Recuérdame [CAMREN]

Capítulo 51

Camila Pov

Son las 4 am y Selene comenzó a llorar. Me dí la vuelta aun un poco dormida y moví un poco su brazo y sentí un pequeño ronquido de su parte y se acomodó mejor en la cama.

-Lolo-Volví a sacudirla un poco hasta que se despertó. Abrió de a poco los ojos unos segundos después y se levantó de la cama cual zombie. Es la tercera vez en la noche que la bebé se despierta. Lauren la tomó en brazos y se sentó en la cama otra vez-¿Tiene hambre?

-Sí, y yo también-Dijo con mala cara. Las ojeras bajo sus ojos eran cada día más marcadas. Levantó su pijama y Selene se predió a su pecho al segundo. La veía parpadear lentamente, normalmente cuando tiene sueño es así.

-¿Quieres qué...?

-No me hables-Me interrumpió. Molestar a Lauren cuando tiene sueño nunca es bueno.

Selene seguía alimentandose mientras que observaba a su madre. Los ojos verdes estaban perdidos en algún punto de la habitación, sé que está esperando a que terminar lo antes posible para seguir durmiendo.

Parpadea lentamente. Aun no poníamos en funcionamiento la habitación de la bebé, con solo dos meses, aun seguíamos necesitando estar en las mismas cuatro paredes en la noche. Cuando me quise dar cuenta, Lauren estaba dormida, sentada aun en la cama sosteniendo a Selene, que ni siquiera se daba cuenta de la situación.

-Lolo...-La llamé pero no me prestó atención. Sin desprenderse del pecho de su madre, Sel me miró-Lauren...-Volví a insistir-No te puedes dormir ahora, le estás dando pecho a Sel-Sin respuesta. Su cabeza estaba inclinada hacia atrás y con la boca abierta, muy elegante. Nótese el sarcasmo.

Me quedé observandola, no aflojaba su agarre, pero Selene se tomaba su tiempo claramente para comer. Cuando terminó la tomé de sus brazos, con extremo cuidado y delicadeza, porque simplemente no me dejaba quitarsela. Tomé un paño que estaba en mi mesita de noche y lo puse sobre mi hombro. Apoyé la cabeza Selene en mi hombro también, mientras que sostenía su cabecita, y comencé a intentar hacerla eructar. Diría que esta es la peor parte, pero es la que me toca, no quiero que vomite, así que mentalmente estoy cruzando los dedos para que eso no suceda.

Otra vez, Selene se tomó su tiempo, y mañana tengo que trabajar. Cuando conseguí hacerla eructar la acomodé en mis brazos y me paré de la cama para mecerla, no sé cómo voy a dormirme. Caminaba con cuidado de un lado al otro de la habitación meciendola, sus ojitos verdes, como los de Lauren me observaban curiosa. Recién hace unas semanas había cobrado ese color, mi esposa me lo dijo, muchos bebés nacen con los ojos grises, como ella, y luego toman picmento.

Veía su chupete lila moverse en su boca, buscaba mis dedos para sostenerlos con sus manitas. Habíamos decidimos cortarnos las uñas lo más posible, no queríamos lastimar su piel. O rasguñarla sin querer, o pincharla al cambiarle el pañal, cosas que pasan cuando se te rompen o algo, pero la piel de bebé es mucho más sensible. A veces mientras que dormía a Sel, me paseaba por la casa, es interesante ver todo en calma.

Me giré y miré a Lauren, la playera de su pijama se había deslizado un poco, pero aun quedaba levantada. Me acercé y con una mano, bajé su pijama rozando un poco su pecho. A penas se inmutó, acaricié su muslo y ella separó un poco las piernas aun dormida. Reí para mis adentros, dios mío, mujer. Peiné un poco su cabello y estiré la sábada hasta taparla. Se acomodó mejor en la cama y se dió la vuelta dándome la espalda.

Observé a Sel que miraba a su mamá con curiosidad. Sabía el cómo la miraba, aunque Lauren estuviera destruida, ella no decía nada, no transmitía sonido alguno. Sólo miraba todo. La mirada hacia su mamá era llena de amor, de atención, el observarla la capturaba completamente, y sabía que para Lolo también. Muchas veces se quedaban observandose mutuamente, es raro que le hable, pero yo creo que no lo hace porque no lo necesita.

Acaricié su mejilla y salí de la habitación, aun meciendola. Caminé por el pasillo y observé por la varandilla al recibidor. Las luces de las farolas de la calle traspasaban el cristal de las ventanas. Pasé por la habitación de Selene y observé dentro la cuna, pensando en que tal vez no me dé cuenta y ya no me levante en las noches para atenderla. El piso de madera estaba extrañamente frío. Tomé el pomo del cuarto de Emily y lo giré. Abrí la puerta con cuidado y la observé como dormía. Su cabello rubio estaba enrredado y se abrazaba al unicornio que le regalamos.

-Mira a tu hermanita-Le enseñé a Sel, ella sonrió y luego volvió a mirarme. Ya tenía algo de sueño, se le notaba en la cara. Sonreí para mí misma y volví a cerrar la puerta de su cuarto-¿Por qué te gusta despertarte en la noche? Eres una persona nocturna como tu mamá.

Acaricié sus bracitos con cuidado. El momento más productivo de Lauren, sin duda, son las noches. Siempre puede con el doble de presión que en la mañana, pero en esta situación en la que simplemente no duerme bien, está todo el tiempo al cincuenta porciento. Lo odia. No le gusta sentirse inutil.

Observé sus soquetitos en sus pies, me dan ternura porque tiene los pies chiquitos. Volví a mi habitación y me senté en la cama. Acaricié sus piecitos, y me dí cuenta de que eso le relajaba mucho. No tengo dudas de que es de Lauren. Reí para mí de forma silenciosa. Cuando me quise dar cuenta, Selene ya estaba dormida.

Me levanté de la cama y la dejé con cuidado en el catre. Quité de la cuna el peluche, tal vez Emily lo puso ahí. Los bebés no pueden tener nada en la cuna, en lo posible tampoco una manta para taparlos, hay que evitar la posibilidad de asfixia. En eso la miré y me dí cuenta de que tenía que ponerla a dormir de lado, y eso hice. Se removió un poco, pero no se despertó.

Lauren hizo una lista de cosas que no se pueden hacer con Selene, basada en todos los libros que leyó durante el embarazo, y me la dió. Yo pensaba que era exagerada, hasta que me cayó la ficha de que eran cosas que podían suceder y hasta matar a la bebé. Por las dudas no quiero probar suerte, así que prefiero hacerle caso a la pediatra y a la madre.