Capítulo 72

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Camila Pov

Lauren es tan hermosa, y la amo tanto. Ella es el amor de mi vida, lo sé porque cada vez que la veo lo siento en mi pecho. Me lo dice el corazón, y si algo he aprendido, es que el corazón es lo único que no miente.

La observé algo malhumorada porque no puede recoger su cabello como ella quiere.

-Amor-Se dió vuelta con el ceño fruncido.

-¡¿Qué?!

-Te ves más bonita con el cabello suelto.

-La próxima dime y también me peino para adelante así no me ves la cara. Gracias, mi amor-Me dió una sonrisa sarcatica. Te odio periodo y tus putos cada veintiocho días.

-Te ves preciosa, ¿Sí?-La rodeé por la cintura y la miré por el espejo.

-Mentira.

-Verdad-Besé su mejilla y descansé mi cabeza sobre su hombro-Hoy es nuestra última noche sin las niñas.

-Lo sé, las extraño-Se dió la vuelta quedando frente a mí.

-Yo también, pero las veremos mañana, no te preocupes-Me tomó por la cintura y se apegó a mí-Me gusta tu nuevo estilo-Sonrió.

-A mí también, esta es la nueva Lauren-A partir del embarazo de Selene, comenzó a utilizar ropa un poco más colorida y femenina. Dejándo así detrás a la Lauren Darks, dando paso a la Lauren soft, como yo las llamo. La tomé de la cintura y la besé con cuidado, me rodeó con sus brazos por el cuello y me siguió la corriente hasta que el oxígeno se nos acabó.

Luego de eso, nos dirigimos al restaurante del hotel, por suerte tenía un menú bastante amplio para adultos y niños. Ambas comen de todo, pero la realidad es que una niña de siete años prefiere una hamburgesa antes que sushi. Nos sentamos en una mesa apartada con sólo dos sillas para nosotras.

A pesar de su mal humor, Lauren está hermosa, con su cabello suelto y un vestido blanco sensillo, pero algo arreglado. Yo tenía puesto uno igual, pero negro.

Nos sentamos en la mesa nosotras dos y comenzamos a ver la carta. Lauren pidió una ensalda y yo simplemente carne con verduras; nos la habíamos pasado comiendo chatarra desde que llegamos.

-Lolo, ¿Estás bien?

-Sí, sólo tengo nauseas.

-Si no quieres no comas.

-No, Camz. Ya pedí la comida, además, tengo que comer.

-No te fuerces por favor-Me miró y se la notaba algo mareada también.

-Ay, deja de ser tan dramática, si esto es lo mismo de siempre.

-De igual manera me preocupo por tí-Sonreí-Tienes cara de drogada.

-Que buenas épocas, mataría por un porrito.

-Tal vez en algún momento volveremos a fumar.

-Hacíamos cada locura, ¿Recuerdas cuando casi nos meten presas por destruir la propiedad pública?

-Lo más chistoso eras tú diciéndo "Yo soy mi propia abogada, y le digo que bajo los efectos del alcohol, yo no tengo la culpa de nada"-La imité y ambas estallamos en una risa.

-Casi mancho mi propia reputación, pero lo volvería a hacer.

-Yo igual.

-¿Recuerdas cuando estabas tan borracha que querías hacerlo en frente de todos?

-Sí, dios, que vergüenza.

-Si no hubiera sido por mí, le hubieras mostrado a todos tus piquetes de mosquito, mi amor-Estiró su mano hasta mi mejilla y me acarició.

-Sin duda, tengo mucha suerte de tenerte, Lolo.

-Y yo a tí, gracias por protegerme cada vez que estaba haciendo algo mal, pero siempre apoyándome-Se levantó, sin importarle llamar la atención del resto y se sentó en mi regazo-Te amo.

-Yo más, no hubiera podido elegir otra persona para ser la madre de mis hijas-Ella sonrió de una manera super tierna. De inmediato ví sus ojos cristilizarse-Ay, nena, estás muy sensible-Una lágrima se resbaló por su mejilla y la abracé sin importarme que todos nos estuvieran mirando.

-Te amo, perdón por ser así.

-Yo más, pero no me pidas perdón por llorar. A mí me encanta que expreses tus emociones.

Luego de la cena volvimos caminando hasta la habitación de la mano.

-Señorita, anoche se escuchaban gritos de la habitación de al lado-Una señora en recepción, quejándose.

-Señora, nadie más que usted se quejó del ruido, no vamos a molestar a los huespedes de esa habitación sólo porque a usted se le ocurre.

-Lo más raro era que el hombre girtaba de placer.

-Señora, actualísece por favor, y deje a la gente en paz, si vuelve a escucharlo, venga a quejarse nuevamente, pero sólo ahí haremos algo.

-¿Tengo voz de hombre, Camz?-Me miró. Ambas sabíamos que se refería a nosotras.

-Sólo tienes la voz ronquita, cuando gimes es más ronquita aun, pero eso no quiere decir que tengas voz de hombre.

Cuando llegamos a la habitación nos desvetimos y nos tiramos directamente a la cama. Lauren se quedó sólo con su ropa interior por las dudas, de igual manera, como es su primer día, no suele bajarle mucho según ella.

Nos rodeamos con las sábanas. A veces necesitamos ese contacto piel con piel, y sin la necesidad de actividad sexual. Se acomodo entre mis pechos y me rodeó con su brazo por la cintura acariciando mi espalda. Sus pezones chocaban contra mi abdomen, y con cada respiración sentía su roce. Metió una pierna entre las mías y yo crucé con una mía encima de su cuerpo. Mis brazos también la rodeaban por la espalda y aproveché para acariciar su cabello. Dejé un beso en su cabello y ella besó mi pecho como respuesta.

Recuérdame [CAMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora