Recuérdame [CAMREN]

Capítulo 36

Camila Pov

Veintidos semanas

-¿A dónde vamos?-Es noviembre y a pesar del lindo día que hace, el frío se cuela por las mangas de mi chaqueta.

-Al médico, monita-Lauren cerraba su chaqueta con ambas manos intentando mantener su calor corporal.

-¿Y por qué?

-Tenemos una consulta para saber cómo está tu hermanito o hermanita.

-¿Está enfermo?-Preguntó preocupada y entramos a la clínica.

-No, bebé, pero sí necesitamos saber cómo está creciendo. Además hoy sabremos el sexo.

-¿Qué es eso?

-Significa que eres una niña o un niño-Me senté en la sala de espera con ella en mi regazo mientras que Lauren hablaba con la recepcionista. Sus nervios estaban a flor de piel, como siempre, le preocupa que algo pueda ir mal-¿Tú qué eres?-Dudó unos segundos.

-Una niña.

-Exacto. Tú tienes el cuerpo de una niña, eso te hace una.

-Ah-Era algo complicado para una niña de cuatro años entender la diferencia entre género y sexo biológico o binario. Así que por más que existiesen diferencias, prefería no explicarselas a no ser que me las pregunte. Lauren se sentó a mi lado con una mano en su vientre de forma protectora.

-¿Estás bien?-Me miró con esos ojos verdes que pedían a gritos salir corriendo de allí.

-Sí, solo estoy nerviosa. Me hubiera gustado dejarla con mis padres-Miró a Emily que miraba todo con curiosidad, claramente estábamos en el área de infantil y maternidad, algo aun más extraño para ella.

-Está feliz de estar aquí con nosotras. Además, le dará una dosis de realidad de lo que llevas aquí dentro-Acaricié su vientre y ella pusó una mano encima de la mía.

-Se mueve-Reí.

-Por supuesto, y más si tú estás nerviosa, le transmites todo.

-¿No crees que tengo más panza de la que Ally tenía?

-Puede ser, pero me gusta como te ves-Le dí un beso corto en los labios y ella me correspondió-Pero ella es más bajita que tú, para ser Ally al final del embarazo era más panza que Ally-Ambas reímos.

-Jauregui, Cabello-Llamó una enfermera y Emily la miró con curiosidad.

-Yo-Levantó su brazo indicando que ella se apellidaba así. Ambas reímos por su acción.

-Somos nosotras.

-El doctor está dentro esperándolas.

-Gracias.

Entramos en el consultorio donde el doctor Smith miraba un papeleo con calma. Nos saludó con su recurrente "Buenos días". Mi hija se quedó sentada en la silla como le habíamos rogado. Era obvio que para una niña de cuatro años tantas máquinas y cables la pusieran curiosa, y no queremos causar ningún desperfecto en ellas, ¿Verdad?

Lauren tenía la playera arremangada hasta debajo de los pechos mientras que el doctor pasaba la máquina del ultrasonido mientras observaba la pantalla.

-Podemos descartar cualquier malformación-Literalmente Lauren largó todo el aire en sus pulmones. Era demasiado preocupante para ella el tener que criar un niño con algún problema o enfermedad como síndrome de down. No se siente del todo lista. Apreté su mano dándole seguridad, ella me miró con sus ojos verdes.