Capítulo 43

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Camila Pov

Veintinueve semanas

El vestido rojo de Lauren la hacia quedar preciosa. Al principo se sentía algo insegura porque el embarazo decir que ya es más que notorio. Con siete meses su panaza era enorme e inocultable, aunque sería imposible esconderla con siete meses de embarazo. Tenía su cabello suelto. Sus tacones dorados bajos de igual manera la hacían lucir un poco más alta que de costumbre. Tiene un poco de miedo de tropezarse y que algo le suceda a la bebé.

-¿Tú crees que estoy bien?-El baño inmenso del que sólo se tiene acceso desde nuestra nueva habitación tiene un espejo gigante encima del lavado.

-Estás hermosa-Crucé mis brazos por su cintura y abracé su vientre-Fabricaron el vestido para tí-Ella acarició el dorso de mi mano con sus dedos.

-A tí te queda bien el negro.

-Gracias-Se volteó y le mostré un collar-Te falta algo que te ilumine la cara, además de los aretes-Le puse el collar y luego se lo acomodé mejor.

-Te amo.

-Yo a tí-Le dí un corto beso en los labios-Vámonos, Emily-Ella vino corriendo con su unicornio debajo del brazo.

-¿Ya?

-Sí, mi amor.

Tomé a Emily en brazos y la cargué sobre mi cadera. Mi hija vestía zapatitos blancos junto con un vestido rosa al mejor estilo princesa. Le puse una chaqueta para que en el trayecto no sufriese el frío invernal de San Francisco, obviando que le puse una de esas medias transparentes que utiliza debajo de las faldas.

Fuimos hasta el auto y senté a mi niña detrás junto a Lauren. Prácticamente las obligo a ir con cinturón de seguridad y en los asientos traseros. Más alla de que Emily no tiene edad para poder ir en el lugar del copiloto, no quiero que nada le suceda a la bebé.

Emprendí viaje a la casa de mis suegros, mientras que detrás Lauren entretenía a la pequeña. La emoción de mi hija por su hermanita es demasiado intensa. Ya quiere jugar con ella, además de cuidarla. Se preocupa por su mamá como nunca, a pesar de ser pequeña no deja que mucha gente se le acerque y menos que toque su vientre. Ignorando que también es un poco celosa y considera a la bebé prácticamente como suya.

En las últimas dos semanas el cuerpo de mi esposa había hecho un cambio completamente abismal, mucho más de lo que ya venía cambiando. Sin duda su talla de sostén había aumentado y los mismo jeans que utilizaba al comienzo del embarazo ya no le suben hasta más arriba de las rodillas.

Las caderas de Lauren se habían ensanchado con notoriedad. De igual manera ocurrió con sus pechos, mientras no estaba mágicamente crecieron y se pusieron más duros y firmes. A pesar de que con siete meses y un poquito más, su figura parecía más a la de un reloj de arena. Por supuesto eso la hace verse preciosa.

-Llegamos-Estacioné el auto y miré por el retrovisor a mis chicas. Emily acariciaba el vientre de Lauren a travez del vestido con delicadeza.

-No dejaré que nadie te moleste-Llegué a escuchar como le susurraba a su hermanita. Lauren besó su mejilla con ternura y desabrochó su cinturón y el de la pequeña. Salimos del auto y mi hija entró prácticamente corriendo a casa de mis suegros. Bajamos los regalos de la cajuela y los escondimos en una habitación a pedido de Clara.

-Feliz navidad, chicas-Primero abrazó a Lauren como de costumbre y luego hizo lo mismo conmigo-Si en algún momento necesitas darte un minuto para tí, Camila, estará bien, sé que estás fechas son difíciles para tí.

-Gracias, pero al menos ahora sé que ya no sufre.

-Lo sé, y sé que te duele, por eso mismo te lo digo-Oficialmente el veinticinco de diciembre, es decir, navidad en un par de horas, se cumplen dos años desde la muerte de mi madre. Desde ese entoces las navidades han sido distintas para mí. Para todos los Cabello's en realidad.

-Estás preciosa, hija-Puso sus manos en el vientre de Lauren acariciándolo. Ella no deja que cualquiera toque a su bebé, es muy sobreprotectora en ese sentido. Los primeros meses no dejó que nadie le hablara si quiera de la bebé, teme que pueda llegar a pasarle algo.

-Gracias, mamá.

-Quién diría que en serio te sentaría tan bien el embarazo. Que lindo está tu pelo-Rió.

-Me viste la semana pasada.

-No quiero perder la oportunidad de decirte lo preciosa que estás así.

Toda la familia de mi esposa estaba allí reunida en la mesa. Evie y Emily correteaban sin parar por toda la casa, sin duda no podré dormirla con sólo el camino a casa si esto prospera.

Clara había preparado la cena. Para no romper la costumbre americana fue pavo. Nosotras trajimos el postre: pastel de manzana. Al ser más latinos que estadounidences solemos hacer una especie de mezcla entre las navidades de ambas culturas. Entonces en vez de solo celebrar la noche buena e irnos a dormir, directamente esperamos a que sean las doce en punto mientras cenamos y comemos el postre.

Descansé mi mano sobre el muslo desnudo de mi esposa acariciandolo. Mientras que ella se limpiaba la boca con una servilleta. Miré por encima de su hombro y a su lado Emily seguía concentrada en comer pavo más rápido que su prima.

-¿Estás bien? Estás comiendo mucho-Frunció el ceño.

-Tengo hambre.

-Te noto algo ansiosa, cuando lo estás comes más cantidad que de costumbre.

-La ansiedad de la que hablas tiene nombre y apellido.

-Lo sé.

-¿Entonces cómo te ha ido en la universidad, Tay?-Clara interrumpió nuestra conversación.

-Bien, a veces se me complica un poco ya que entre el trabajo y cuidar a Evie todo se me entorpese. Aunque por ahora funciona bien, trabajo por la mañana, voy a la universidad por la tarde y luego estoy con ella durante la noche.

-Yo no podría con tanto, Tay-Chris la miró con un sonrisa.

-Ay, no es nada, ¿Podríamos centrarnos en Lauren?-La ojiverde se ganó la atención de todos en la mesa.

-¿Por qué?-Emily tomó el brazo de su madre y lo abrazó contra su pecho.

-¿Ya tienen un nombre?

-Selene-Todos se quedaron en silencio-A no ser que cambiemos de opinión, ese será.

-Es bonito.

-¿A tí te gusta el nombre de tu hermanita?

-Sí-Contestó Emily algo tímida.

Recuérdame [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora