Capítulo 2

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Camila Pov

Salí bastante apurada del hospital. Me siento avergonzada, consideré la posibilidad de matar a la persona que más amo en la tierra. No puedo hacerle esto a Lauren, ella me ama...bueno, tal vez la expresión correcta sería "me amaba", no estoy segura si todavía lo haga.

Mi celular volvió a sonar, miré la pantalla y correspondía a Ally. Atendí y nuevamente llevé mi celular a mi oreja.

-Hola pequeña.

-Hola Mila, ¿Dónde estás?

-Estoy saliendo de la clínica, ¿Pasó algo?

-¿No lo recuerdas? Hoy nos vemos en la cafetería, ya estoy ahí-Llevé mi mano a mi frente, "Que idiota" pensé.

-Perdón Allycat, lo olvide. Ahora mismo voy, me estoy subiendo al auto-Abrí la puerta y dejé mi bolso en el asiento del copiloto.

-No te preocupes Mila, yo te espero-Cerré la puerta y encendí el auto.

-Gracias por todo Ally.

-No hay de qué Camila, nos vemos.

-Nos vemos-Corté la llamada.

Lauren consumía mi día y pensamientos. Todo lo olvidaba, muchas veces hasta temas de trabajo. Estoy totalmente sumergida en el tema desde que sucedió.

Lo peor es saber que necesito manejarme en auto, y por suerte tengo el mío. Lo he cambiado desde el accidente, aunque este, a pesar de ser relativamente nuevo, me recuerda a lo imbècil que fui.

Cada que lo enciendo el accidente vuelve a mí. Siempre Lauren vuelve a mí. Su imágen ensangrentada volvió a mi cabeza, para colmo toda esta mierda es mi culpa, yo era la que estaba al volante.

Mi mano se dirigió a mi boca intentando apresar el sollozo, que igual escapó. Ese era el peor recuerdo que podía tener suyo, y lo peor es que siempre volvía. Al verla postrada en esa cama inconscientemente volvía a ello. Siempre retorno a saber que la lastimé, hasta el punto de casi matarla.

Empecé a manejar hacia la cafetería en la que había quedado con Ally. Antes de toda esta mierda era nuestra mejor amiga. Siempre fue una mujer muy ocupada, no siempre podía ver a Lauren, también era la más madura. Cuando tu vida involucra un trabajo que puede llegar a ser veinticuatro horas y un par de hijos, todo se vuelve una locura.

A día de hoy, todavía mis sobrinos Aaron y Mía suelen preguntar dónde está su tía Lo, como ellos la llaman, Ally había tenido mellizos hace casi 5 años.

Sin duda sus niños habían sacado au habilidad para verle el lado feliz a las cosas en todo, además de que son sumamente cariñosos desde chicos.

Llegué con una sonrisa en mi rostro, a veces pensar en ellos me da algo de felicidad. Debo aparentar serlo por ellos, para que tengan una infancia feliz y sin preocupaciones, como debe ser.

Tomé mis cosas y me bajé. Caminé hasta la parte de adentro de la cafetería y comencé a buscar a Ally con la mirada.

-¡Mila!-Me dí la vuelta y ella desde su mesa me hacía señas con su mano. Me senté en la silla libre y colgué mi bolso de la silla, junto con mi abrigo, para luego volver mi atención a ella-Hola Mila.

-Hola pequeña Ally-La saludé con una sonrisa de lado.

-¿Cómo has estado nena?-Tomó mi mano por encima de la mesa. Ella siempre ha sabido que hacer o que decir en qué momento.

-Bien creo-Nos trajeron un café para cada una que Ally había pedido posteriormente a que llegara. Sabe que me gusta así que no necesita preguntarme.

-Tu carita no dice lo mismo. ¿Pasó algo que te tenga preocupada?

-No, solo lo mismo de siempre, Lauren. Hoy fui a verla.

-Tú debes tener fé, el señor hará que ella despierte, ya verás. ¿Cómo está?

-Igual que la semana pasada. No hay evoluciones y no ha despertado.

-Me estás ocultando algo.

-¿Por qué lo dices?

-No me miras a los ojos como sueles hacerlo.

-El médico me dió otra opción.

-¿Qué cosa Mila?

-Me dijo que podíamos desconectarla-Mis ojos se llenaron de lágrimas y el nudo en la garganta volvió. Me qué de unos segundos en silencio sin saber que decir.

-Tranquila nena, tómate tu tiempo, estoy aquí para esperarte-Tragué en seco y me acomodé en la silla.

-Consideré la posibilidad de hacerlo, de desconectarla-Las lágrimas volvieron e intenté retenerlas en mis ojos nuevamente.

-¿Era eso Mila? No sucede nada, escuchame: yo quiero y he querido mucho a Lauren, pero con todo lo que ha pasado su alma tal vez esté esperando para ser liberada. Créeme Mila-Acarició mi mano intentado calmarme-Podría ser lo mejor, para que dejé de sufrir. Solo piénsalo.

-Ally consideré la posibilidad de matarla. ¡Ally se trata de mi esposa! ¡Me atreví a decir que tal vez la mataría!

-Mila, cálmate-Siguió con las caricias en mi mano-Piensa en lo que te dije, tal vez hasta estés terminando con su sufrimiento, nena.

-Está bien, gracias por todo.

-¿Algo más aparte de eso?

-Me ascendieron.

-No te sumergas en el trabajo nena, a veces termina siendo para peor.

-Es que necesito ocupar mi cabeza con algo más.

-Lo sé, y lo entiendo, ¿Cómo vas con las pastillas?

-Bien creo. ¿Tus niños?

-Llenos de energía. Cada vez corren más rápido y es más difícil seguirles el paso. A veces ni Troy puede.

-Si él no puede alcanzarlos estamos en graves problemas-Ambas reímos.

Mi celular sonó otra vez en mi bolsillo. Me disculpé con Ally por ello y atendí. "Número privado", otra vez.

-¿Señorita Cabello?

-Ella habla.

-Buenas noticias-Ally alzó la vista-Lauren a despertado-Sentí mi corazón detenerse un momento.

-¿Es en serio?

-Por supuesto señorita, no bromearíamos con esas cosas.

-¿Podría verla ahora?

-Usted es familiar directo, así que sí.

-Cuando pueda iré.

-Qué tenga un buen día.

-Igualmente y gracias-Corté.

-¿Qué sucedió Mila?

-Lauren está despierta-Sonreí.

-Pagamos y vamos a verla-Asentí con una sonrisa.

Recuérdame [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora