Recuérdame [CAMREN]

Noah y Dylan

Lauren 24
Camila 23

Lauren Pov

La alarma sonó y abrí los ojos de a poco. Me sentía algo mareada, pero todas las mañanas sucede, eso creo. Me giré en la cama y me pegué a Camila por detrás. El hecho de sentir su culo desnudo de inmediato de exitó. Corrí un poco su cabello y comencé a besar su hombro de a poco. Ella se removió un poco, hasta que abrió los ojos.

-Buen día.

-Hola, ¿Dónde dejamos los regalos?

-Están en el armario.

-Bien-La tomé de la mejilla y la besé. Ella me tomó de la cintura y bajó sus manos hasta mi culo. Lo apretó y escabulló sus dedos para burlarse de mí. Rodé los ojos cuando la sentí acariciar mi clítoris. Masajeé sus pechos mientras pellizcaba sus pezones hasta que nos dimos cuenta de que si seguíamos distrayendonos, se nos pasaría la hora.

Me levanté y me duché bastante rápido para estar limpia para la fiesta. Cepillé mi dientes, peiné mi cabello y preparé el desayuno. Camila me ayudó con la otra badeja y entré al cuarto donde ellos seguían dormidos.

-Feliz cumpleaños-Dejamos las bandejas encima del mueble. Noah removió un poco en la cama. Dylan ni siquiera se inmutó. Besé su mejilla y luego la del otro pequeño. El ojiverde abrió sus ojos y me miró maravillado, mientras que su hermano seguía durmiendo-Buen día, chiquito.

-Mami-Me abrazó por el cuello haciendo que me recostase con él en la cama.

-Feliz cumpleaños, Noah-Acaricié su mejilla y dejé un beso en su frente. Por mientras, Camila intentaba despertar a Dylan. Podrían ser casi iguales físicamente, pero eran muy distintos realmente. Dylan era mayor por sólo dos minutos con treintaitres segundos, pero se excusaba con ello para todo. Lo cual era un arma de doble filo. Me incorporé y lo desperté.

Ambos soplaron al mismo tiempo las velas del pastel que compartían. Su tía Dinah cortó el pastel mientras que ellos jugaban con Miá y Aaron. Rodeé a Camila por la cintura y besé su mejilla.

-Los amo, ya cuatro años, no puedo creerlo.

-Yo tampoco-Se giró y besó mis labios. Dylan vino corriendo hasta mí, y yo me agaché a su altura. Los niños tenían mis rasgos, lo único que los había afectado del donante era la personalidad en Noah y los ojos en Dylan. La única diferencia entre ellos es que el primero tenía los ojos verdes y el último mencionado marrones.

-¿Qué pasó, mi vida?

-Mami, no estás despierta-Fruncí el ceño.

-¿Cómo, bebé?

-Noah me lo dijo-Inmediatamente abrí los ojos y me encontré en mi habitación. Camila estaba completamente dormida a mi lado. Su pijama se había corrido dejando su hombro al descubierto y su pelo estaba revuelto. Miré la hora en mi celular y me dí cuenta de que era sábado. Toqué mi vientre aun plano, odio este tipo de sueños. Odio los sueños premonitorios, los odio con todo mi ser. Luego de un rato me giré y Camila me estaba mirando.

-¿Hoy vamos al cine?

-Sí.