, más bien resignada a que no podría cambiar nada de eso. Lo pensé demasiado. Ati había encontrado a Lauren sobre el pasillo y ahora prefería pasar el resto de la tarde junto a ella.
Karen había llamado muy temprano para conocer algún día en que podríamos ir a visitarla y darle una sorpresa a Ati. Debía discutir eso con Lauren. No sabía que tan dispuesta se encontraba para viajar al rancho.
Los encontré 30 minutos después, Ati estaba acurrucado sobre su pecho durmiendo y ella mantenía un brazo sobre sus ojos cubriéndose de la poca luz que entraba por la ventana. Con la otra abrazaba al pequeño por la espalda ¿Solo iban a dormir?

-Lauren.
La llamé la primera vez, necesitaba comer antes de descansar. Aunque lo pensé un poco. Ahí los dos juntos daban una tierna imagen. Los aprecié por un rato y de la nada me vi acurrucándome a un lado de ellos. Mis ojos se cerraron de inmediato. También podía estar algo cansada. Disfrutamos de una siesta corta, pero al despertar fue como un sueño mirar los adormilados ojos de Lauren y la sonrisa perezosa de Ati.

-¿Que ha pasado? Preguntó con una sonrisa.

-Solo me han contagiado el sueño ¿Quieres comer algo?

-Prefiero disfrutar este momento junto a los dos, voy a pasar 7 malditos días alejada, sin dormir con los dos, sin verlo a el y sin besarte ¿No crees que deberíamos pasar más tiempo juntas?

-Eres dulce cuando te esfuerzas Lauren.
Sus labios buscaron los míos en medio de la cama. Ati simplemente había comenzado a jugar a los pies de la cama con un juguete de goma.

-Tu eres dulce todo el tiempo cariño, eres muy dulce.
Aprovechando su buen humor decidí contar la invitación de Karen.

Lauren

Mierda. Pasar un día completo en la casa de Karen, no sonaba tan mal, podríamos aprovechar el campo abierto para pasear a Ati. Para caminar de la mano de Camila todo el rato. Pero se venía la incomodidad al imaginarme rodeada de todo, absolutamente todo lo que recordaba el matrimonio pasado de Camila ¿Podría soportar esa presión en mi pecho? Por que aunque la amara tanto mentiría si no dijera que dudaba un poco de lo que yo le daba, de la felicidad que compartíamos ¿Si ella estaba lista para encaminarse conmigo en una nueva aventura de matrimonio?
Quería estar con ellos y ellos conmigo, pero...mierda. Odiaba cuando eso se instalaba en mi cabeza. Sacudí un poco. Y me enfoqué en tener su mirada en la mía.

-¿Crees que pueda ser cuando vuelva de Londres?

-Por supuesto, se lo diré a Karen y oye...
Su tibia mano inclinó mi cabeza a sus labios. Dando un delicioso toque en los míos.
-Te amo mucho y puedo comprender que no te resulte muy cómodo pero hablamos de Karen, es abuela de Ati y...

-Shhh

-Lauren, por favor déjame terminar, ahora estoy completamente enfocada en estar contigo ¿Bien? Te amo y no quiero que dudes sobre nada.
Asentí para mantenerla tranquila. Una gran parte de mí sentía esa seguridad.
Me levanté al baño y ella aprovechó para salir del dormitorio con Ati de la mano.

Mierda. Había una pequeña sensación de estrés en mi, sabía que era por dejarlos una semana completa a los dos solos, la última vez que había salido, el pequeño se había enfermado y estuvo en el hospital. No quería que algo así pasara.
Cambie por completo mi ropa formal por algo cómodo y caminé para buscarlos en la cocina.

-¿En serio no pueden venir conmigo? Pregunté a su espalda mientras la abrazaba por sorpresa. Ella soltó una risita divertida, por supuesto haciendo reír también a Ati.

-Lauren ¿Estas muy inquieta por eso? No es como si pensara en escapar de ti, te prometo que cuando vuelvas de esa semana de trabajo, estaremos aquí los dos. Recargó su cabeza por un momento en mi hombro, algo que aproveché para acariciar la piel expuesta entre su hombro y el cuello. Dulce.

Había creído en sus palabras, pero por que ella siempre lograba convencerme.
Salí de la ciudad con ellos despidiéndome en el aeropuerto dos noches después.
Hablamos tres más por móvil, mientras yo intentaba mantener mi cabeza en los negocios y a la vez mantenía mi corazón en otra parte. Los extrañaba.
Y la cuarta mañana en Londres por fin había comprendido el por que esa sensación extraña permanecía en mi pecho, era terrible. Comprendí por que quería traerlos conmigo.

-No lo sabemos Lauren, ahora mismo tratamos de mantener a Camila en calma, ha venido el Dr. para revisarla, no tenemos otra noticia.
El teléfono había caído en la alfombra del hotel donde me hospedaba.
Había cerrado mis ojos con desesperación deseando que nada de lo que Chris me había contado fuera realidad.
Mis ojos estaban siendo invadidos por lagrimas y mi pecho completamente cerrado.
Una crisis sería terrible ahora.
Necesitaba hacer algo. Necesitaba volver y asegurarme de que la persona que había alejado a Ati de los brazos de Camila, lo regresará sano y salvo, más valía por que si no me iba a encargar yo misma de hacerlo sufrir.

😱EL FINAL DE LA HISTORIA ESTA CERCA. EN UN RATO MÁS SUBIRÉ EL SIGUIENTE CAPÍTULO.

Mientras te tuveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora