Mientras te tuve

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Camila
Los Ángeles

Caminé al otro lado de la calle con prisa. Había trabajado pero con la cabeza en lo que tal vez podría estar haciendo Lauren con Ati. Dios. Estaba preocupada pero más por lo que él podría distraer a Lauren de su trabajo que por Atom al estar a su cuidado. Me sentía realmente tranquila al saber que ella lo había cuidado toda la mañana.
Le brindaba mucha seguridad a Atom, estaba pendiente de lo que hacía en todo momento.
Pasó un taxi y lo detuve. Al subir e indicarle a donde ir, comencé a pensar en ellos. Me encantaba la forma en que se preocupaba por mi y luego por Ati, recordé el instante qué vivimos de pánico al estar chalando en el sofá y escuchar el llanto fuerte de Atom. Que venía del pasillo. Lauren se había alterado un poco. Y al tenerlo en brazos comenzó a inspeccionar que le había causado esas lágrimas.
El sólo había llorado al no vernos cerca y después de superar el estado de pánico de ambos, los miré sonreírse durante la cena.

Llegué al edificio Jauregui y entre sin saber muy bien que hacer. Podría esperar por ella en la pequeña sala para clientes. Pero mi móvil vibró en el bolso.
~Mi asistente esta esperando frente al elevador para traerte conmigo~ el pequeño icono de corazón en su mensaje me hizo sentir ansias por verla. Hoy usaba un traje negro que la hacía verse tan sexy, me gustaba mirar su cabello en una coleta alta y el labial suave que usaba.
Dios. Debía relajarme y evitar que mis mejillas se enrojecieran.
Una chica joven esperaba donde Lauren me indico.

-¿Sra. Cabello? Preguntó con voz profesional y muy amable.
Asentí. -La Sra. Jauregui espera en su oficina.
La seguí. Incluso cuando llegamos frente a su oficina. Ella abrió la puerta para mi y al instante miré cómo intentaba sostener en brazos a Ati mientras hablaba por teléfono con cara seria. Agradecí a la chica, ella se despidió, tomé a Atom a prisa.

-Hola mi amor. Mi pequeño dio un grito de felicidad al verme. Besé sus mejillas regordetas.
-Debes dejar a Lolo hacer su trabajo mi amor, venga vamos a sentarnos por acá.
Justo al dejarme caer con el en el sofá soltó la palabra, causando que mi corazón se acelerara.

-Ma...ma. Luego rió descubriendo que me hacía realmente feliz al oírlo.
Lauren nos miró sorprendida, incluso ella lo había escuchado.

-Dios,amm...debo colgar, te llamó en unos minutos. Dejó el teléfono sobre el escritorio y se sentó a mi lado.
-Lo escuché, venga Ati, llama a mamá.

-Ma...ma. Dió un saltito sobre mis piernas. Fue un poco tarde para detener la pequeña gota que corría por mi mejilla. El en serio estaba saludándome, quería escucharlo decir mas cosas, ahora se aventuraba a caminar a prisa. A tratar de trepar por cosas, pero escucharlo hablar era lo más lindo que me gustaba de mi bebé.

-Oye, eso es bueno, no debes llorar. Lauren se quejó acariciando mi mejilla.

-Me gusta verlo crecer, solo eso.
Un poco avergonzada me giré para limpiarme. Sus dedos tibios sujetaron mi barbilla para impedir que yo lo hiciera. Con un beso suave limpió la lágrima, sentía el cosquilleo leve sobre mi piel, justo donde había pegado sus labios.

-Eres la mujer mas hermosa y sensible que he conocido, amo ver estas emociones en ti, no trates de ocultarmelas ¿Si?
Bien ahora ella trataba de igualar o superar la hazaña que mi hijo acababa de lograr. Recibí un dulce beso en los labios. Sonreí demasiado.

-Muy bien. Dije apenas y con Ati en mi regazo, nos acurrucamos los tres en el sofá, no sabía cuanto tiempo pasamos ahí. Ni que era el sofá de su oficina, simplemente charlamos de cómo fue la mañana para los tres.

-Camila, hay algo que debo decirte, la próxima semana, el viernes será el aniversario de la empresa, habrá un baile con varios de los clientes y socios del banco,vendrá mi familia por supuesto y quiero que vengas conmigo.
Mi cuerpo se tensó al pensar en la cantidad de personas que iban a rodearnos si decidíamos venir juntas, no lucía cómo una buena idea. Carraspee antes de decirle algo, en realidad debía pensar alguna justificación acertada para negarme.
-Dios, Camila, no puedes pensar en darme una negativa, yo quiero que estes conmigo esa noche, eres mi novia y antes de que digas algo me importa una mierda lo que la gente opine o piense de nosotras, quiero que me acompañes, anda, por favor cariño.

-Es que...no sé. Mordí mi labio e intente distraerme con Ati, que decidió escapar de mi regazo para volver con sus juguetes en la mesa. Movía cosas y balbuceaba algo entretenido.

-Estaré junto a ti todo el tiempo, te lo prometo, iremos las dos a elegir un vestido elegante y buscaré quién cuide a Ati esta semana y esa noche.
¿Sus ojos siempre brillaban así? ¿O solo esperaba la respuesta demasiado ansiosa?
Me tenía. Suspiré profundo.

-Esta bien Lauren, Iré contigo.
Hizo un festejo corto y se lanzó hacía mis labios. Olvide por completo las dudas y correspondí el beso tranquilo y largo que decidimos darnos. Mantuve mi mano detrás de su cuello y con la otra me sostenía de su muslo.
Ella comenzó a apretar mi espalda para acercarnos más.
Me separé con cuidado y sonreí.

-¿Ati nos esta viendo?
O dios. Lauren rió de forma de divertida y se alejó del sofá para realizar la llamada que había dejado pendiente.